Las elecciones refuerzan el control parlamentario del PRI y sus aliados

Las cifras han despejado las ¨²ltimas brumas. El PRI logr¨® su objetivo prioritario en las elecciones intermedias del pasado 7 de junio. Aunque perdi¨® 11 esca?os (de 214 pas¨® a 203), logr¨® reforzar la coalici¨®n con la que controla la C¨¢mara de Diputados (500 asientos). La alianza de la formaci¨®n gubernamental con el Partido Verde Ecologista de M¨¦xico y Nueva Alianza arroja 260 esca?os, nueve m¨¢s que en la pasada legislatura. El fortalecimiento se debe al fuerte ascenso de los verdes. Apoyado en una campa?a en la que se salt¨® a la torera las normas electorales, este pol¨¦mico partido pas¨® de 27 a 47 esca?os. El aumento es de tal envergadura que la sola alianza con el PRI da el control del 50% de la C¨¢mara, lo que, en vista del conflicto que se avecina con los docentes a cuenta de la reforma educativa, permitir¨ªa a los estrategas gubernamentales prescindir de la decena de diputados de Nueva Alianza, una formaci¨®n de corte gremial que representa los intereses de los maestros.

Los resultados, a¨²n no definitivos a falta de impugnaciones, muestran un debilitamiento general de los partidos tradicionales. El m¨¢s poderoso, el PRI, pierde cuatro puntos y se queda con el 29,18%. El PAN se estrella en el 21% (108 diputados), el peor resultado desde 1994. Y el PRD sufre un descalabro a¨²n mayor en t¨¦rminos de representaci¨®n parlamentaria. Pasa de 99 esca?os a 56, y se queda en un ralo 10,87%, una cifra que no registraba desde 1991.

En este desplome perredista, a diferencia de las otras dos grandes formaciones, ha sido decisiva la lucha fratricida con el Movimiento de Regeneraci¨®n Nacional (Morena), el veh¨ªculo creado por el antiguo candidato del PRD Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador para alcanzar la presidencia en 2018. Morena, en su estreno, se ha situado como cuarta fuerza en porcentaje de votos (8,39%) y quinta en diputados (35). La fractura de la izquierda ha tra¨ªdo consigo una reducci¨®n de su per¨ªmetro parlamentario: la suma del PRD y de Morena (91) es inferior a la que obtuvo en 2012 la primera formaci¨®n en solitario (99).

Con este balance, el PRI ha visto estrecharse el suelo electoral, pero ha salvado el castigo que le hubiese supuesto perder el control de la C¨¢mara de Diputados. En su campa?a soslay¨® la figura presidencial, que atraviesa un momento cr¨ªtico, y se centr¨® en destacar la estabilidad econ¨®mica y algunos hechos muy perceptibles, como la bajada de la tarifa el¨¦ctrica, que vincul¨® pol¨¦micamente con las reformas. Este planteamiento, frente a la ola de rabia desatada por la tragedia de Iguala y los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, parec¨ªa destinado al fracaso. Pero el PRI, poseedor de una formidable maquinaria electoral y una fuerte implantaci¨®n territorial, logr¨® en t¨¦rminos nacionales gran parte de sus objetivos. Peor parada qued¨® la oposici¨®n. En el PAN, incapaz de frenar su hist¨®rica tendencia a la baja, se ha abierto la lucha por el poder, encabezada de momento por Margarita Zavala, la esposa del expresidente Felipe Calder¨®n (2006-2012). Y en el PRD, el golpe ha sido de tal magnitud que a¨²n no ha elaborado una estrategia de recuperaci¨®n.

La participaci¨®n, del 47,7%, la mayor para una elecci¨®n intermedia desde 1997, indica que los electores han recobrado el inter¨¦s por la pol¨ªtica. Este fen¨®meno, al igual que el porcentaje relativamente bajo de voto nulo (4,7%), incidi¨® en que los comicios fueran de los m¨¢s re?idos en d¨¦cadas, como demuestra que en el 34% de los distritos hubiese alternancia y en el 81% la diferencia entre el primer y el segundo puesto quedase por debajo de los 5 puntos. Todos estos datos hacen prever una campa?a de alto voltaje para las presidenciales de 2018.