?Y si Varoufakis tuviera raz¨®n?
Una decena de economistas consultados por EL PA?S sostienen que las metas fiscales que se le exigen a Grecia son inalcanzables y que hay que reestructurar la deuda
Grecia es el pa¨ªs que m¨¢s reformas ha hecho durante la crisis. El autor de esa frase no es el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, sino un banco alem¨¢n, Berenberg, que desde hace unos a?os examina el estado de las reformas ¡ªesa palabra m¨¢gica¡ª en la zona euro. Las instituciones antes conocidas como troika y los socios europeos insisten en que, aun as¨ª, el pa¨ªs necesita m¨¢s reformas. Y es cierto. Pero la ¨²ltima oferta de los acreedores para evitar un impago exige a Grecia, adem¨¢s, un super¨¢vit fiscal del 1% del PIB este a?o: unos 3.000 millones m¨¢s en recortes. Y no dice una sola palabra de reestructurar la deuda. Una decena de economistas de primer nivel coinciden en que ese plan es un error.
El primer ministro, Alexis Tsipras, gan¨® las elecciones con un programa basado, justamente, en lo contrario: poner fin a la austeridad y conseguir un alivio de la deuda. Todo el argumentario del controvertido Varoufakis pivota alrededor de esas dos bazas. Los expertos consultados no comulgan con el estilo del ministro, pero creen que ese punto de vista es incontrovertible. ¡°La deuda griega es insostenible. Europa debe reconocerlo de una vez y acordar una reestructuraci¨®n a cambio de reformas¡±, apunta Marcel Fratzscher, director del think tank alem¨¢n DIW. ¡°Podemos seguir fingiendo que Grecia va a pagarlo todo, pero es una equivocaci¨®n seguir negando la realidad e insistir en las moralinas, en que Grecia debe ser castigada¡±, a?ade el liberal Paul De Grauwe, de la London School. ¡°La reestructuraci¨®n es imprescindible y suceder¨¢¡±, explica Barry Eichengreen, de Berkeley. ¡°El d¨ªa del reconocimiento es solo cuesti¨®n de tiempo¡±, aventura Ken Rogoff, de Harvard.
Cinco a?os despu¨¦s de descubrirse el pecado original ¡ªlos griegos mintieron como bellacos sobre sus cuentas p¨²blicas¡ª, la eurozona parece decidida a repetir viejos traspi¨¦s. Sus ¨²ltimas propuestas ¡°parecen m¨¢s dise?adas para evitar un problema pol¨ªtico en Berl¨ªn o Madrid que para resolver las dificultades de Grecia¡±, apunta Athanasios Orphanides, exgobernador del Banco de Chipre. ¡°La saga griega es la constataci¨®n de que la confianza en el proyecto europeo se ha esfumado por una combinaci¨®n de intereses nacionales, de relato moral y del resurgir de los estereotipos¡±, se queja.
Super¨¢vit inalcanzable
Los economistas no solo coinciden en la necesidad de reestructurar: son un¨¢nimes en la cr¨ªtica a los objetivos fiscales fijados. ¡°Grecia, sencillamente, no puede alcanzar un super¨¢vit presupuestario del 1% este a?o. En medio de una recesi¨®n, pedir m¨¢s austeridad es contraproducente: despu¨¦s del desastre de estos ¨²ltimos a?os, es incre¨ªble que sigamos por ese camino¡±, dice Simon Wren-Lewis, de Oxford. Para Charles Wyplosz, del Graduate Institute, ¡°la imposici¨®n de m¨¢s recortes demuestra lo lejos que est¨¢n los Gobiernos europeos de asumir responsabilidades por graves errores en el pasado¡±. ¡°Una ronda adicional de recortes empeorar¨¢ las cosas. No aprendemos: este no es ya un debate econ¨®mico, sino pol¨ªtico y plagado de tab¨²s¡±, a?ade Wyplosz. ¡°Ser¨ªa m¨¢s l¨®gico pedir equilibrio presupuestario este a?o, con metas m¨¢s ambiciosas en adelante. Y acompa?ar esa concesi¨®n de la promesa de reestructurar a condici¨®n de hacer reformas. Eso es f¨¢cil de decir, pero menos f¨¢cil de hacer para los ministros del euro¡±, sostiene ?ngel Ubide, del Peterson.
El final de la negociaci¨®n se acerca. La tensi¨®n ha reaparecido, y con ella la posibilidad de la salida de Grecia del euro. ¡°Si los acreedores fueran serios en las metas fiscales y la reestructuraci¨®n no estar¨ªamos hablando otra vez de Grexit; no habr¨ªamos perdido el tiempo¡±, critica Kevin O¡¯Rourke, del Trinity College. Lorenzo Bini-Smaghi, exconsejero del BCE, afirma que la salida de Grecia ¡°podr¨ªa fortalecer el euro a medio plazo, pero la transici¨®n ser¨ªa problem¨¢tica, requerir¨ªa dar pasos decididos hacia la integraci¨®n y sobre todo un BCE muy activo¡±. ¡°El Grexit tendr¨ªa implicaciones limitadas a la corta, pero a medio plazo supone un giro copernicano: es como decirles a los mercados que la eurozona es un arreglo pasajero, y que cuando la pr¨®xima recesi¨®n rompa contra las costas de Europa ya pueden ir buscando el siguiente candidato para salir¡±, cierra De Grauwe.
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