Gal¨¢pagos, en resistencia
Los trabajadores de la isla protestan por la ley que vincula el aumento salarial al ¨ªndice de precios al consumidor (IPC)
Cada d¨ªa, un grupo de mujeres se re¨²ne en una plaza de la Isla San Crist¨®bal, en Gal¨¢pagos, para protestar por la Ley de R¨¦gimen Especial de las islas, que se aprob¨® el pasado 9 de junio. Los habitantes de Gal¨¢pagos se declararon en resistencia el pasado 12 de junio y exigen la derogatoria de la normativa que establece, entre otras cosas, que los salarios de los trabajadores p¨²blicos y privados del archipi¨¦lago aumenten en relaci¨®n al ¨ªndice de precios anual al consumidor (IPC), que se calcular¨¢ en los pr¨®ximos cinco meses. La ley anterior, de 1998, establec¨ªa que estos sueldos p¨²blicos y privados deb¨ªan aumentar en relaci¨®n a los del Ecuador continental (del 100 y 75%, respectivamente, seg¨²n la ley de 1998).
El Gobierno asegura que esto solo afectar¨¢ a los nuevos trabajadores y que al resto se le mantendr¨¢ su remuneraci¨®n. El problema, seg¨²n Jairo Gusqui, un gu¨ªa naturalista que vive en Santa Cruz y lidera el Frente Insular, es que muchos funcionarios tienen contratos temporales y recibir¨¢n un salario inferior cuando los renueven. "Su poder adquisitivo va a bajar", se?ala.
El problema es que muchos funcionarios tienen contratos temporales y recibir¨¢n un salario inferior cuando los renueven
El asamble¨ªsta de Alianza Pa¨ªs por Gal¨¢pagos, ?ngel Vilema, renunci¨® al grupo pol¨ªtico tras la aprobaci¨®n de la ley. El presidente Rafael Correa tach¨® a Vilema, y a su exaliada Fanny Uribe (Avanza) de "demagogos y mediocres", por calificar de inconstitucional la normativa, que ha asegurado que no derogar¨¢. "Nosotros hacemos lo t¨¦cnico, lo l¨®gico y lo constitucional", insisti¨®.
El costo de la vida en el archipi¨¦lago es m¨¢s alto que en el Ecuador continental. De hecho tener un sueldo diferenciado ha motivado a muchos para trasladarse a las Gal¨¢pagos. El abastecimiento de las islas se hace v¨ªa mar¨ªtima y la ocasional escasez puede causar especulaci¨®n. Si en el continente se necesitan unos 70 u 80 d¨®lares a la semana para comer, en Gal¨¢pagos son 200. En el ¨²ltimo a?o, el abastecimiento ha sido dif¨ªcil porque tres de los cuatro cargueros que llevaban v¨ªveres a las islas se han hundido, y el puente a¨¦reo que estableci¨® el Gobierno no ha sido suficiente. Ahora se probar¨¢ un nuevo buque carguero, el Manizales, que de momento no ha zarpado de Guayaquil.
Otros problemas
Michael Bliemsrieder, habitante de Santa Cruz desde 1988, explica que, con la nueva ley, el dinero que pagan los turistas (entre 6 y 100 d¨®lares) por entrar al archipi¨¦lago ir¨¢ a las arcas del Estado y volver¨¢ a las islas a trav¨¦s de las asignaciones presupuestarias. "La nueva ley es inminentemente recaudatoria", asegura Bliemsrieder. La ley anterior, de 1998, establec¨ªa que estos recursos se quedaran en las islas y fueran administrados por el Parque Nacional Gal¨¢pagos.
Si en el continente se necesitan unos 70 u 80 d¨®lares a la semana para comer, en Gal¨¢pagos son 200
El Frente Insular defiende la autonom¨ªa del Parque Nacional Gal¨¢pagos, a quien la nueva ley obliga a ceder funciones al Ministerio del Medioambiente, como la de decidir los l¨ªmites del ¨¢rea protegida, ya fijados en los a?os 70 y que no incluye la nueva normativa. "La ley permitir¨¢ el ingreso de los grandes capitales y relegar¨¢ a los ciudadanos residentes de las islas", afirma Gusqui.
El Ejecutivo dispuso en las observaciones que hizo a la nueva ley (y que no fueron debatidas en la Asamblea) que el principio precautelario ¡ªque condicionaba la construcci¨®n de nuevas infraestructuras a la existencia de estudios previos¡ª no era necesario. "Esto relaja la norma y queda a discreci¨®n si se aplica o no", dice Bliemsrieder y a?ade que hay planes para construir hoteles en Punta Carola, que colinda con los l¨ªmites actuales de la reserva.
La normativa obliga tambi¨¦n a los operadores tur¨ªsticos a mantener una inversi¨®n alta para renovar sus permisos. "Parece que la ley pretende eliminar todo un estrato socioecon¨®mico de la poblaci¨®n y elitizar Gal¨¢pagos", explica Bliemsrieder.
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