El turismo vuelve la espalda a la revoluci¨®n de T¨²nez
El terror tras el atentado islamista en el museo del Bardo da la puntilla a la econom¨ªa
No hay nada m¨¢s did¨¢ctico que visitar en T¨²nez el Museo del Bardo para darse cuenta de lo ef¨ªmeras que pueden ser aquellas exitosas campa?as solidarias internacionales propagadas en redes sociales. Y lo fr¨¢giles que terminan convirti¨¦ndose esas etiquetas de Twitter al estilo de #YoSoyT¨²nez. El 18 de marzo, cuando varios yihadistas acabaron con la vida de 21 personas en el Bardo, miles de internautas animaban a viajar al pa¨ªs para contrarrestar el efecto del atentado. Tres meses despu¨¦s, los agujeros que dejaron las balas en las paredes, ventanas, techos y cristales blindados de las vitrinas, siguen ah¨ª. Seguir¨¢n ah¨ª durante mucho tiempo porque el Estado quiere que la gente no olvide la brutalidad del crimen. Pero las masas de turistas han desaparecido.
El martes se pod¨ªa deambular casi a solas por los 9.000 metros cuadrados de este edificio de dos plantas que contiene algunos de los mosaicos romanos m¨¢s celebres del mundo. De vez en cuando pasaba alg¨²n turista por alguna de las 34 salas. Dos polic¨ªas, sin gente a la que vigilar, recorr¨ªan el museo disfrutando de cada obra como si fueran turistas.
Al d¨ªa siguiente, los mercaderes de la medina no ten¨ªan m¨¢s remedio que a?orar aquellos mi¨¦rcoles de antes del atentado, cuando llegaban miles de turistas desde los transatl¨¢nticos. Desde marzo, T¨²nez qued¨® borrado del circuito de los grandes barcos y se acab¨® la fiesta de los mi¨¦rcoles. Los yihadistas consiguieron su objetivo de empobrecer m¨¢s al pa¨ªs, al golpear un sector que engloba el 7% del Producto Interior Bruto. De enero a junio, el n¨²mero de turistas extranjeros ha descendido en un 21,9% respecto al a?o pasado. Y un 28,3% con relaci¨®n a 2010, antes de que se iniciara la revoluci¨®n. Los europeos, que son el principal mercado de T¨²nez, han bajado su presencia en un 45% en los ¨²ltimos cuatro a?os, seg¨²n las cifras que facilit¨® este martes el ministerio de Turismo. Para este a?o la suerte est¨¢ echada. La esperanza est¨¢ puesta en 2016.
Durante la ma?ana del martes en el Bardo apenas entraron setenta turistas. La pareja de catalanes Mireia y Toni lleg¨® por su cuenta. ¡°En el avi¨®n de Vueling que nos trajo desde Barcelona hab¨ªa solo 30 pasajeros y la mayor¨ªa eran tunecinos¡±, comenta Mireia. Ella ha visitado T¨²nez seis veces desde 1996 y su compa?ero, tres. ¡°Los tunecinos lo est¨¢n pasando mal y es una pena porque ¨¦ste es un pa¨ªs muy interesante. Hab¨ªa divorcio antes que en Espa?a¡±, comenta Mireia. ¡°Ahora hay miles de gu¨ªas tur¨ªsticos en paro. En la ciudad de Hammamet, uno de los principales lugares de playa, hemos encontrado muchos hoteles cerrados. Estuvimos en las ruinas romanas de ?tica, que son brutales, y apenas ¨¦ramos tres. Y este museo del Bardo, que tiene los mejores mosaicos romanos del mundo, nunca lo vimos tan vac¨ªo. La gente no se anima a venir, a pesar de que se han reforzado las medidas de seguridad. En un Carrefour Expr¨¦s nos miraron con espejo los bajos del coche. Y hemos visto sacos de tierras en algunas urbanizaciones¡±.
El proceso revolucionario que atraviesa T¨²nez desde 2011 puede quedar grabado en muchos libros de historia. Por su valor en s¨ª mismo y su posible influencia en otros pa¨ªses musulmanes. Pero turismo y revoluci¨®n no suelen coincidir en el tiempo. La transici¨®n democr¨¢tica se vuelve a menudo cuesta arriba para los propios tunecinos. El servicio de recogida de basura depende de los ayuntamientos. Pero a¨²n no ha habido elecciones municipales y los alcaldes son elegidos por el Gobierno. Con lo cual, la basura reina en muchas localidades. Y a eso se a?ade los estragos de las huelgas salvajes. Cada dos por tres hay alg¨²n paro sorpresivo de docentes, enfermeros, empleados del Parlamento, de la industria de fosfato, vital para el pa¨ªs, o empleados de la empresa bandera Tunisair.
¡°?Qu¨¦ mosca le ha picado al pueblo tunecino?¡± se preguntaba el martes el columnista Hassine Bouazra en el diario Le Temps. Bouazra planteaba c¨®mo es posible que el mismo pueblo que sorprendi¨® al mundo con su madurez c¨ªvica el lunes 16 de enero de 2011, despu¨¦s de expulsar al dictador, ahora se comporte con tanta inconsciencia. El periodista recordaba que aquel lunes, 48 horas despu¨¦s de echar a Ben Ali, los ciudadanos acudieron a sus puestos de trabajo bien temprano por la ma?ana ¡°?C¨®mo es posible que ese mismo pueblo cuatro a?os despu¨¦s muestre una imagen tan poco gloriosa de s¨ª mismo?¡±, se preguntaba. ¡°Jam¨¢s nuestras ciudades hab¨ªan estados tan sucias, la indisciplina en la administraci¨®n tan extendida y hab¨ªan sido tan poco respetadas las buenas normas de convivencia¡±.
Para algunos diplom¨¢ticos europeos la mosca que les ha picado a los tunecinos es muy f¨¢cil de diagnosticar. Se llama libertad. As¨ª que las protestas y las huelgas salvajes no son m¨¢s que el efecto l¨®gico y pasajero de tantos a?os de represi¨®n y bocas cerradas.
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