El terror y la ignorancia
El terrorismo es un instrumento privilegiado para derrotar a los enemigos de Al¨¢
Los criminales atentados de Susa (T¨²nez) y de Lyon pueden ser le¨ªdos como una muestra de ¡°la barbarie y de la sinraz¨®n¡±. Creo que estas son las palabras empleadas por el presidente Rajoy. Pero son insuficientes para entender lo que est¨¢ ocurriendo en este a?o justo que media desde la constituci¨®n del Estado Isl¨¢mico. Ante la gravedad de la situaci¨®n, conviene acudir a la exigencia planteada por Ortega de ¡°ver claro¡±. Esto significa dejar de lado las consideraciones accidentales, del tipo de separar al yihadismo del Islam, desde el supuesto de que el Cor¨¢n no propicia la violencia y de que es tolerante hacia otras religiones. Semejantes cosas han podido leerse en estas mismas p¨¢ginas hace d¨ªas, en las respuestas de la erudita islam¨®fila Karen Armstrong a una serie de cuestiones sobre el tema. A partir de ah¨ª podemos dormir tranquilos, renunciando a entender nada, ya que se tratar¨ªa de acciones de fan¨¢ticos que act¨²an por libre, al margen de un credo religioso que les desautoriza. Si vamos m¨¢s lejos por esa senda dirigida al desconocimiento, a?adiremos que la culpa est¨¢ por una causa u otra en Occidente.
Ver claro significa en cambio renunciar a la idea, cada vez m¨¢s difundida entre la extrema derecha europea, de que Islam y terrorismo son una misma cosa, pero tambi¨¦n admitir que a partir del concepto de ¡°yihad¡±, si asumimos su vigencia para el momento de hoy, el terrorismo es un instrumento privilegiado para derrotar a los enemigos de Al¨¢. Y esto es Cor¨¢n puro y duro, tal como lo practican los seguidores del Estado Isl¨¢mico.
Desde la biograf¨ªa del fundador, sabemos que en la etapa del Profeta armado, a diferencia de la fase previa de admonici¨®n en La Meca, esa lucha implacable ha de servirse con todos los m¨¦todos de violencia con tal de triunfar, y que los golpes puntuales que impiden la vida o las relaciones econ¨®micas de esos enemigos, resultan plenamente leg¨ªtimos, con independencia de las vidas de no-creyentes que sean destruidas, De sinraz¨®n nada: deshumanizaci¨®n exigida por el planteamiento de base. Y el marco de la lucha es global, hasta la imposici¨®n definitiva del Estado isl¨¢mico. Dicho en plata, el terror se orienta a hacer la vida imposible a los enemigos de Al¨¢. En este caso con un doble blanco: la democracia tunecina y un pa¨ªs vacilante como Espa?a.
La respuesta de nuestros servicios de Seguridad ha sido muy eficaz desde el 14-M, pero buena parte de los l¨ªderes de opini¨®n progres siguen pensando que con la actitud reverencial basta para amansar la fiera terrorista. Y confundiendo la defensa de una deseable democracia en los pa¨ªses musulmanes (caso de T¨²nez, tan poco elogiado entre nosotros), lo que supone dejar al descubierto la l¨®gica fundamentalista que ampara la yihad, con orientalismo, e incluso islamofobia. De este modo la reproducci¨®n de la ideolog¨ªa yihadista entre los creyentes avanza sin obst¨¢culos.
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