Scioli, el resistente que va camino de presidir Argentina
Kirchner acepta al gobernador de Buenos Aires como candidato tras menospreciarlo
Los que lo conocen dicen que para entender a Daniel Scioli hay que ir a Villa La ?ata, donde est¨¢ la mansi¨®n sobre el delta del r¨ªo Paran¨¢ en la que vive el hombre que tiene m¨¢s posibilidades de ser el nuevo presidente de Argentina. All¨ª est¨¢ en su salsa. Deportista enfermizo, obsesionado por no dar la imagen de pol¨ªtico cl¨¢sico, se ha hecho construir a las puertas de su mansi¨®n un estadio de f¨²tbol sala y se ha comprado un equipo, que ha llevado a primera divisi¨®n, con un ¨²nico objetivo: jugar ¨¦l todos los s¨¢bados.
A sus 58 a?os y con un solo brazo ¡ªperdi¨® el otro en un accidente mientras compet¨ªa con su lancha fueraborda¡ª, Scioli juega ¡ªo lo intenta¡ª con veintea?eros y se enfada con el entrenador, que no saca al due?o si el partido est¨¢ dif¨ªcil. Scioli es el rey en La ?ata. El locutor, otro empleado, exige por la megafon¨ªa al entrenador que saque a la cancha al ¡°pichichi¡± mientras Scioli se indigna con los amigos ¡ªtambi¨¦n famosos¡ª que van a verlo. ¡°No me pone el pelotudo¡±, se r¨ªe.
Alguien le llama al m¨®vil, otro empleado le acerca el tel¨¦fono al jefe sudoroso. ?l habla y despu¨¦s lanza el m¨®vil al aire hacia atr¨¢s para que lo recojan. Encima del vestuario hay dos balcones con figuras de cera a tama?o natural de Per¨®n, Evita, Mandela, Churchill y N¨¦stor Kirchner que contemplan el juego de Scioli y los suyos. Sentado cerca de los ba?os est¨¢ Maradona, en cera. Es el mundo particular de un personaje dif¨ªcil de catalogar.
El gobernador de Buenos Aires es rico desde peque?o, como su gran rival, Mauricio Macri. Ambos son hijos de exitosos empresarios italianos. Macri, constructor. Scioli, vendedor de electrodom¨¦sticos. Ambos fueron play boys y famosos antes de entrar en pol¨ªtica. Macri es m¨¢s discreto, pero Scioli sigue viviendo igual: rodeado de famosos, en una vor¨¢gine de vida social controlada por su esposa, Karina Rabolini, modelo en los ochenta y ahora empresaria de cosm¨¦ticos. Y as¨ª, pendiente siempre de su imagen, lleva 18 en pol¨ªtica pero ha logrado que la gente no lo vea como un pol¨ªtico.
Pese a esta vida de comodidades, Scioli ha logrado, con una enorme habilidad para construir el relato de s¨ª mismo, venderse como un sufridor. Un resistente. En cada intervenci¨®n televisiva, recuerda el d¨ªa hace 26 a?os en que perdi¨® un brazo en el accidente. Volvi¨® a competir y a ganar en un deporte del que nadie sab¨ªa nada. Se hizo muy famoso.
El relato del sufridor
?l y su mujer tambi¨¦n recuerdan siempre el d¨ªa que sobrevivieron a un incendio en su casa. Las encuestas detectan que es un hombre que cae bien. El relato del hombre sufridor es imbatible, y ¨¦l lo remata mostrando en la televisi¨®n c¨®mo es capaz de hacerse el nudo de la corbata con un solo brazo. Los estrategas de Macri han dado la orden de no criticarle abiertamente. Macri dice que es su amigo. ¡°Tiene imagen de buena persona, y criticarle te convierte en mala persona. Es muy dif¨ªcil ganarle¡±, admite un rival.
La historia pol¨ªtica de Scioli no es menos particular. Lo fich¨® en 1997 Menem, que en el final de su mandato buscaba deportistas y famosos para salvar los muebles del peronismo en plena crisis. Cuando el menemismo se hundi¨® supo reconvertirse y lleg¨® a ser el vicepresidente de N¨¦stor Kirchner. Lo pusieron porque siempre daba bien en las encuestas. Pero nunca se entendieron. Y mucho menos con su mujer, Cristina.
El pol¨ªtico que juega a todas las bandas
Scioli juega a todas las bandas, a los empresarios les dice que ¨¦l va a normalizar las cosas, y a los kirchneristas que cumplir¨¢ "los sue?os de N¨¦stor y de Ch¨¢vez". Nunca se moja del todo. "El peronismo es as¨ª, primero ganamos y despu¨¦s vemos, lo ¨²nico importante es ganar, los que discuten qu¨¦ hacer antes de ganar son los radicales", dicen los sciolistas.
Scioli fue un hijo pol¨ªtico de Menem, el peronista m¨¢s a la derecha. Pero intenta ganar las elecciones con el apoyo de Cristina Kirchner. Todo es posible en el peronismo, y en Argentina.
Kirchner era un hombre de acci¨®n que reivindicaba la izquierda y daba batallas contra todo, Scioli un rico deportista al que no le gusta mojarse ni pelearse con nadie. Scioli prefiere resistir a combatir. Siempre aguanta.
Desde hace muchos a?os, dicen los suyos, tiene un ¨²nico objetivo: ser presidente. No importa como ni para qu¨¦; la ideolog¨ªa no es un asunto que le preocupe mucho. Pero quiere ser presidente y est¨¢ a punto de lograrlo. ¡°A¨²n me subestiman¡±, suele decir ¨¦l, que siempre sale vivo de todas las batallas. Quer¨ªa ser alcalde de Buenos Aires pero Kirchner le oblig¨® a competir por la gobernaci¨®n. Y all¨ª fue sin rechistar. Cristina Kirchner le cort¨® los fondos de la provincia, lo humill¨® en actos p¨²blicos, hizo que el kirchnerismo hablara de ¨¦l como ¡°el candidato de los fondos buitre¡±. Y ¨¦l aguant¨®.
Ahora ella, que no se f¨ªa de un hombre que ve muy a la derecha de sus ideas, le ha puesto de candidato a vicepresidente a su hombre m¨¢s fiel, Carlos Zannini, y lo rodea de kirchneristas. A Scioli no le importa, si as¨ª logra ser presidente. ?l ha conseguido lo que quer¨ªa: ella no ha tenido m¨¢s remedio que apostar por ¨¦l porque ning¨²n kirchnerista de verdad daba tan bien en las encuestas.
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