Srebrenica muestra los l¨ªmites de las misiones de paz de la ONU
Representantes de Naciones Unidas, la OTAN y la UE piden disculpas por no evitar el genocidio perpetrado en la ciudad bosnia
Naciones Unidas, la Uni¨®n Europea y la OTAN, tres de los representantes destacados de la comunidad internacional, fallaron estrepitosamente en la guerra de Bosnia. Sobre todo, en los d¨ªas anteriores al genocidio de Srebrenica -el asesinato sistem¨¢tico y premeditado de unos 8.000 varones musulmanes bosnios en 1995 a manos de tropas serbias- que nadie previ¨® en los despachos de Nueva York y Bruselas. Un fracaso pol¨ªtico en toda regla, donde las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU se dictaron pensando m¨¢s en tranquilizar a los votantes de los distintos Gobiernos implicados, que en su posible cumplimiento. Y tambi¨¦n un error militar, porque no siempre hubo sinton¨ªa entre las autoridades civiles y los uniformados. Prueba de ello es la tardanza en lanzar un ataque a¨¦reo en toda regla antes de que la ciudad bosnia fuera tomada por los soldados del general Ratko Mladic.
Con el 20 aniversario de la tragedia en puertas (el 11 de julio), las tres instituciones implicadas han pedido disculpas este mi¨¦rcoles por una operaci¨®n ¡°para la que faltaron medios y debi¨® haberse dise?ado para asegurar la paz, en lugar de mantenerla, cuando lo que hab¨ªa era una guerra en marcha¡±, en palabras de Yasushi Akashi, en su momento, enviado especial del secretario general de la ONU para la antigua Yugoslavia. La lecci¨®n aprendida all¨ª debe reflejarse en un mejor dise?o de las misiones de paz, dif¨ªciles de organizar cuando pocos pa¨ªses est¨¢n dispuestos a correr riesgos ante la opini¨®n p¨²blica.
El coro de disculpas ha sido un¨¢nime y se ha producido en un encuentro patrocinado por el Instituto de La Haya de Justicia Global y el Museo del Holocausto de Estados Unidos. Pensado para analizar el proceso de toma de decisiones a escala internacional, con Srebrenica como ejemplo, a los ¡°remordimientos¡± de Akashi, ¡°porque quer¨ªamos una paz duradera y nuestra prioridad era la asistencia humanitaria, pero fue imposible lograrlo¡±, se ha sumado el resto de los participantes. Carl Bildt, exprimer ministro sueco y enviado de la UE a la antigua Yugoslavia en 1995, ha subrayado que las ¡°zonas seguras¡± designadas por la ONU (entre ellas la propia Srebrenica) no lo eran. ¡°Hay que ser honestos y tener en cuenta que las resoluciones de la ONU, de no cumplirse, tienen repercusiones inmediatas para los civiles¡±. ¡°Por otro lado, hubo un momento en que los l¨ªderes pol¨ªticos serbios, Milosevic y Karadzic, y su jefe militar, Ratko Mladic, propusieron traslados masivos de civiles de un territorio a otro. Una especie de limpieza ¨¦tnica pac¨ªfica encubierta en forma de corredores humanitarios. Ante algo as¨ª, hay que saber cu¨¢les son los valores que defendemos¡±, ha dicho.
Sus palabras han dado pie a Muhamed Durkovic, superviviente del genocidio, para centrar la atenci¨®n en las v¨ªctimas. ¡°La comunidad internacional subestim¨® lo que podr¨ªa pasar, es cierto, y hay que pedir perd¨®n por ello. No hubo teor¨ªas conspiratorias, pero los refugiados civiles de la ciudad s¨ª sab¨ªamos que nuestra muerte estaba asegurada. Vimos que aquello ser¨ªa el toque definitivo de la limpieza ¨¦tnica llevada a cabo en Bosnia-Herzegovina. Lo dem¨¢s es insultar a los fallecidos. El problema, ahora, sigue siendo la reconciliaci¨®n¡±, ha asegurado.
Zlatko Lagumdzija, viceprimer ministro de Bosnia-Herzegovina entre 1992 y 1994, ha abundado en este extremo recordando que todav¨ªa hay quien niega el genocidio bosnio. ¡°O lo que es igual, rechazan la idea de una sociedad compartida y sin segregaci¨®n ¨¦tnica¡±. Justamente hoy, ha trascendido la pugna entre Rusia (y Serbia) de un lado, y el Reino Unido, de otro, por el uso del temido t¨¦rmino en la resoluci¨®n que Naciones Unidas publicar¨¢ en recuerdo de los 20 a?os de Srebrenica. Los dos primeros abogan por llamarlo ¡°crimen enorme y horroroso¡±. El borrador de la resoluci¨®n, preparado por Londres, habla de genocidio sin rodeos.
La cita de La Haya ha sido muy dura para Joris Vorhoeve, ministro holand¨¦s de Defensa (1994-1998), y responsable del env¨ªo del batall¨®n de cascos azules destacado en Srebrenica. ¡°Hubo un fallo generalizado de la ONU, la OTAN y las misiones de paz. Y yo lamento no haber tomado un avi¨®n hacia Bosnia para pedir, en persona, el apoyo a¨¦reo que nuestros soldados necesitaban. Lo hice solo por tel¨¦fono, pero creo que lo ocurrido poco tiene que ver con la actuaci¨®n de 150 soldados enfrentados a 2.000 tropas serbias¡±, ha se?alado. El general Rupert Smith, comandante de UNPROFOR (Fuerza de Protecci¨®n de Naciones Unidas) en Bosnia en 1995, ha sido m¨¢s directo. Responsable de romper el sitio de Sarajevo, que puso fin a la guerra, ha afirmado lo siguiente: ¡°Para meterse en una guerra hay que saber contra qui¨¦n peleas, y aqu¨ª hubo dos operaciones simult¨¢neas, de la OTAN y la ONU, respondiendo a p¨²blicos diferentes. Y no, no creo que la fuerza militar hubiera podido evitar algo como lo de Srebrenica¡±, ha matizado.
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