Plebiscito contra la troika

Tsipras ha conseguido lo que quer¨ªa. Ha encontrado la fuerza que buscaba, al menos de cara a su coalici¨®n, Syriza y a sus seguidores. Su victoria es clara, rotunda. Nada permite pensar que ablande a los m¨¢s duros. Merkel quer¨ªa el s¨ª, pero muchos en Alemania o en Finlandia tambi¨¦n quer¨ªan el no.Si tiene alguna virtud este resultado es la de la claridad: entre una expresi¨®n de confianza hacia la Uni¨®n Europea y un gesto de disgusto extremo hacia la troika se?alada incluso en la papeleta (Eurogrupo, Banco Central, FMI, los griegos han escogido lo segundo.

El resultado tambi¨¦n levanta un bander¨ªn de enganche que divide a los adversarios de Tsipras. Francia encabezar¨¢ este bando, el de los que quer¨ªan el s¨ª pero van a defender la permanencia de Grecia aunque haya salido el no. Mario Draghi, el gran banquero europeo, tambi¨¦n leer¨¢ con atenci¨®n el resultado. Nada est¨¢ escrito pero el margen de la victoria no garantiza nada.

Los refer¨¦ndums permiten conocer la opini¨®n de los ciudadanos pero no levantan los corralitos, no abren los bancos, no pagan a los funcionarios, ni garantizan la permanencia en el euro. Esto est¨¢ en manos de la troika, de los perdedores, esta es la paradoja. El plebiscito es una victoria sobre la troika, pero el problema es que la troika es quien debe moverse para evitar la salida del euro.

Europa necesita un euro entero, del que Grecia no se salga

No estaba claro c¨®mo deb¨ªa reaccionar el Banco Central ante la victoria del no. Un margen estrecho dejaba m¨¢rgenes interpretativos, mientras que una diferencia tan notable como la obtenida por Tsipras es una invitaci¨®n a una actitud m¨¢s comprensiva siempre que se cumpla una condici¨®n nada f¨¢cil: la victoria pol¨ªtica de Tsipras debe prepararle para ceder hasta el l¨ªmite, m¨¢s all¨¢ de lo que quieren sus partidarios.

Europa necesita un euro entero, del que Grecia no se salga. Europa tambi¨¦n necesita una Grecia integrada en la Uni¨®n Europea y en la Alianza Atl¨¢ntica. Son razones poderosas para que Grecia no se vaya. No es seguro que Tsipras sepa comprender la oportunidad que le ofrece esta victoria para convertir a sus adversarios de la troika en sus aliados.

El orgullo griego ha quedado salvado. Tsipras no ha sido humillado. Tiene ahora la oportunidad para recuperar la solidaridad destruida en las ¨²ltimas semanas con su consulta unilateral, convocada con nocturnidad, buscando en la democracia de uno de los socios la palanca para doblar el brazo a la democracia de todos los otros 18. Para hacerlo, deber¨¢ regresar al juego en el que todos vencen y esto significa que todos cedan y que todos ganen.