Chapopote
El vocablo n¨¢huatl parece met¨¢fora perfecta para escribir en torno a la fuga de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, mejor conocido como el Chapo
Qui¨¦n sabe c¨®mo el vocablo n¨¢huatl chapopotli ¨Cen M¨¦xico dicho como chapopote¡ªse volvi¨® en Espa?a chapapote. El vocablo se refiere a cualquier l¨ªquido viscoso extendido sobre el suelo, aunque la Real Academia lo da como sin¨®nimo de asfalto. Lo cierto es que por hoy, en su mera pronunciaci¨®n mexicana, chapopote parece met¨¢fora perfecta para intentar escribir en torno a la fuga de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, mejor conocido como el Chapo por su estatura enana, aunque su biograf¨ªa, capturas, cr¨ªmenes, negocios, estiercoleros diversos, leyendas y fugas abultan la acepci¨®n de que todo en torno a su figura no es m¨¢s que un inmenso charco de lodo resbaloso que todo lo trastoca y confunde.
Qui¨¦n sabe c¨®mo, pero llama la atenci¨®n c¨®mo brota la lluvia de explicaciones instant¨¢neas, conspiraciones inmediatas, dudas generalizadas y explicaciones no necesariamente fundamentadas ante un hecho como ¨¦ste. En el pa¨ªs donde impera lo impredecible, lo m¨¢s inveros¨ªmil parece ser precisamente la posibilidad ¨Cque muchos ven remota¡ªde que el mentado Chapo realmente se mand¨® construir un t¨²nel de poca madre, de m¨¢s de un kil¨®metro de largo, con apenas unos cent¨ªmetros de error, guiado por el Google Earth que tenemos todos a la mano para llegar directamente a un ducto donde desemboca la ducha de su celda. Se ha de sentir del carajo gastarse un dineral en la construcci¨®n de un tunelazo, confiar todas las noches en la lealtad incondicional de los alba?iles, esperar sigilosamente m¨¢s de un a?o para la inauguraci¨®n y que la opini¨®n p¨²blica dude instant¨¢neamente del hecho. Ni modo, Chapito: los bandoleros de los corridos ya son cosa del pasado y tendr¨¢ Usted que resignarse a que sus supuestas haza?as pasen por el rasero generalizado precisamente por la anquilosada red de corrupci¨®n, corruptelas, lavado de dinero, extorsiones y cohecho que Usted mismo ha cuadriculado a largo de su ya larga biograf¨ªa delictiva.
Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera es un criminal. Un analfabeta funcional que ha confundido a miles de incautos con el perfil de una suerte de bandolerismo triunfador
Qui¨¦n sabe por qu¨¦ el Secretario de Gobernaci¨®n (que en otros pa¨ªses se conoce como Ministro del Interior) se hallaba precisamente en el Exterior y ha quedado ¨Ccomo bien ha escrito el analista Carlos Puig¡ªal frente del Gobierno de la Rep¨²blica, de cuclillas, mirando el hoyo. Como quien mira el espejo humeante de Tezcatlipoca ¨Cque alg¨²n presidente del viejo PRI utiliz¨® como met¨¢fora de la abundancia petrolera: el hoyo por donde se sale el Chapo es el pozo negro y viscoso regado por el suelo de todas las confusiones posibles. El negro espejo donde nos reflejamos todos en perplejidad, los que aseguran formular de sobremesa la teor¨ªa exacta de toda interpretaci¨®n y quienes incluso celebran las andanzas de un delincuente, las caras de tristeza de quien simplemente lamenta un hecho doloroso y el rostro de quienes ante lo inexplicable intentan saciar la duda en exhortaciones conc¨¦ntricas que van de la boca del hoyo a la formulaci¨®n de una nueva Constituci¨®n, una urgente e inevitable intervenci¨®n militar norteamericana o incluso, el regreso del Chapul¨ªn Colorado. En el pa¨ªs de las telenovelas, al tiempo que el presidente de la Rep¨²blica andaba por las nubes en viaje a Par¨ªs con una inmensa comitiva que lo acompa?aba, el populacho se entretiene con memes y chistes infalibles que nublan a¨²n m¨¢s la neblina que empa?a al espejo.
Agradezco que haya a¨²n escritores y plumas pensantes que han contribuido a la serena reflexi¨®n de todo lo que se desprende del hecho y me concentro en celebrar a los profesionales de la noticia que no han cejado en precisar ¨Cpaso a paso¡ªla realidad de un caso que ¨Cinstintiva e instant¨¢neamente¡ªparece convertirse en tinta de novela y gran gui¨®n cinematogr¨¢fico, pero me preocupa que la ligereza o desparpajo con el que se mira la mayor¨ªa en el espejo empa?ado del M¨¦xico de hoy pasa por alto o canta a la ligera al protagonista principal.
Qui¨¦n sabe c¨®mo, pero llama la atenci¨®n c¨®mo brota la lluvia de explicaciones instant¨¢neas, conspiraciones inmediatas, dudas generalizadas y explicaciones no necesariamente fundamentadas ante un hecho como ¨¦ste
Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera es un criminal. Un analfabeta funcional que ha confundido a miles de incautos con el perfil de una suerte de bandolerismo triunfador, donde supuestamente se respetan definiciones propias de justicia, lealtad, fidelidad o incluso, prosperidad. Es un sicario al frente de un ej¨¦rcito de sicarios ¨Csustituibles o dispensables¡ª miembros y beneficiarios de una poderosa empresa multinacional que opera en much¨ªsimos m¨¢s pa¨ªses que cualesquiera de las otras empresas mexicanas que han internacionalizado sus negocios; es el art¨ªfice y l¨ªder de una mafia capaz de transportar dos toneladas de coca¨ªna y diez mil toneladas de mariguana al mes, arquitecto-ingeniero-director financiero y comercial (todo por intuici¨®n y empirismo a salto de mata) capaz de diversificar sus juguetes con laboratorios impecables y ultramodernos para la producci¨®n masiva de drogas sint¨¦ticas y, en una sola palabra, un g¨¹ey con mucha pero much¨ªsima lana, todo el dinero del mundo (ranqueado por Forbes entre los millonetas del planeta, aunque la revista no revele c¨®mo midi¨® exactamente sus enredadas finanzas) y s¨ª, capaz de hacer con todo su dinero no s¨®lo un t¨²nel absolutamente inveros¨ªmil, sino tambi¨¦n de sobornar y aprovechar los oxidados goznes de un gobierno.
Con un poco de calor, el chapopote se vuelve no s¨®lo resbaloso sino incluso pegajoso. Se confunde quien crea tener la absoluta verdad en torno a esta nueva fuga del Chapo Guzm¨¢n o la minuciosa explicaci¨®n de todas las implicaciones, obviando los detalles que acostumbran aquilatar los detectives. No todos los funcionarios p¨²blicos son corruptos o corruptibles, no todos los delincuentes son p¨ªcaros delincuentes a celebrarse como si nada en corridos, cuantim¨¢s el Chapo: responsable directo o indirecto de miles de asesinatos, corresponsable o enchapopotado en cientos de matanzas, delitos y todo un lodazal estupefaciente y psicotr¨®pico que atenta o afecta a la sociedad en general¡ y s¨ª, no todo presidio de m¨¢xima seguridad es infalible o inviolable.
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