¡°Si el viento corre ¡®pal¡¯ norte, El Chapo corre ¡®pal¡¯ sur¡±
En la sierra de Sinaloa no creen que el capo se oculte en su tierra porque sabe que el Gobierno mexicano lo buscar¨¢ all¨ª
El Chapo Guzm¨¢n podr¨ªa estar en alg¨²n rinc¨®n de estos 5.800 kil¨®metros cuadrados de monta?as quebradas, o en cualquier otra parte del mundo. El peque?o tama?o y la docilidad del ret¨¦n militar de la gasolinera de entrada hacia los montes de la sierra muestra que el Gobierno mexicano, de momento, no ha optado por lanzarse a buscarlo entre los mil recovecos poblados de ojos y orejas atentas de la tierra donde naci¨®. La cuna del todopoderoso cartel de Sinaloa. ¡°Sabr¨¢ Dios para d¨®nde habr¨¢ arrancado El Chapo¡±, dice Mario Valenzuela, alcalde del municipio originario del capo, Badiraguato. En una pared de su despacho luce el retrato oficial del presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, mucho m¨¢s sonriente de lo que debe de estar desde que el s¨¢bado por la noche Guzm¨¢n se fug¨® de su c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad m¨¢s reputada.
Badiraguato tiene 32.000 habitantes y un presupuesto de ocho millones y medio de d¨®lares, 120 veces menos que la fortuna personal que le ha atribuido al Chapo la revista Forbes. Es un municipio pobre, incluido en la Cruzada contra el Hambre de la Secretar¨ªa de Desarrollo, pero de mafiosos ricos, o dicho como el alcalde ¡°el mayor productor de narcotraficantes famosos¡±. El top ten del entorno lo componen, entre vivos y muertos, el precursor Pedro Avil¨¦s El Le¨®n de la Sierra;?Miguel ?ngel F¨¦lix Gallardo, El Padrino;?Ernesto Don Neto Fonseca;?Rafael Caro Quintero El Narco de Narcos;?Emilio Quintero, primo de Rafael famoso en su d¨ªa por llevar siempre en su avioneta a su caballo favorito sentado en una silla de oro; Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n; Juan Jos¨¦ Esparragoza El Azul, a qui¨¦n llaman as¨ª por lo oscura que tiene la piel y del que no se sabe si ha fallecido de un infarto o si le provocar¨¢ un infarto a las autoridades cuando reaparezca; Arturo Beltr¨¢n Leyva, El Barbas o El Botas Blancas;?su hermano Alfredo Beltr¨¢n Leyva El Mochomo (nombre de una hormiga) y Amado Carrillo Fuentes, cuyo biopic seriado es un ¨¦xito de audiencia titulado con su soberan¨ªsimo apodo, El Se?or de los Cielos.
El alcalde le pide a su secretario que abra la nevera del despacho y le pide que saque un mango. El secretario se lo entrega. Es una pieza de fruta plet¨®rica con un peso de un kilo ochocientos gramos. Mario Valenzuela lo mira como Hamlet a la calavera y exclama: ¡°La verdad es que es una preciosidad de mango el que se hace en Badiraguato¡±. En su municipio tambi¨¦n se cultivan amplias superficies de marihuana y de amapola para extraer la cada vez m¨¢s cotizada goma de opio. En la librer¨ªa de su bur¨® tiene una respuesta a los retos del mundo global, El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty, aunque por lo general los suyos son problemas locales o incluso personales: en marzo, su jefe de polic¨ªa Jos¨¦ Guadalupe Guerrero alias El Gallito fue asesinado a r¨¢fagas de kal¨¢shnikov mientras conduc¨ªa por Culiac¨¢n, la capital de Sinaloa.
Le queda un a?o y medio de mandato. Tiene proyectos de drenaje, de carreteras y de promoci¨®n tur¨ªstica, para lo que sue?a con poner un casino en un pueblo de la sierra situado a m¨¢s de 2.000 metros de altura. En la antesala de su despacho ha expuesto varias fotos de una intervenci¨®n que lo llena de orgullo: ¡°El puente colgante m¨¢s largo del Estado de Sinaloa. Aguanta el paso de motocicletas de dos llantas¡±, comenta, y propone sin ¨¢pice de iron¨ªa: ¡°No s¨¦ si tengan un dron?para fotografiarlo desde arriba¡¡±. Una idea natural en un alcalde que sabe que su municipio est¨¢ siendo observado desde la estratosfera en busca de un hombre del que por ahora no parece que haya indicio de su presencia en el lugar: ¡°Hasta el momento no ha habido ning¨²n sobrevuelo de helic¨®pteros porque creo que saben que ¨¦l no est¨¢ aqu¨ª, pero seguro que los equipos de inteligencia satelital tienen que estar vigilando cada cent¨ªmetro del territorio de Badiraguato¡±.
Andr¨¦s Villarreal, jefe de informaci¨®n del semanario sinaloense Riodoce, no prev¨¦ que se ordene un asalto a la sierra. ¡°A los capos fuertes no se les detiene con operaciones masivas sino discretas, relacionadas con la obtenci¨®n de informaci¨®n privilegiada¡±, explica. ¡°Si el Gobierno lo quisiera recapturar tendr¨ªa que reconstruir una red de inteligencia como la que le permiti¨® ubicarlo la ¨²ltima vez¡±. La persecuci¨®n del m¨¢s buscado ha vuelto al punto cero. Villarreal sostiene que el Chapo regresa con tanta fuerza o m¨¢s que cuando fue capturado, con su ¡°red de protecci¨®n vinculada a la polic¨ªa¡± intacta y con la fidelidad inconmovible de Ismael El Mayo Zambada, un sabio narco que a sus 67 a?os no ha dejado de acumular poder y contactos sin haber ca¨ªdo detenido ni una sola vez. ¡°Esa es una alianza que est¨¢ por encima de cualquier cosa¡±, dice el periodista.
"Seguro que los equipos de inteligencia satelital est¨¢n vigilando cada cent¨ªmetro de la sierra", dice el alcalde
Una inc¨®gnita es saber qu¨¦ papel jugar¨¢ en el reasentamiento de la estructura del cartel Rafael Caro Quintero, liberado en 2013 tras 28 a?os purgando el asesinato de un agente de la DEA y seg¨²n parece cobijado desde entonces en la sierra ante la exigencia de Estados Unidos de que sea arrestado de nuevo para encargarse de terminar de cobrarle la cuenta completa por matar a uno de los suyos.
Un paisano que lo trat¨® de siempre conf¨ªa que lo vio cuando estaba reci¨¦n salido de la c¨¢rcel, ¡°con bigote y barb¨®n¡±; dice que se conoce como la palma de la mano estas monta?as por las que se mueve en helic¨®ptero, en avioneta o en cuatrimoto y lo define como un hombre ameno pero serio ¨C¡°No es una persona que ande platicando valent¨ªas¡±¨C, un duro sin aspavientos: ¡°El arma la trae tapada. Se le nota pero no se la mira uno¡±. Del Chapo cuenta que es ¡°m¨¢s arrebatado¡±, hablador ¨C¡°perico para platicar¡±¨C e igual que caliente, fr¨ªo como un pez. En la sierra se da por descontado que antes o despu¨¦s Caro y Guzm¨¢n tendr¨¢n que sentarse a hablar. Pero no ser¨ªa hasta despu¨¦s de que el narco m¨¢s famoso del mundo organice su agenda. ¡°?l va a venir cuando la cosa est¨¦ calmada¡±, dice su paisano. ¡°Porque si el viento corre?p¡¯al?norte, el Chapo corre?p¡¯al?sur¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Chapo Guzm¨¢n
- Fuga presos
- Narcotraficantes
- Seguridad penitenciaria
- Drogas
- Prisiones
- Centros penitenciarios
- R¨¦gimen penitenciario
- Problemas sociales
- Sociedad
- Cartel de Sinaloa
- M¨¦xico
- C¨¢rteles mexicanos
- Crimen organizado
- Narcotr¨¢fico
- Delincuencia
- Delitos contra salud p¨²blica
- Norteam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Am¨¦rica
- Delitos
- Justicia
- Edici¨®n Am¨¦rica