Manual de uso de izquierdas y derechas
"Un alba?il, amigo m¨ªo, se empe?a en darme siempre la mano con su izquierda. Dice que es la del coraz¨®n", explica el autor
Nos levantamos con buena suerte si lo hacemos ¡°con el pie derecho¡±. Al rev¨¦s, el d¨ªa empieza mal si lo hacemos con ¡°el pie izquierdo¡±. En la Biblia se bendice y se transmite la herencia con la mano derecha. Los justos estar¨¢n a la derecha de Dios y los condenados a la izquierda. Sin embargo, nacemos con el coraz¨®n a la izquierda. Y el coraz¨®n es considerado popularmente el motor de los afectos y de la vida.
Es curioso que desde la m¨¢s remota antig¨¹edad todo lo mejor se asigne al lado derecho y lo peor al izquierdo. En el sistema jerogl¨ªfico egipcio, entrar es ir hacia el lado derecho, mientras que se sale por el lado izquierdo. En la Grecia Antigua, Pit¨¢goras obligaba a entrar a los templos paganos con el pie derecho. Para P¨ªndaro, la derecha significaba la sabidur¨ªa y la astucia.
En nuestro mundo posmoderno se discute sobre el significado de los t¨¦rminos de izquierda y derecha sobre todo despu¨¦s del recrudecerse del capitalismo financiero de rapi?a, de la ca¨ªda del comunismo y del desastre de los populismos socialistas que acaban resbalando en los fascismos de Estado.
En toda la tradici¨®n rab¨ªnica, la oscuridad fue creada por la mano izquierda de Dios y la luz por su derecha
Al mismo tiempo, psic¨®logos, antrop¨®logos, soci¨®logos y ling¨¹istas siguen sin saber descifrar el hecho, que como afirma el poeta y simbolista catal¨¢n Juan Eduardo Cirlot, desde siempre los humanos identifican al lado derecho con el futuro, lo leg¨ªtimo, la vida, y al izquierdo con el pasado, lo siniestro, lo reprimido y la misma muerte.
La Biblia y con ella toda la cultura del juda¨ªsmo tambi¨¦n elogia y privilegia a la derecha. A los sacerdotes se les ofrec¨ªa la pierna derecha de la v¨ªctima sacrificada, seg¨²n el libro del Lev¨ªtico (7) Mois¨¦s, en el ?xodo (15) se dirige as¨ª a Yav¨¦: ¡°En tu derecha, gloriosa est¨¢ la fuerza¡±. Y en el Eclesiast¨¦s (10) se lee: ¡°El coraz¨®n del sabio lo gu¨ªa hacia la derecha y el del necio hacia la izquierda¡±.
M¨¢s tarde, Dante Alighieri en la Divina Comedia coloca el Para¨ªso a la derecha y el infierno a la izquierda
En toda la tradici¨®n rab¨ªnica, la oscuridad fue creada por la mano izquierda de Dios y la luz por su derecha. En la lengua hebrea se lee de derecha a izquierda.
En el Nuevo Testamento, el Mes¨ªas se sentar¨¢ ¡°a la derecha de Dios¡± (Mt. 16) y tras el juicio final, los justos se colocar¨¢n a la derecha del Alt¨ªsimo y los condenados a su izquierda.
La defensa de los derechos humanos y de los trabajadores ya no fue prerrogativa ¨²nica de las izquierdas
Los evangelistas recuerdan que en la cruz, el buen ladr¨®n estaba a la derecha de Cristo y el malo a su izquierda. Y en la mayor parte de la iconograf¨ªa cristiana, la cabeza de Cristo muerto se inclina hacia el lado derecho, raramente hacia el izquierdo.
Cuando los ap¨®stoles se quejan al Maestro de que no consegu¨ªan pescar, Jes¨²s les dice que es porque estaban echando las redes a la izquierda. ¡°Echadlas a la derecha¡± (Jn. 21) les recomienda, y las redes volvieron cargadas de peces. La suerte y la eficacia eran prerrogativa de la derecha.
M¨¢s tarde, Dante Alighieri en la Divina Comedia coloca el Para¨ªso a la derecha y el infierno a la izquierda.
La ¨²nica explicaci¨®n plausible seg¨²n antrop¨®logos e historiadores a esa preferencia de los antiguos por la derecha es que se cre¨ªa que el sol nac¨ªa a la derecha trayendo la luz y la vida y se pon¨ªa por la izquierda, llevando la oscuridad y la muerte.
En la era moderna, los t¨¦rminos izquierda y derecha adquieren en pol¨ªtica significados diferentes de los meramente hist¨®ricos. Todo nace con la Revoluci¨®n Francesa. Los nobles se sentaban a la derecha del monarca y los radicales a la izquierda.
A¨²n hoy, en los banquetes y ceremonias oficiales, se coloca a la derecha del anfitri¨®n al comensal m¨¢s importante. Curiosamente hasta en los rituales marxistas se levanta en alto con el pu?o cerrado la mano derecha, no la izquierda.
Tras las revoluciones socialistas la izquierda se venga de su at¨¢vico papel de inferioridad espacial. Los comunistas y socialistas empiezan a identificarse con las causas de la justicia y de la libertad, se colocan al lado de los m¨¢s d¨¦biles y marginales y luchan contra el capitalismo para dar el poder a la clase trabajadora.
Es la reivindicaci¨®n de la izquierda social en defensa de los trabajadores contra la injusticia de una derecha ego¨ªsta y excluyente.
Hoy esa izquierda aparece en crisis o desilusionada y las pol¨ªticas se juegan en el centro.
Lo que ha ocurrido es que una cierta izquierda, cuya bandera era abrazada por las masas desheredadas y hu¨¦rfanas de identidad acab¨® aburgues¨¢ndose, contagi¨¢ndose de los pecados de la derecha hasta perder su virginidad ¨¦tica. Ocurri¨® en Italia, donde floreci¨® uno de los partidos comunistas m¨¢s fuertes de Europa. Y lo est¨¢ siendo en Brasil, donde hasta Lula confiesa que su partido, que ya fue el mayor y con mayor prestigio de Am¨¦rica Latina, est¨¢ en crisis y no entusiasma a los j¨®venes.
La izquierda se dej¨® seducir por los halagos de la riqueza f¨¢cil y sus dirigentes empezaron a vivir como los ricos capitalistas.
En Brasil, como en buena parte de Am¨¦rica Latina, la izquierda sigue sin embargo manteniendo para muchos la fascinaci¨®n y la memoria de las reivindicaciones sociales contra la avaricia capitalista.
Sin embargo, tras la ca¨ªda del Comunismo y del Muro de Berl¨ªn, los pa¨ªses buscaron nuevos caminos de pol¨ªtica socialdem¨®crata sin dicotom¨ªas radicales, haciendo pol¨ªtica alejada de los extremos de la izquierda y de la derecha.
La defensa de los derechos humanos y de los trabajadores ya no fue prerrogativa ¨²nica de las izquierdas. Fueron un imperativo para crear sociedades m¨¢s igualitarias.
Hoy el mundo vive momentos de arenas movedizas. Vuelven, alimentados por las crisis econ¨®micas mundiales, los extremismos de ambos colores y las nuevas clases medias, llegadas del mundo del trabajo se mueven con par¨¢metros diferentes de las antiguas reivindicaciones radicales de la lucha del proletariado contra la burgues¨ªa.
Es un momento de pasaje de ciencia pol¨ªtica y econ¨®mica que exige soluciones nuevas y creativas para huir de viejos esquemas del pasado.
Cuando mi hija Maya ten¨ªa cinco a?os y empezaba a aprender los conceptos b¨¢sicos de tiempo y espacio me preguntaba d¨®nde estaban la derecha y la izquierda. Recuerdo que le dec¨ªa, con clara complicidad, que la izquierda estaba siempre de la parte del ¡°coraz¨®n¡±, que es con el que ella ¡°me amaba¡±.
Muchos a?os despu¨¦s, un alba?il que hizo unas reparaciones en la casa donde vivo acab¨® alcoholizado. Tuvo que dejar de trabajar. De vez en cuando lo encuentro, aun tambale¨¢ndose en su vieja bicicleta. Se acuerda aun de m¨ª. Se para, se quita el gorro y me da la mano, pero no la derecha. Lo hace con la izquierda: ¡°Es que esta es la mano del coraz¨®n¡±, explica.
Cuando la izquierda se olvida, sin embargo, de usar el coraz¨®n a la hora de defender los derechos de los m¨¢s desafortunados y prefiere el compadreo y la fascinaci¨®n por los privilegios y lujos burgueses de la derecha, existe el peligro de que ellos se sientan tentados, como en la antig¨¹edad, a creer que lo bueno est¨¢ siempre a la derecha y la traici¨®n a la izquierda.
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