En la mente de El Chapo
Guzm¨¢n Loera es un ser acomplejado que mata sin culpa, pero teme perder la libertad
Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera mata, pero nunca en caliente. S¨®lo aprieta el gatillo cuando m¨¢s da?o puede causar. Es un animal de sangre fr¨ªa y mente compleja que adora, por encima de todo, el poder. As¨ª lo revela un antiguo informe psicol¨®gico elaborado por la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica y que, tras la espectacular fuga de la c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad de El Altiplano?y su recaptura en Sinaloa, se ha convertido en una radiograf¨ªa ¨²nica de este legendario narcotraficante. El documento muestra que la energ¨ªa de El Chapo surge de una profunda frustraci¨®n. Nacido en las monta?as de Badiraguato (Sinaloa) en 1957, en un entorno m¨ªsero y agr¨ªcola, maltratado por su padre, acomplejado por su baja estatura (de ah¨ª el apelativo chapo, corto), el l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa es un volc¨¢n de resentimientos que a diferencia de la mayor¨ªa de sus pares, ha encauzado su brutal agresividad con una ¡°alta capacidad de reacci¨®n racional¡±. ¡°Es tenaz y su sentimiento de inferioridad se refleja en una expresi¨®n de superioridad intelectual y de ambici¨®n desmedida por el poder. Tiene necesidad de liderazgo, controla el entorno y es obsesivo, pero mesurado en sus actos vindicativos¡±, se?ala el informe.
Para El Chapo, matar es parte del negocio. No siente remordimiento. Por el contrario, se ve a s¨ª mismo, seg¨²n los psic¨®logos de la fiscal¨ªa, como un ¡°l¨ªder con buenos sentimientos¡±. Un padrino solidario y protector de los desvalidos. Caracter¨ªsticas que ¨¦l ha cultivado ampliamente en Sinaloa, y que le han conferido en su tierra, donde es reverenciado como un se?or feudal, la imagen de buen bandido. Pero ese falso espejo se rompe cuando percibe que est¨¢ en riesgo. ¡°Es seductor, espl¨¦ndido, genera sentimiento de lealtad y dependencia hacia su persona. Pero no es indulgente con sus detractores, y no vacila en romper alianzas. Cumple compromisos, pero tambi¨¦n sus venganzas, empleando cualquier m¨¦todo violento si se siente amenazado¡±.
Se ve a s¨ª mismo como un ¡°l¨ªder con buenos sentimientos¡±, seg¨²n revela un informe psicol¨®gico oficial
Su vida, una cartograf¨ªa del M¨¦xico oscuro, la configura una sucesi¨®n de acciones sanguinarias dominadas por el c¨¢lculo. El horror desatado en Ciudad Ju¨¢rez para hacerse con el control de los pasos fronterizos fue un ejemplo. Pero tambi¨¦n, la cumbre organizada en Cuernavaca en 2003 con los 25 capos m¨¢s importantes del pa¨ªs y que acab¨® con el estallido de violencia que a¨²n convulsiona M¨¦xico.
Aquella batalla abierta, entre otros por ¨¦l mismo, le depar¨® una posici¨®n hegem¨®nica. En medio de la vor¨¢gine, alcanz¨® un control masivo del mercado internacional de la droga. Su red, con 300 empresas, operaba en 20 pa¨ªses y encabezaba el mercado de la coca¨ªna, la marihuana y las metanfetaminas. Con una fortuna valorada en m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares, su poder se extend¨ªa desde el Pac¨ªfico al Atl¨¢ntico. Discreto y poco dado a la ostentaci¨®n, mantuvo la regla, inculcada por su maestro Miguel ?ngel F¨¦lix Gallardo, de no mezclar el negocio de la droga con la extorsi¨®n o el secuestro.
A simple vista pod¨ªa parecer un l¨ªder moderado, pero detr¨¢s se ocultaba una fiera capaz, tras un atentado (doce balazos en el costado de su Chevrolet Cutlass), de enviar 50 hombres con rifles de asalto y placas de polic¨ªa federal a una popular sala de fiestas de Puerto Vallarta, y descargar all¨ª en menos de ocho minutos mil casquillos para liquidar a los supuestos autores del ataque. Ese es El Chapo.
Implacable y calculador, el informe psicol¨®gico, de 2005, muestra que este criminal?tiene dos puntos fr¨¢giles. El primero es?el miedo a perder la libertad. Sus espectaculares fugas carcelarias lo demuestran. Pero a veces la depresi¨®n le acompa?a incluso en la huida. Eso le ocurri¨® cuando, al escapar en 2001 de la prisi¨®n de Puente Grande, supo que hab¨ªan detenido a su hermano Arturo Guzm¨¢n, El Pollo, y advirti¨® que el pr¨®ximo pod¨ªa ser ¨¦l. Empez¨® a jugar con la idea del suicidio. Ante los suyos jur¨® que iba a darse un tiro. Al final, no lo hizo, pero el dolor le acompa?¨® tres a?os despu¨¦s cuando su hermano muri¨® tres en la c¨¢rcel. Un preso, al que le dejaron un arma en el ba?o, le meti¨® ocho balazos en la cabeza. El crimen fue perpetrado en la prisi¨®n de El Altiplano, el mismo presidio del que se fug¨® El Chapo.
Su segundo flanco d¨¦bil es la familia. Por ella pierde los estribos. Hombre pasional, con diez hijos y cuatro esposas, posee un concepto tumultuoso de la parentela y del amor. En la c¨¢rcel de Puente Grande, donde permaneci¨® de 1993 hasta su fuga en un carro de ropa sucia en 2001, vivi¨® un apasionado idilio con la rubia y espigada Zulema Hern¨¢ndez. La presa, con un murci¨¦lago en la espalda y un unicornio en la pierna derecha, arranc¨® a El Chapo encendidas cartas de amor. ¡°Zulema te adoro, y pensar que dos personas que no se conoc¨ªan pod¨ªan encontrarse en un lugar como este¡±, lleg¨® a escribir.
La pasi¨®n con Zulema acab¨® con la distancia. Y despu¨¦s, como todo lo que toca El Chapo, con la muerte. La expresidiaria fue hallada el 17 de diciembre de 2008 en el maletero de un coche. La hab¨ªan asfixiado con una bolsa de pl¨¢stico. Sus senos, gl¨²teos y est¨®mago llevaban marcada la ¨²ltima letra del alfabeto. El s¨ªmbolo de los enemigos mortales de El Chapo: los Zetas.
Su ¨²ltimo gran amor ha sido Emma Coronel Aispuro, reina local de belleza, hija y sobrina de mafiosos. Se casaron cuando ella cumpli¨® los 18 a?os, y en 2011 tuvieron dos gemelas en Los ?ngeles. Por ellas cometi¨® el error que le llev¨® a la c¨¢rcel en 2014. Cuando tras semanas de persecuci¨®n iba a escapar a las monta?as de Sinaloa, el coraz¨®n de su imperio, decidi¨® ir a visitarlas para despedirse. En el apartamento de Mazatl¨¢n donde se abrazaron fue capturado sin un disparo.
Ahora ha vuelto a caer. Cerebral y estrat¨¦gico, como recuerdan los psic¨®logos, ha tenido mucho tiempo para prepararse. Pero su leyenda se ha agigantado, y con ella, su necesidad vital de mando. Aunque est¨¦ encerrado, dif¨ªcilmente ser¨¢ capaz de quedarse en la sombra.
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