Michel Temer, un faro en la tormenta de Brasil
El vicepresidente se convierte en una garant¨ªa de estabilidad en el Gobierno de Rousseff en medio de la crisis pol¨ªtica
En medio del torbellino pol¨ªtico que rodea a la presidenta brasile?a, Dilma Rousseff, el vicepresidente del pa¨ªs, Michel Temer (Tiet¨¦, 1940), se ha convertido en uno de los pocos elementos de estabilidad de un Gobierno convulso. Presidente del Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), principal formaci¨®n alidada del Ejecutivo, Temer transmite serenidad por su capacidad para elegir las palabras correctas cuando se trata de desactivar un conflicto. O al menos de rebajar su intensidad. Fue lo que sucedi¨® el d¨ªa 17 cuando el l¨ªder del Parlamento, Eduardo Cunha, tambi¨¦n del PMDB, anunci¨® que romp¨ªa relaciones con el Gobierno de Dilma. ¡°Es una peque?a crisis pol¨ªtica, no se trata de inestabilidad institucional¡±, dijo Temer ante acad¨¦micos y empresarios en Nueva York, donde intentaba presentar a Brasil como un vivero de oportunidades.
No era solo una frase para vender el pa¨ªs a los inversores. Hab¨ªa adoptado la misma postura cuando Cunha dio el golpe sobre la mesa. Entonces el tel¨¦fono de Temer no par¨® de sonar. En su casa, en el barrio rico de Alto de Pinheiros, en S?o Paulo, el vicepresidente intentaba calmar a sus interlocutores asegurando que la actitud de su compa?ero de partido no era una posici¨®n partidista, sino una opci¨®n individual del presidente de la C¨¢mara. No sali¨® de casa durante todo el d¨ªa. Tampoco hizo ninguna declaraci¨®n oficial y dej¨® que el partido oficializase su posici¨®n con una nota de prensa. Solo aprob¨® el contenido antes de marcharse con su mujer, Marcela, y su hijo, Michelzinho, a Estados Unidos.
El vicepresidente siempre se ha caracterizado por la discreci¨®n y la extrema ponderaci¨®n
El vicepresidente siempre se ha caracterizado por la discreci¨®n y la extrema ponderaci¨®n. En un Gobierno que goza de menos del 10% de popularidad y con falta de apoyos pol¨ªticos incluso dentro del Partido de los Trabajadores, sobra crisis y falta liderazgo. Por eso, el equilibrio de Temer para lidiar con el caos est¨¢ siendo una virtud que sobresale y que ha garantizado lo necesario para que el Gobierno camine, aunque a pasos lentos. Desde abril, Temer es el puente entre el Ejecutivo y el Congreso. Y as¨ª se ha convertido en la garant¨ªa de estabilidad del Gobierno de Rousseff y de Brasil, principalmente cuando un personaje tan emblem¨¢tico como Eduardo Cunha gana fuerza r¨¢pidamente.
Un d¨ªa antes de anunciar que romp¨ªa lazos con Rousseff, Cunha vio aparecer su nombre en la investigaci¨®n del caso Petrobras, acusado de recibir millonarias comisiones. Cunha acus¨® a Dilma de influir en estas acusaciones y dio el portazo. El l¨ªder del Parlamento ya abr¨ªa batallas continuas a Rousseff en el Congreso porque nunca estuvo convencido de la alianza entre PT y PMDB. Pero Temer siempre dej¨® claro que su partido est¨¢ formado por muchas cabezas, cada una con su estilo. Y el suyo es mantener la lealtad por lo menos hasta 2018, cuando se prev¨¦ el fin de la alianza con el PT (que empez¨® en 2003) para lanzar su propia candidatura a presidente. De ah¨ª que su papel actual sea crucial, para sus propias ambiciones y para el PMDB.
Desde abril, Temer es el puente entre el Ejecutivo y el Congreso
Mientras Cunha asume un papel incendiario, Temer es el hombre que apaga las llamas. La separaci¨®n entre el PT y el PMDB es irreversible, pero el vicepresidente opta por un divorcio suave. Lo opuesto a Cunha.
Todos est¨¢n atentos a los movimientos del l¨ªder del PMDB, que necesita aplacar la ira de Cunha, defender el papel de Rousseff y, al mismo tiempo, preparar el camino de su partido para las elecciones presidenciales de 2018. ¡°Vamos a ver si tiene la capacidad de ser un nuevo Ulysses Guimar?es¡±, dijo el polit¨®logo Rud¨¢ Ricci, en referencia al expresidente del PMDB, fallecido en 1992, que jug¨® un papel decisivo en la transici¨®n del r¨¦gimen militar a la democracia en los a?os ochenta y condujo los trabajos de la nueva Constituci¨®n en 1988.
Mientras Cunha asume un papel incendiario, Temer es el hombre que apaga las llamas
Temer ha demostrado lealtad a la presidenta en un momento en el que hasta el expresidente Lula se distancia de ella. ¡°No voy a caer¡±, dijo Rousseff a principios de este mes, en una entrevista a Folha de S. Paulo. Dos d¨ªas despu¨¦s, Temer reiter¨®: ¡°No es necesario que nadie la mantenga, porque la presidenta Dilma continuar¨¢ hasta el final con mucha tranquilidad. Tiene una capacidad extraordinaria de trabajo, conoce Brasil como pocos. El PMDB es un partido aliado y, como es natural, est¨¢ colaborando con la presidenta Dilma y con el pa¨ªs¡±.
A finales del a?o pasado, el vicepresidente recomend¨® en su cuenta de Instagram la lectura del libro O Le?o da Toscana, que cuenta la historia del campe¨®n de ciclismo Gino Bartali, que durante la Segunda Guerra Mundial particip¨® en un movimiento clandestino para ayudar a las familias jud¨ªas cuando las tropas alemanas ocuparon Italia. Usaba su bicicleta para llevarles documentos falsos a los refugiados. Ahora es Temer quien no para de pedalear para mantener el equilibrio en el Gobierno de Rousseff y en Brasil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.