Las muertes de negros en EE UU colocan a la polic¨ªa ante el espejo
Al a?o del caso de Ferguson, se ha afianzado el debate sobre las pr¨¢cticas policiales
En el vest¨ªbulo de la sede del sindicato CPPA de la Polic¨ªa de Cleveland (Ohio), cuelga un cartel que reza: Las Vidas Azules Importan. Es la respuesta al emblema Las Vidas Negras Importan, el ep¨ªtome de las protestas contra la reiteraci¨®n de muertes en Estados Unidos de personas negras desarmadas a manos de la polic¨ªa.
La muerte, el 9 de agosto de hace un a?o, de un joven afroamericano en Ferguson (Misuri) por disparos de un agente blanco en circunstancias confusas propici¨® una ola de disturbios, y un debate nacional sobre las pr¨¢cticas policiales y el trato a la comunidad negra.
Doce meses despu¨¦s, el debate se ha afianzado. Cada vez que ha trascendido un caso parecido, ha crecido el escrutinio a la polic¨ªa y se han desatado protestas. Sucedi¨® en noviembre en Cleveland -en el Medio Oeste de EE UU- tras la muerte de Tamir Rice, negro de solo 12 a?os, por disparos de un agente que se sinti¨® amenazado al creer que era real la pistola de juguete que llevaba. Un jurado debe decidir si lo imputa. La mejor prueba es una borrosa grabaci¨®n de una c¨¢mara de seguridad.
Otros episodios similares en el ¨²ltimo a?o dif¨ªcilmente hubieran adquirido notoriedad o se hubieran aclarado sin la difusi¨®n de v¨ªdeos grabados por transe¨²ntes con sus tel¨¦fonos m¨®viles. Ferguson ha desencadenado una cascada de consecuencias: una investigaci¨®n federal ha revelado un patr¨®n racista en la polic¨ªa local, m¨¢s cuerpos han colocado c¨¢maras en los uniformes, el FBI ha asegurado que muchos agentes tienen prejuicios raciales; y la Casa Blanca ha lanzado un plan de mejora de las pr¨¢cticas y estad¨ªsticas policiales, y ha frenado la entrega de material militar a los cuerpos locales.
En los primeros cinco meses de 2015, la polic¨ªa mat¨® a 385 personas, m¨¢s de dos al d¨ªa. El ratio de v¨ªctimas negras triplica a las blancas
Pero las causas de fondo son complejas y han aflorado un examen de conciencia. ?Es la polic¨ªa en EE UU demasiado agresiva? ?Act¨²a igual ante un blanco, negro o latino? ?Ampara demasiado la justicia la capacidad de defensa propia de los agentes?
El cartel en el sindicato de Cleveland evidencia la polarizaci¨®n de este debate. "Siempre hay espacio para la mejora, pero creo que el escrutinio es intenso e injusto", dice Stephen Loomis, el presidente de CPPA, en una entrevista en su despacho. Loomis -22 a?os como polic¨ªa y que representa a 12.500 agentes- niega que exista un problema racial ni de agresividad, y atribuye el efecto Ferguson a un desapego social, a la falta de respeto a la autoridad, a que la polic¨ªa es un blanco f¨¢cil, y a una campa?a de desprestigio del Gobierno.
Lo que m¨¢s parece molestarle es que ahora se cuestione la esencia policial: el riesgo de ser atacado, la heroicidad de los agentes que se juegan la vida, la potestad de defenderse o la importancia de seguir sus ¨®rdenes.
Pero dice sentirse reconfortado por el papel de la Justicia, como la exoneraci¨®n del agente de Ferguson por defensa propia, y conf¨ªa en que sean condenados aquellos polic¨ªas que abran fuego sin justificaci¨®n, como el agente blanco de Carolina del Sur que en abril descerraj¨® ocho tiros por la espalda a un hombre negro desarmado. Tambi¨¦n asegura que ¨¦l y sus compa?eros del cuerpo nunca hab¨ªan recibido tantas muestras de cari?o en las calles.
Siempre hay espacio para la mejora, pero creo que el escrutinio es intenso e injusto" Stephen Loomis, presidente del sindicato policial CPPA?
En los primeros cinco meses de 2015, la polic¨ªa mat¨® en EE UU a 385 personas, m¨¢s de dos al d¨ªa, seg¨²n un recuento del diario The Washington Post, que duplica las incompletas cifras oficiales. El ratio de v¨ªctimas negras triplica a las blancas. El 80% de las v¨ªctimas estaban armadas. De las desarmadas, dos tercios eran negras o hispanas, muy por encima de su peso demogr¨¢fico.
Son niveles in¨¦ditos en otros pa¨ªses desarrollados. En un a?o, mueren en Alemania por disparos policiales ocho personas, y en Reino Unido y Jap¨®n ninguna, seg¨²n el semanario The Economist. Mientras, cerca de 50 polic¨ªas fallecieron el a?o pasado por disparos en EE UU.
Loomis, que es blanco, considera "idealista" pensar que restringir las ventas de armas (hay unas 270 millones de uso privado en un pa¨ªs de 321 millones de habitantes) reducir¨ªa las muertes porque, esgrime, los criminales siempre acaban teniendo acceso a ellas.
En cuanto al debate sobre las c¨¢maras, alega que se est¨¢ sobredimensionando el papel de las grabaciones de transe¨²ntes, y defiende instalar c¨¢maras de v¨ªdeo en todos los coches policiales en lugar de en los uniformes de los agentes porque considera que ofrecen im¨¢genes m¨¢s fidedignas.
El jefe sindical hace poca autocr¨ªtica. Su mayor reproche son los recortes en la ¨²ltima d¨¦cada al gasto policial en Cleveland, lo que redujo el despliegue en comunidades. El "mayor problema" en EE UU, sostiene, es la ausencia de un canal de comunicaci¨®n entre polic¨ªa y comunidad. Eso, especula, podr¨ªa haber evitado la muerte del ni?o de 12 a?os.
Sin embargo, exist¨ªan problemas previos, que Loomis minimiza: una investigaci¨®n federal revel¨® un patr¨®n de uso excesivo de la fuerza de la Polic¨ªa de Cleveland y demasiada laxitud en el proceso de reclutamiento de agentes.
Tamir Rice muri¨® en un parque infantil al lado de su escuela en un barrio empobrecido al oeste de Cleveland. El motivo de la llegada de la polic¨ªa el s¨¢bado 22 de noviembre fue una llamada que alertaba de la presencia de un hombre "probablemente menor de edad" con un arma "probablemente falsa", pero estos detalles no fueron transmitidos desde la centralita a los agentes. El polic¨ªa que abri¨® fuego alega que Rice -que med¨ªa 1,70 metros- parec¨ªa tener 20 a?os.
El viernes por la tarde, se acumulaban osos de peluche en el lugar donde fue abatido. En un poste, hab¨ªa una felicitaci¨®n de aniversario de los 13 a?os que Rice nunca cumpli¨®. Y a unos metros, varios ni?os negros jugaban felices en unos columpios.
"Es un problema que continuar¨¢ ocurriendo hasta que hagan algo", dec¨ªa, sobre la polic¨ªa, Michael, afroamericano de unos 40 a?os y empleado de limpieza del parque. En cinco minutos en coche se llega del parque a la sede del sindicato policial, pero la distancia entre ambos mundos parece un abismo.
Ferguson, a?o I
No todos los polic¨ªas creen, como el jefe sindical de Cleveland, que Ferguson no deba suponer un punto de inflexi¨®n. "Ha sido un a?o muy importante para reconocer que debemos encontrar formas de mejorar las pr¨¢cticas policiales, especialmente en comunidades diversas", dice por tel¨¦fono Chuck Wexler, director de Police Executive Research Forum, una organizaci¨®n con sede en Washington que tiene como miembros a los jefes policiales de la mayor¨ªa de grandes ciudades estadounidenses. "Muchas ciudades del pa¨ªs est¨¢n analizando su uso de la fuerza y la confianza p¨²blica".
El centro de an¨¢lisis aboga por mayor restricci¨®n de los agentes y tomas de decisi¨®n m¨¢s pausadas. Wexler cree que debe actuarse en los procesos de selecci¨®n y entrenamiento de polic¨ªas, en fortalecer los lazos con las comunidades, y en saber actuar mejor ante determinados colectivos, como los enfermos mentales y vagabundos. Y no se queja del mayor escrutinio propiciado por el caso de Ferguson: "Por la naturaleza de lo que hacemos, tenemos una responsabilidad ante el p¨²blico".
En el primer aniversario de la muerte de Brown, est¨¢n previstos varios actos de conmemoraci¨®n en varios puntos de ese suburbio de San Luis de 21.000 habitantes, en el Medio Oeste de EE UU. Tory Russell, negro de 30 a?os, participar¨¢ en ellos. "Estoy orgulloso [de este a?o]", dice desde Ferguson el cofundador de Hands Up United, uno de los principales grupos de activistas surgido de las protestas tras la muerte de Brown. "Me gustar¨ªa que hubiera m¨¢s acciones contra la polic¨ªa", agrega en referencia al informe del Departamento de Justicia que revel¨® un patr¨®n de discriminaci¨®n racial en el cuerpo de Ferguson.
Hands Up United promueve actividades de apoyo social a comunidades afroamericanas empobrecidas en Ferguson y dispone de lazos con otros grupos similares en EE UU y el extranjero. Russell dice que un rasgo diferencial de los activistas de Ferguson es que est¨¢n directamente "conectados con la lucha" de las clases trabajadoras y "no son un concepto abstracto". En este sentido, se jacta de no coordinarse con las tradicionales organizaciones nacionales negras de derechos civiles.
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