La experiencia de Alemania con su pasado nazi
Un largo periodo de amnesia colectiva, ya superado, impregn¨® al pa¨ªs en los primeros a?os de la posguerra
Setenta a?os despu¨¦s del fin de la II Guerra Mundial, Alemania sigue envuelta en una catarsis que se materializa en grandes monumentos como el del Holocausto en Berl¨ªn y el de Munich para no olvidar los cr¨ªmenes cometidos durante el Tercer Reich. ¡°En qu¨¦ parte del mundo uno puede ver una naci¨®n que erige monumentos para inmortalizar su propia verg¨¹enza¡±, dijo en 2008 Avi Primor, un antiguo embajador de Israel en Alemania en una ceremonia sobre la liberaci¨®n de Auschwitz. ¡°Solo los alemanes tienen la valent¨ªa para hacerlo¡±, a?adi¨®.
El pa¨ªs ha hecho un severo ajuste de cuentas con el pasado nazi y los cr¨ªmenes cometidos durante el Tercer Reich, en una din¨¢mica que permiti¨®, por ejemplo, a la canciller Angela Merkel declarar en Gdansk (Polonia), en 2011, que su pa¨ªs hab¨ªa provocado la peor tragedia de la historia europea. ¡°Rindo homenaje a los 60 millones de personas que perdieron la vida a causa de esta guerra que desencaden¨® Alemania. Me inclino ante las v¨ªctimas¡±, dijo.
Sin embargo, la dura tarea de reconciliaci¨®n con el pasado nazi ha sido un proceso largo, dif¨ªcil y que estuvo marcado por un largo periodo de amnesia colectiva que impregn¨® al pa¨ªs en los primeros a?os de posguerra. Nadie hab¨ªa sido nazi, nadie hab¨ªa aclamado a Hitler y nadie hab¨ªa tenido consciencia de los cr¨ªmenes antes de 1945.
Con excepci¨®n del juicio de Nurenberg, gran n¨²mero de criminales nazis no fueron perseguidos y pudieron continuar su carrera en la vida civil, despu¨¦s de una purga simb¨®lica que recibi¨® el nombre de amnesia fr¨ªa, un fen¨®meno alentado por el primer canciller de la joven Rep¨²blica, Konrad Adenuaer, quien justific¨® la presencia de altos funcionarios nazis en su Gobierno, en el aparato judicial y en los organismos de seguridad con una frase legendaria: ¡°La m¨¢quina debe seguir funcionando¡±.
La verdadera memoria empez¨® en 1963 con el famoso proceso de Auschwitz contra un grupo de guardias del campo en Fr¨¢ncfort. El juicio permiti¨® a los j¨®venes tomar conciencia de los cr¨ªmenes cometidos por sus padres, una nueva catarsis que explot¨® con la revuelta estudiantil de 1968, cuando los j¨®venes lanzaron a sus familiares una pregunta crucial: ?Qu¨¦ hiciste t¨² en la guerra?
La tarea culmin¨® en 1985 cuando el entonces presidente del pa¨ªs, Richard von Weisz?cker, dijo que la capitulaci¨®n de la Wehrmacht, el 8 de mayo de 1945, no hab¨ªa sido una ¡°derrota dolorosa¡±, sino un acto de liberaci¨®n de la tiran¨ªa nazi.
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