Suu Kyi ser¨¢ clave
Myanmar afronta unas elecciones cruciales. La premio Nobel de la Paz no se puede presentar como candidata a la presidencia, pero resultar¨¢ determinante
El 8 de noviembre los votantes de Myanmar acuden a las urnas. La perspectiva de unas elecciones relativamente libres (o ¡°lo suficientemente buenas¡±) son mucho mejores que en 2010, cuando lleg¨® al poder un gobierno dirigido por generales jubilados del antiguo r¨¦gimen militar. Aunque, en su favor, hay que decir que la administraci¨®n del presidente Thein Sein implant¨® reformas de amplio alcance que han generado un panorama pol¨ªtico m¨¢s variado y han librado al pa¨ªs de la imagen de paria que ten¨ªa en Occidente.
Durante las anteriores d¨¦cadas de r¨¦gimen militar, la oposici¨®n democr¨¢tica birmana se osific¨® y su l¨ªder languideci¨® bajo arresto domiciliario. Hoy, el partido opositor Liga Nacional para la Democracia (NLD, siglas en ingl¨¦s) de Aung San Suu Kyi, premiada con el Nobel y figura pol¨ªtica m¨¢s popular del pa¨ªs, est¨¢ bien situado para obtener el mayor bloque de esca?os del Parlamento. No obstante, hay retos importantes en el horizonte. La Constituci¨®n sigue prohibiendo que Suu Kyi acceda al m¨¢ximo cargo, el de presidenta.
La divisi¨®n del partido gobernante. A medida que se acercan las elecciones, se han puesto de manifiesto las disensiones dentro del Partido Uni¨®n, Solidaridad y Desarrollo (USDP, siglas en ingl¨¦s). El 13 de agosto, unos polic¨ªas armados rodearon la sede del partido en Rang¨²n, la capital del pa¨ªs hasta 2005, y los miembros del partido depusieron a su presidente, Shwe Mann.
Este poderoso exgeneral con ambiciones presidenciales hab¨ªa abierto una estrecha colaboraci¨®n interpartidista con Suu Kyi. Cuando era portavoz de la C¨¢mara Baja del Parlamento, permiti¨® una votaci¨®n parlamentaria sobre la enmienda de la llave maestra constitucional (Secci¨®n 436 de la Constituci¨®n de 2008). La propuesta ¡ªque no se aprob¨®¡ª habr¨ªa reducido de tres cuartos a dos tercios la mayor¨ªa exigida para que el Parlamento reforme la Constituci¨®n. Habr¨ªa privado de su derecho de veto a los militares, que se reservan la cuarta parte de los esca?os del Parlamento.
Las elecciones est¨¢n generando una situaci¨®n de competencia pol¨ªtica y polarizaci¨®n intensas
Siempre fue poco realista esperar que se lograse algo as¨ª dentro del actual sistema. Pero para Shwe Mann se trataba de un c¨¢lculo pol¨ªtico: corr¨ªa el rumor de que Suu Kyi, con muy pocos aspirantes plausibles dentro de su partido, pod¨ªa considerar a Shwe Mann como un candidato viable a la presidencia. Aunque esa posibilidad sin duda habr¨ªa sido atractiva para Shwe Mann, su derrocamiento significa que los miembros de su propio partido ya no est¨¢n dispuestos a apoyarle.
Una pol¨ªtica personalista. La maniobra es tambi¨¦n el ¨²ltimo de los indicios de rivalidad entre Shwe Mann y el presidente Thein Sein, quien tambi¨¦n ha dado a entender que est¨¢ interesado en un segundo mandato.
La l¨ªder de la oposici¨®n tambi¨¦n podr¨ªa optar por reclamar la presidencia para s¨ª misma, lo que desencadenar¨ªa una crisis pol¨ªtica y constitucional
El Ej¨¦rcito inici¨® la transici¨®n hacia una ¡°democracia disciplinada¡± y sigue respald¨¢ndola. Dentro de este sistema imperfecto, permitir los personalismos antes de las elecciones, en lugar de despu¨¦s, probablemente sea preferible para la estabilidad.
?Posible falta de acuerdo, posible crisis? El camino hacia el poder no est¨¢ despejado para nadie. Aun cuando el NLD obtuviese m¨¢s esca?os que cualquier otro partido, el sistema electoral probablemente le impedir¨ªa ejercer el poder ejecutivo de forma directa.
Teniendo en cuenta la proporci¨®n asignada a los militares en ambas c¨¢maras, el NLD necesitar¨ªa al menos dos tercios (unos 333) de los esca?os en liza para conseguir una mayor¨ªa suficiente para gobernar. Casi con seguridad, las elecciones convertir¨¢n a Suu Kyi en un poder en la sombra, y tal vez incluso en la persona que decida qui¨¦n gobierna en 2016. Pero tendr¨¢ que negociar con los bloques militares y con multitud de peque?os partidos del Parlamento ¡ªespecialmente, los partidos ¨¦tnicos minoritarios y un reducido pero todav¨ªa vivo USDP¡ª. Ella, viuda de un ciudadano brit¨¢nico, tiene prohibido optar al cargo en virtud de la Secci¨®n 59-f de la Constituci¨®n, que impide que accedan a la presidencia candidatos con familiares extranjeros.
Una estrategia basada en una sola mujer. Durante los m¨¢s de cuatro meses que separan el anuncio de los resultados electorales de la investidura del nuevo Gobierno, podr¨ªan aflorar muchas tensiones. Hasta ahora, Suu Kyi ha respondido con flexibilidad en el mutante panorama pol¨ªtico. Ha tratado de cambiar su imagen de s¨ªmbolo de los derechos humanos por la de una pol¨ªtica realista que aspira a formar gobierno (en Occidente ha sido objeto de cr¨ªticas por este cambio, especialmente por su supuesta negativa a manifestarse en contra de la persecuci¨®n de la comunidad musulmana rohingya).
Sin embargo, su partido tiene problemas propios que debe afrontar. El comit¨¦ central del NLD rechazaba hace poco a muchos candidatos electorales propuestos por los activistas de base y por el influyente grupo Generaci¨®n 88 de exactivistas estudiantiles. Esto ha da?ado la imagen del partido. Tambi¨¦n es s¨ªntoma de un problema mayor: Suu Kyi sigue siendo esencial para la viabilidad pol¨ªtica de su partido. No hay herederos evidentes en la direcci¨®n y, desde luego, ninguno con su pedigr¨ª pol¨ªtico, lo que plantea dudas sobre la capacidad del NLD para gobernar.
La l¨ªder de la oposici¨®n tambi¨¦n podr¨ªa optar por reclamar la presidencia para s¨ª misma, lo que desencadenar¨ªa una crisis pol¨ªtica y constitucional. Si lo hiciera, es probable que consiguiera apoyo nacional e internacional.
La alternativa ser¨ªa establecer una gran alianza, o un Gobierno de unidad nacional, en virtud del cual el NLD respaldar¨ªa a un presidente con credenciales militares a cambio de una reforma de la Constituci¨®n que permita a su l¨ªder ser presidenta en el futuro. Dado su veto pr¨¢ctico sobre las reformas constitucionales, cualquier pacto exigir¨ªa el apoyo del comandante en jefe, que no ha dado muestras de estar dispuesto a facilitar la reforma.
Perspectivas a largo plazo. Siempre ha resultado ilusorio creer que Myanmar podr¨ªa convertirse en una aut¨¦ntica democracia en menos de cinco a?os. M¨¢s bien al contrario, las elecciones est¨¢n generando una situaci¨®n de competencia pol¨ªtica y polarizaci¨®n intensas. Los dos factores m¨¢s importantes para la estabilidad ser¨¢n el apoyo ¡ªo al menos la aquiescencia¡ª de los militares al pr¨®ximo gobierno del pa¨ªs y la aceptaci¨®n ¡ªnacional e internacional¡ª del hecho de que las elecciones no tendr¨¢n ganadores claros. Aun cuando algunos candidatos puedan perder m¨¢s que otros.
Traducci¨®n de News Clips.
?Herv¨¦ Lemahieu es investigador asociado de Econom¨ªa Pol¨ªtica y Seguridad del International Institute for Strategic Studies (IISS).
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