La dif¨ªcil huida de los desertores norcoreanos
El r¨¦gimen ha endurecido los castigos, lo que reduce el n¨²mero de evadidos, afirma un intermediario que los introduce en en el Sur
Un joven recluta, identificado solo como Kim, es uno de los ¨²ltimos desertores que ha pasado de Corea del Norte a su vecino del sur. Y tras recorrer m¨¢s de 200 kil¨®metros a pie desde su cuartel, lo ha hecho por la v¨ªa m¨¢s espectacular y directa, tambi¨¦n la menos frecuentada: la frontera com¨²n, salpicada de minas. Toda una proeza, dadas las dificultades cada vez mayores para que los desertores norcoreanos puedan salir de su pa¨ªs y llegar a su meca so?ada, Corea del Sur. Seg¨²n el Ministerio de Unificaci¨®n en Se¨²l, solo 1.396 norcoreanos pidieron asilo en 2014, la cifra m¨¢s baja en nueve a?os. Entre 2007 y 2011 ese n¨²mero hab¨ªa llegado a situarse entre los 2.400 y los 2.900.
Park Min-Soo, que lleg¨® en 2009 a Se¨²l, asegura que esa disminuci¨®n se debe al endurecimiento de las medidas de seguridad que ha impuesto el r¨¦gimen. Park, que habla bajo seud¨®nimo, sabe de lo que habla: es un broker, un intermediario que vive de facilitar que los disidentes de su pa¨ªs lleguen a la otra Corea.
La gran mayor¨ªa huye a trav¨¦s de la frontera con China, cruzando los r¨ªos Tunmen o Yalu. Siempre en grupos de menos de seis personas, para llamar la atenci¨®n lo menos posible. Es un trayecto peligroso: en verano hay que atravesar las aguas a nado. En invierno, cuando hiela, se puede cruzar a pie, pero es m¨¢s f¨¢cil que los guardias norcoreanos puedan perseguirlos. Por eso, explica Park, el m¨¦todo m¨¢s simple es sobornar a los soldados que guardan la frontera para que hagan la vista gorda. Preferentemente, mandos de mayor graduaci¨®n: ¡°Es m¨¢s sencillo. Son m¨¢s veteranos y est¨¢n m¨¢s preocupados por preparar su jubilaci¨®n¡±. Pero desde la llegada al poder de Kim Jong-un esa posibilidad se ha hecho mucho m¨¢s dif¨ªcil.
Sobornos a 2.200 euros
¡°Cuando yo me march¨¦ (en 2009), el soborno pod¨ªa costar entre 30.000 y 100.000 won coreanos (entre 24 y 80 euros). Ahora se paga como poco 2.500 d¨®lares (2.219 euros), una cifra mucho m¨¢s alta¡±, afirma el intermediario, de 37 a?os y que lleg¨® a Se¨²l hace cinco, dejando atr¨¢s a sus padres. Por un lado, se han aumentado las rotaciones de los guardias, para evitar posibles confraternizaciones con los residentes locales. El r¨¦gimen norcoreano se ha vuelto mucho m¨¢s estricto a la hora de castigar a quienes ayuden en la huida, describe Park. No solo a los guardias, sino tambi¨¦n a quienes act¨²en como intermediarios en el norte para organizar las fugas. Park asegura saber que varios de sus contactos en el norte han acabado en prisi¨®n.
Las penas de c¨¢rcel se han endurecido. Previamente, los desertores capturados, o quienes ayudaran al contacto con Corea del Sur, pod¨ªan acabar cumpliendo largas condenas en un campo de reeducaci¨®n, una prisi¨®n relativamente menos severa y que suele acoger a presos comunes. Ahora, denuncia Park, ¡°inevitablemente¡± su destino es el campo de prisioneros pol¨ªticos, ¡°de donde es imposible escaparse. Y las cadenas son siempre perpetuas¡±.
Human Rights Watch ha descrito este ¨²ltimo tipo de centro penitenciario como ¡°caracterizado por abusos sistem¨¢ticos y a menudo unas condiciones letales, incluidas raciones escasas que llevan pr¨¢cticamente a la inanici¨®n, apenas sin cuidados m¨¦dicos, alojamiento o ropa adecuada y con maltratos habituales que incluyen abusos sexuales, torturas de los guardias o ejecuciones¡±.
Las amenazas hacen que cada vez sea m¨¢s dif¨ªcil encontrar colaboradores para las redes de fuga y organizar traslados, asegura Park. Aunque el intermediario reconoce que en la ca¨ªda en las cifras de huidos tambi¨¦n juega un papel el que la situaci¨®n econ¨®mica ya no es la de los tiempos de la hambruna de los a?os noventa. Los agricultores est¨¢n autorizados a quedarse con el 60% de la producci¨®n acordada con el Gobierno y con el exceso, si lo hay. Sobre todo en las ¨¢reas fronterizas florece una muy incipiente econom¨ªa privada, basada en el trueque y semitolerada por el r¨¦gimen.
Pero, seg¨²n ¨¦l, el principal motivo es el endurecimiento de la persecuci¨®n. Las ¨®rdenes de impedir el tr¨¢nsito de los desertores, asegura, provienen directamente de Kim Jong-un y de su entorno. ¡°Para ¨¦l, los desertores somos escoria humana, traidores. Gente que ha difamado al r¨¦gimen y lo ha puesto en entredicho ante la comunidad internacional¡±.
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