Tinta y fuego en Veracruz
Los periodistas del Estado mexicano m¨¢s peligroso para el oficio cuentan su historia
En las escaleras de la plaza hay una baldosa cubierta con una capa de cemento. "Ah¨ª hab¨ªa una placa con el nombre de un periodista muerto ?no? No se vale, el trabajo que hac¨ªa estaba bien y me parec¨ªa un chico muy preparado. La verdad es que aqu¨ª est¨¢ ca?¨®n", dice Mar¨ªa Aguilar, que cada ma?ana cruza la c¨¦ntrica plaza de Xalapa, capital de Veracruz, de camino a la tienda de artesan¨ªa donde trabaja desde hace 11 a?os.
En el hueco de piedra negra hab¨ªa efectivamente una placa que recordaba una muerte, y el chico del que habla es el fotoperiodista Rub¨¦n Espinosa, de 31 a?os, asesinado hace un mes en el Distrito Federal. Pero el letrero, que apenas dur¨® unos d¨ªas anclado a la piedra, era un homenaje a otra reportera, Regina Mart¨ªnez, estrangulada en el ba?o de su casa en 2012. Qui¨¦n arranc¨® la placa del escal¨®n, a los pies de la catedral y mirando de frente al palacio de Gobernaci¨®n, es un misterio en Veracruz, donde casi un periodista al mes ha muerto asesinado en lo que va de a?o.
No¨¦ Zavaleta es el corresponsal de Proceso, una veterana revista con una marcada l¨ªnea editorial contra el poder pol¨ªtico mexicano. Tiene 35 a?os y empez¨® a trabajar para el semanario en mayo del 2012. El puesto se hab¨ªa quedado vacante tres d¨ªas antes. La anterior corresponsal era la mujer que muri¨® estrangulada en su ba?o. La sentencia del caso, plagado de dudas y con un auto revocatorio previo que acredita que el ¨²nico detenido y finalmente condenado fue torturado durante su declaraci¨®n, certifica que se trat¨® de un crimen de bajos fondos, con el robo como motivo ¨²ltimo. Era una periodista con m¨¢s de 30 a?os en el oficio, especialista en temas relacionados con la inseguridad, el narcotr¨¢fico y sus posibles vinculaciones con funcionarios del Gobierno.
Espinosa huy¨® de Xalapa en junio,?asustado por hombres que le segu¨ªan y le hac¨ªa fotos
El de Mart¨ªnez es el ¨²nico caso cerrado de los, al menos, 12 homicidios a periodistas que se han cometido en Veracruz durante los cuatro a?os de mandato Javier Duarte, en la diana medi¨¢tica durante las ¨²ltimas semanas. ONG y organizaciones internacionales le responsabilizan de no generar las condiciones de seguridad necesarias para el ejercicio de la prensa. Duarte defiende su gesti¨®n apuntando a que nueve de los casos est¨¢n en manos de las autoridades federales por haber indicios de la participaci¨®n del crimen organizado. Los tres restantes que han ca¨ªdo bajo su jurisdicci¨®n se han saldado con una sentencia y 11 detenidos.
Zavaleta cuenta que los primeros a?os en la revista recib¨ªa correos an¨®nimos con amenazas y que le hackearon su cuenta de Facebook, donde aparecieron im¨¢genes calumni¨¢ndole. ¡°Colgaron una foto en las que estoy de vacaciones en la playa y dec¨ªan que era una fiesta gay y que yo era un borracho y un drogadicto¡±. Relata su historia entre carcajadas huecas, utilizando el humor como una v¨¢lvula de descompresi¨®n. Este a?o ha asistido ya a cuatro funerales de compa?eros. El ¨²ltimo, el de su amigo Rub¨¦n Espinosa.
¡°Mira carnal, tenemos que estar tu y yo tranquilos. Despu¨¦s de lo que le pas¨® a Regina ser¨ªa muy est¨²pido que se metieran con nosotros¡±, recuerda Zavaleta que le contaba su amigo durante las protestas que organizaban con otros periodistas cada vez que mataban a un compa?ero. Antes de huir de Xalapa en junio de este a?o, asustado por hombres que le segu¨ªan y le hac¨ªa fotos, Espinosa hab¨ªa denunciado en 2013 una agresi¨®n de polic¨ªas. En la cobertura de una protesta de maestros, el fotoperiodista aleg¨® que la polic¨ªa lo persigui¨®, lo golpe¨® y le quito su c¨¢mara de fotos.
El 32% de las agresiones a la prensa corresponde a funcionarios p¨²blicos
El recipiente natural para este tipo de denuncias es la Comisi¨®n Estatal para la Atenci¨®n y Protecci¨®n de los Periodistas (CEAPP), creado en 2012. ¡°Le ofrecimos el apoyo de la comisi¨®n pero lo rechaz¨®. Si no media una denuncia nosotros no podemos actuar¡±, afirma la secretaria ejecutiva Namiko Matzumoto. Su organismo registr¨® el a?o pasado 44 agresiones a la prensa, de las cuales el 32% corresponden a funcionarios p¨²blicos, el 18% al crimen organizado y el resto a particulares.
Espinosa y otras reporteros, que llevan tiempo se?alando el hostigamiento por parte de la polic¨ªa, optaron sin embargo por saltarse al organismo veracruzano y dirigirse directamente al ¨¢mbito Federal.
Reporteros sin Fronteras ha aseverado en un reciente comunicado que los periodistas en Veracruz tienen mucho miedo por el crimen organizado, pero tambi¨¦n ¡°por el control tremendo del gobierno del Estado sobre los reporteros que se atreven a cuestionar determinados datos y situaciones¡±. La comisi¨®n veracruzana reconoce que hay cosas que mejorar. Por eso llevan dos a?os montando ¡°cursos de capacitaci¨®n¡± para los servidores p¨²blicos.
¡°Rub¨¦n no confiaba en la CEAPP, que ha sido creada por el Gobierno, por eso prefiri¨® ir a la comisi¨®n federal¡±, explica Roger L¨®pez, editor de un medio local. L¨®pez no sonr¨ªe cuando recuerda a su amigo. Los dos participaban en el alumbramiento de un peque?o proyecto de periodismo independiente. El 30 de julio le llamaron por tel¨¦fono para consultarle el nombre definitivo del colectivo. Espinosa les dijo que Voz Alterna sonaba bien. El d¨ªa siguiente, apareci¨® con una bala en la cabeza en un departamento en el DF.
¡°La idea del colectivo es hacer la informaci¨®n que no hacen los medios de Veracruz. Son la mayor¨ªa oficialistas y no sacan nada cr¨ªtico con el Gobierno¡±, apunta Juan David Castilla, otro de los integrantes de Voz Alterna. ?l trabaja para dos peri¨®dicos y una radio. ¡°Es la ¨²nica manera de poder juntar algo de lana¡±. Tiene 27 a?os y cinco de experiencia profesional. Entre todos los trabajos gana unos 6.000 pesos al mes (340 d¨®lares). La precariedad es reconocida por la propia CEAPP. ¡°El medio period¨ªstico adolece de un gran n¨²mero de vulnerabilidades. Ingresos bajos, pocas prestaciones sociales, la mayor¨ªa cotiza por el m¨ªnimo legal¡±, explica su secretaria ejecutiva.
Esta debilidad estructural funcionar¨ªa como un perverso incentivo en un Estado con una renta per c¨¢pita superior a la media mexicana y una econom¨ªa bendecida por sus reservas petroleras y un importante puerto comercial. El entorno del periodismo activista de Xalapa asegura que son frecuentes las d¨¢divas o ¡°chayotes¡± de los gabinetes de comunicaci¨®n del Gobierno. ¡°Te llaman a su despacho despu¨¦s de una rueda de prensa, te regalan un libro y dentro van a lo mejor 1.000 o 2000 pesos¡±.
Otro de las perversiones es la penetraci¨®n en el gremio de las mafias del narcotr¨¢fico. El ¨²ltimo reportero asesinado en Veracruz fue Juan Heriberto Santos, antiguo corresponsal de Televisa en Orizaba, al suroeste del Estado. Hace dos semanas, estaba sentado a la mesa de una cantina con un jefe local de Los Zetas cuando un grupo de hombres armados entr¨® en el bar y los mat¨® a los dos. ¡°Juan andaba metido. Todo el mundo lo sab¨ªa. Uno ve los est¨¢ndares de vida de la gente. Andaba con carros nuevos y siempre estaba invitando¡±, explica Luis Miguel L¨®pez, de 36 a?os, un compa?ero de Orizaba.
Veracruz vivi¨® a principios de la d¨¦cada una cruenta guerra entre los Zetas y el cartel del Golfo. La intervenci¨®n del ej¨¦rcito amain¨® los golpes del narco. Pero la reciente debilidad de las bandas tradicionales ha abierto la espita para nuevos grupos, como Jalisco Nueva Generaci¨®n. L¨®pez cuenta que el a?o pasado recibi¨® amenazas y la Marina decidi¨® protegerlo. Le sacaron de circulaci¨®n un mes y lo resguardaron en el cuartel como si fuera un monje de clausura. Un d¨ªa su jefe del diario le exigi¨® que asistiera a una reuni¨®n. La Marina le llev¨® dos horas en helic¨®ptero de Xalapa a Orizaba. Al salir de la reuni¨®n, los marinos ya no estaban y tuvo que volverse al cuartel en autob¨²s.
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