El deshielo impulsa los negocios privados en Cuba
El sector privado cubano ha recibido con satisfacci¨®n el deshielo con EE UU. Los viajes de ciudadanos norteamericanos se han incrementado un 54%.
Izar la bandera de las barras y las estrellas en el malec¨®n de La Habana no es m¨¢s que un s¨ªmbolo. Pero es un s¨ªmbolo poderoso. ¡°Es una puerta importante que se abre, y coincide con una nueva din¨¢mica de cambio en el pa¨ªs¡±, asegura Richard Eg¨¹es, un emigrado cubano que decidi¨® aprovechar los nuevos espacios abiertos en la isla a la iniciativa privada y hace un par de a?os se repatri¨®. Tras un cuarto de siglo en Francia, Eg¨¹es tuvo ojo al regresar. La Flauta M¨¢gica, la ¡®paladar¡¯ que abri¨® en la capital cubana, qued¨® instalada en el ¨²ltimo piso de un edificio del Vedado con las mejores vistas a la embajada norteamericana. Eg¨¹es inaugur¨® el local el 19 de diciembre, s¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de que Barak Obama y Ra¨²l Castro anunciaran el deshielo. Ahora, cada noche recibe clientes que quieren beber daiquiris en la terraza mientras ven la bandera estadounidense ondeando sobre el cielo de La Habana.
Como ¨¦l, la mayor¨ªa de los due?os de restaurantes privados y de casas de alquiler han recibido el acercamiento a EE UU con satisfacci¨®n. ¡°Los datos hablan: desde el pasado 17 de diciembre los viajes de ciudadanos norteamericanos se han incrementado un 54%, y el turismo en general creci¨® un 14%. Esto es bueno para todos¡±, indica Enrique N¨²?ez, propietario de La Guarida. En los ¨²ltimos meses, la famosa ¡®paladar¡¯ donde se rod¨® la pel¨ªcula ¡®Fresa y Chocolate¡¯ ha visto como la demanda de reservas casi se duplicaba. Otros establecimientos tur¨ªsticos, como el hotel Meli¨¢ Cohiba, viven una situaci¨®n similar. ¡°Los norteamericanos representan ya un tercio de los viajeros que recibimos, el doble que hace un a?o. Esta todo vendido hasta mayo de 2016, y pronto subiremos los precios¡±, asegura su director, Juan Tu?¨®n.
El restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre Washington y La Habana ha disparado las expectativas de negocios y tambi¨¦n de cambios econ¨®micos en la isla, especialmente en el cada vez m¨¢s din¨¢mico sector privado cubano. ¡°En Cuba 27.000 casas particulares alquilan, 10.000 de ellas en La Habana. Solo en el casco hist¨®rico existen m¨¢s de 700 habitaciones privadas que rentan al turismo. En el valle de Vi?ales son 780, y en Trinidad, con 1.200 inmuebles de alto valor patrimonial en el centro hist¨®rico, 800 alquilan y un centenar son cafeter¨ªas o restaurantes privados. Toda esta gente est¨¢ muy excitada¡±, dice un prestigioso economista cubano.
Me dicen la zeta
A no demasiada distancia de la embajada, en el popular parque Trillo, en Centro Habana, el grupo el Septeto Habanero actuaba para un p¨²blico cubano que no ve un d¨®lar ni en pintura. 'Me dicen la zeta/ estoy en las ¨²ltimas', cantaba el vocalista del grupo, que acaba de cumplir 95 a?os de existencia.
¡°Estoy ser¨¢ un momento hist¨®rico, pero yo hasta que no vea la sopa Campbell en mi mesa no me lo creo¡±, dec¨ªa uno de los bailarines. Muchos cubanos que ni son cuentapropistas ni acceso al ¨¢rea d¨®lar ni tienen familia en el extranjero, son igual de esc¨¦pticos. Aun as¨ª, ven que lo ocurrido es bueno para todos. ¡°Que se abra el bander¨ªn, al final algo se nos pegar¨¢¡±, aseguraba Rosa, convencida de que ella ¡°no alcanza¡± pero s¨ª su hijo Gustavo, de 11 a?os.
En eso el Septeto Habanero sigui¨® tocando: 'All¨¢ en la calle Vapor/ dicen que se goza bueno/ y se pasa caballero/ un rato de gran confort'.
Por primera vez, el sector privado rebas¨® este verano la cifra de medio mill¨®n de trabajadores aut¨®nomos registrados legalmente. No es mucho en una poblaci¨®n de 11 millones de habitantes, pero ¡°est¨¢n sus familiares y los cientos de miles de personas que se buscan la vida en el sector informal¡±, se?ala el economista. ¡°Cuando vienes a ver, son millones de personas las que pueden beneficiarse de esta apertura¡±.
Cerca de 90.000 norteamericanos visitaron la isla hasta la fecha, a fin de a?o puede que se llegue a 150.000. Pero si Washington elimina las restricciones legales al turismo, que todav¨ªa persisten, el primer a?o pueden viajar a Cuba un mill¨®n de estadounidenses, calcula el Gobierno cubano. ¡°Y esto es una bomba¡±, dice Taim¨ª, una corredora de casas de la Habana Vieja. ¡°A la gente le est¨¢ entrando el terentent¨¦n¡±, asegura esta mujer menuda, que en los ¨²ltimos meses ha visto como mucha gente sube los precios de sus viviendas a todo correr. ¡°El otro d¨ªa una se?ora pidi¨® una barbaridad por un cuartucho que antes no val¨ªa nada. Me dijo: ¡®mire, es que por aqu¨ª van a pasar los cruceros¡ Sabe, nuestros primos est¨¢n llegando¡±.
A 30 metros de altura, en la terraza de la Flauta M¨¢gica esta mezcla de fantas¨ªa y esperanzas cobra sentido. Asomado al patio de la embajada donde el pasado 14 de agosto el secretario de Estado, John Kerry, dijo que EE UU y Cuba ya no eran enemigos sino vecinos, Eg¨¹es mira hacia La Habana Vieja y otros puntos de la ciudad. ¡°Si uno se fija, mucha gente est¨¢ construyendo, hay obras por todos lados¡±, asegura Richard, que es nieto del flautista m¨¢s famoso de la Orquesta Arag¨®n.
¡°Casi todas las semanas se abre un nuevo negocio¡±, constata Diana S¨¢enz, otra emprendedora cubana que apuesta por invertir en la isla tras m¨¢s de una d¨¦cada de residencia en el exterior. ¡°Es el momento¡±, dice. Hace poco m¨¢s de un a?o abri¨® Caf¨¦ Bohemia en el patio interior del antiguo Palacio del Conde de Lombillo, que hasta ese momento era una degradada cuarter¨ªa donde viv¨ªan 12 familias. Diana comprometi¨® a los vecinos en un proyecto comunitario que ha ido creciendo y creciendo, y que ahora ofrece alquileres exclusivos y comida sofisticada en el coraz¨®n de la Habana Vieja.
Diana sigui¨® con inter¨¦s la ceremonia del 14 de agosto y las palabras de Kerry. ¡°Sin duda se abre una gran oportunidad, pero hay que saber aprovecharla¡±, advierte. Y llama la atenci¨®n sobre un matiz importante: ¡°me pareci¨® interesante la actitud del Gobierno cubano: al aceptar esta nueva relaci¨®n admite que tiene que hacer algo, que tambi¨¦n tiene que moverse¡±. El deshielo ha empezado, y llega cuando los efectos de las reformas de Ra¨²l Castro se dejan sentir cada vez m¨¢s. Cada d¨ªa se venden m¨¢s casas, y se inauguran m¨¢s negocios, y son m¨¢s los cubanos que viajan gracias a la reforma migratoria y los emigrados que regresan y tratan de probar suerte en su pa¨ªs. El futuro empieza en Cuba.
Cuba entra al siglo XXI
El pasado 14 de agosto, la fil¨¢ntropa y coleccionista de arte Ella Fontanals Cisneros se emocion¨® en la embajada norteamericana al escuchar el himno de EE UU mientras era izada la bandera de las barras y las estrellas en presencia de John Kerry. ¡°Llor¨¦ y me pellizqu¨¦. No me cre¨ªa lo que estaba viendo¡±.
Cisneros fue una de las pocas invitadas cubanas a la ceremonia en la embajada de Estados Unidos, y ese ma?ana record¨® de un golpe todo el pasado. ¡°Yo estudiaba en La Habana en el American Dominican Academy con las monjas americanas. Todas las ma?anas iz¨¢bamos la bandera y cant¨¢bamos el himno estadounidense. Un d¨ªa las monjas tuvieron que irse y se arri¨® la bandera, poco despu¨¦s nosotros nos fuimos de Cuba¡±, recuerda.
Con 13 a?os, en 1961 Fontanal sali¨® hacia el exilio en Venezuela y despu¨¦s all¨ª contrajo matrimonio con el empresario Oswaldo Cisneros. Hace algunos a?os, Ella regres¨® y abri¨® casa en Cuba, invirtiendo parte de su fortuna en apoyar el arte cubano. Lo ocurrido el 14 de agosto para ella es muy importante. ¡°Representa la entrada de Cuba al siglo XXI¡±.
Despu¨¦s de reunirse con Kerry en la residencia del encargado de negocios de EE UU en La Habana,?Jeffrey DeLaurentis, Cisneros conclu¨ªa: "el siguiente paso es eliminar el embargo. Todo el mundo ha de apoyar que Obama lo logre antes de las elecciones, para que no pueda haber una marcha atr¨¢s. Es por el bien de Cuba y de EE UU"
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.