La foto del fracaso de Europa
Viviremos muchos a?os con los refugiados, no menos de una generaci¨®n. Cuanto antes lo comprendamos, mucho mejor
No ha sido esta larga crisis econ¨®mica, ni la inestabilidad de los mercados financieros, ni tampoco el peligro de Grexit. No fueron los ¨¢speros datos del desempleo juvenil, ni la debilidad del euro o los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. La foto que simboliza, como ninguna hasta ahora, el fracaso de Europa es la del peque?¨ªsimo cuerpo del ni?o sirio que se ahog¨® -junto a otro peque?o y diez adultos m¨¢s- cuando intentaba llegar, desde Turqu¨ªa, a la isla griega de K¨®s. Todos hemos visto esa imagen insoportable: un ni?o de tres o cuatro a?os boca abajo en la orilla de una playa, la cabecita ladeada sobre la arena como cuando los peque?os est¨¢n cansados y buscan dormir, arrullados por el ritmo de un coraz¨®n y cobijados en el mejor refugio del mundo: el seno materno.
Una visi¨®n tierna y pavorosa, a la vez. Es la imagen del fracaso de todos que ya no borraremos nunca de nuestra historia. Millones de adultos y de ni?os y ni?as sirios necesitan refugio y los pa¨ªses europeos est¨¢n obligados a d¨¢rselo, seg¨²n todas las normas internacionales y comunitarias. Hasta ahora, Turqu¨ªa, L¨ªbano y Jordania con escasa ayuda internacional y muchas dificultades, son los pa¨ªses que les han dado cobijo. Pero hoy, el ¨¦xodo, a un ritmo desconocido, es imparable y ha llegado a Europa.
Viviremos muchos a?os con los refugiados, no menos de una generaci¨®n. Cuanto antes lo comprendamos, mucho mejor. Habr¨¢ que atenderlos, protegerlos, acogerlos e integrarlos en nuestras sociedades. No existir¨¢n nunca muros o alambradas que sujeten el impulso humano por sobrevivir y por intentar salvar a los seres queridos. Antes que pasar d¨¦cadas bajo las bombas y el miedo o esperar a que tus hijos crezcan bajo un pl¨¢stico blanco en medio de la nada, la gente buscar¨¢ cualquier v¨ªa de esperanza. Nosotros har¨ªamos lo mismo. En tanto haya guerra y violencia en nuestras puertas -e incluso a?os despu¨¦s de que se haga la paz- habr¨¢ refugiados en Europa.
Debemos empezar a cambiar nuestra perspectiva sobre los movimientos de personas que huyen del dolor. Y, mientras trabajamos por la paz y decidimos, de una vez por todas, compartir las soluciones entre los 28 socios de nuestro importante club, dediqu¨¦monos a salvar la vida y la dignidad de quienes, con todo el derecho, buscan asilo. Abramos pasillos humanitarios desde Siria y los dem¨¢s pa¨ªses de origen y acerquemos la ayuda a los cientos de miles de v¨ªctimas que, sin alimentos, ni agua ni medicamentos se agolpan en puertos y fronteras, escondidos en los ejes de los camiones o en las c¨¢maras frigor¨ªficas, en balsas y barcos sobrecargados, tras haber vivido a?os de sufrimiento en sus pa¨ªses. Sabemos c¨®mo hacerlo y disponemos de medios suficientes para conseguirlo. ?A qu¨¦ esperamos?
Las burocracias no pueden impedir una solidaridad que demandan los ciudadanos y que, por su cuenta, est¨¢n ofreciendo en todos las pa¨ªses. Nadie podr¨¢ borrar de nuestra retina y de nuestra historia la foto del peque?o sirio ni tampoco la terrible certeza de que pod¨ªamos haberla evitado.
Elena Valenciano es presidenta de la subcomisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento Europeo.
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