Por qu¨¦ el Estado Isl¨¢mico no ganar¨¢
La falta de una estrategia militar y pol¨ªtica que consolide sus conquistas llevar¨¢ a la organizaci¨®n yihadista a la derrota

La semana pasada estuve con los Peshmerga [tropas kurdas de Irak] frente al Estado Isl¨¢mico (EI). Recorr¨ª con un equipo de rodaje un largo trecho de ese frente de mil kil¨®metros en el que ellos, los Peshmerga, plantan cara a los cortadores de cabezas. Y afirmo que los cortadores de cabezas, los hombres de la bandera negra, esos b¨¢rbaros que se han erigido un remedo de Estado a caballo entre Siria e Irak, ser¨¢n vencidos.
Ser¨¢n vencidos porque son buenos terroristas, pero malos soldados.
Ser¨¢n vencidos porque, cuando se trata de degollar a rehenes indefensos, se hacen los fanfarrones ante el objetivo; pero cuando un ej¨¦rcito popular avanza y reconquista 200 kil¨®metros cuadrados, como el mi¨¦rcoles pasado en la zona de Albu Naim, corren como conejos.
Ser¨¢n vencidos porque el mismo d¨ªa, en la aldea de Tel Bussel, las escasas c¨¢maras presentes ¡ªentre ellas la nuestra¡ª vieron c¨®mo se replegaban en desorden, causando entre los Peshmerga ¨²nicamente un n¨²mero limitado de bajas: once, que yo sepa; la mayor parte v¨ªctimas de las minas que esos canallas hab¨ªan escondido en las casas y mezquitas que dejaban atr¨¢s, en bidones, entre las piedras de la carretera.
Ser¨¢n vencidos porque, contrariamente a lo que siempre se dice, no aman tanto la muerte como los kurdos aman la vida.
Ser¨¢n vencidos porque los que pueden explicar por qu¨¦ combaten son mucho menos numerosos de lo que creemos, mientras que los kurdos defienden al mismo tiempo una tierra y una idea, el sue?o de un pa¨ªs y un modelo de sociedad ¨²nico en la regi¨®n.
Ser¨¢n vencidos porque tienen frente a ellos a un ej¨¦rcito cada vez m¨¢s profesional, pero compuesto por hombres (y mujeres) de todas las edades y de todas las condiciones; hombres (y mujeres) que dejaron una vida civil a menudo plena y dichosa, y ahora son soldados de 20, 30 ¨® 50 a?os, a veces m¨¢s: incluso conoc¨ª a un Peshmerga octogenario que manten¨ªa la posici¨®n bajo un calor sofocante, codo con codo con sus camaradas, en el pico m¨¢s elevado del monte Zartik; era ¨¦l quien estaba de guardia la noche anterior, cuando una columna del EI subi¨® la pendiente para intentar tomar el campamento por la retaguardia.
Ser¨¢n vencidos porque sus jefes se encierran en sus madrigueras y env¨ªan al matadero a unos iluminados sin cerebro, mientras que los generales kurdos que conoc¨ª est¨¢n todos en primera l¨ªnea, respetados, respetables, los b¨²nkeres de hormig¨®n para la tropa y para Maghdid Harki, su comandante en jefe, la casamata m¨¢s expuesta al fuego de los tiradores emboscados de Bartila.
Ser¨¢n vencidos porque sus jefes se esconden y env¨ªan al matadero a unos iluminados sin cerebro
Ser¨¢n vencidos porque las banderas negras que se divisan con gemelos a algunos centenares de metros, en el sector de Kirkuk, est¨¢n plantadas en zonas repletas de civiles, y nadie puede ganar convirtiendo a los civiles en escudos humanos.
Ser¨¢n vencidos porque los silos destruidos, las instalaciones agr¨ªcolas bombardeadas, los caminos reventados, los puentes derruidos sobre el canal de irrigaci¨®n invadido por las ca?as, las ruinas humeantes, resumiendo, los paisajes desolados en las zonas que ellos han controlado brevemente y que se han visto obligados a abandonar al ej¨¦rcito de la libertad, atestiguan que no conocen otra pol¨ªtica que la de la tierra quemada; y con semejante brutalidad tampoco se puede ganar.
Ser¨¢n vencidos porque los kurdos, al mismo tiempo que aman la vida, cuando es necesario son capaces de asumir el riesgo de la muerte y de llevar a cabo actos de una bravura inaudita: es el sentido literal de peshmerga (el que va al encuentro de la muerte), y es la historia de Jamal Moha med Salih, que, cuando vio que un cami¨®n suicida se abalanzaba sobre su posici¨®n, decidi¨® en medio segundo lanzar su carro contra ¨¦l para salvar a sus 80 camaradas. Sobrevivi¨®; gravemente herido, pero sobrevivi¨®; y nosotros filmamos su heroico y conmovedor testimonio.
Ser¨¢n vencidos porque el EI tiene traidores en sus filas que informan a los Peshmerga sobre sus movimientos y les permiten anticiparse.
Ser¨¢n vencidos porque, cuando en la zona de Gwer sintonizamos su radiofrecuencia (?por casualidad?), se nos antoj¨® que acabar¨¢n, como los Jemeres Rojos, mat¨¢ndose entre ellos en la mayor de las confusiones.
Ser¨¢n vencidos porque los Peshmergas, una vez pasado el primer momento de estupor, hace un a?o, fortificaron sus posiciones en torno a la presa de Mosul, trazaron pistas entre los pedregales por encima de Bajdida, construyeron un verdadero Douaumont en el sector m¨¢s estrat¨¦gico de la regi¨®n de Kirkuk, fortificaron las cimas rocosas de la zona de Zartik, excavaron en los llanos trincheras de cinco a diez metros de ancho para detener a los camiones kamikazes.
Ser¨¢n vencidos porque apenas les queda otra cosa que francotiradores para continuar sembrando el terror all¨¢ donde la muralla de sacos de arena aglomerados con cal sigue inacabada.
Y, finalmente, ser¨¢n vencidos porque la coalici¨®n internacional que lucha al lado de los kurdos, una de cuyas salas de mando visit¨¦ ¡ªinstalada por cierto en una antigua base a¨¦rea de la que part¨ªan los bombardeos qu¨ªmicos de Sadam Husein¡ª, un d¨ªa terminar¨¢ asestando el golpe de gracia.
Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.