El cansancio y la desilusi¨®n por el giro de Syriza desinflan la campa?a griega
Son las quintas elecciones generales desde 2009, y la tercera cita con las urnas en lo que va de a?o
Las quintas elecciones generales desde que empez¨® la crisis griega, en 2009, no est¨¢n logrando encender los ¨¢nimos ni convencer a la legi¨®n de indecisos que, a s¨®lo siete d¨ªas de los comicios, pueden decidir incluso qu¨¦ partido ganar¨¢ en las urnas. Aunque no se prev¨¦ que ninguna formaci¨®n logre la mayor¨ªa absoluta, la izquierdista Syriza, castigada por la firma del tercer rescate, saca una estrech¨ªsima ventaja a la conservadora Nueva Democracia. La mayor¨ªa de los ciudadanos prefiere seg¨²n las encuestas una coalici¨®n de gobierno.
Desangelada, fr¨ªa, aburrida, ¨¢tona. Cualquier adjetivo de la gama del des¨¢nimo vale para calificar una campa?a electoral que ha vuelto a sacar a la superficie el desapego de la ciudadan¨ªa griega hacia su clase pol¨ªtica, y tambi¨¦n la desilusi¨®n provocada por propuestas concretas, como la de Syriza en las elecciones de enero, desinflada por culpa del tercer rescate. Ni siquiera las grandes apuestas medi¨¢ticas ¡ªel debate a siete bandas del mi¨¦rcoles, r¨ªgido y vano, o el t¨ºte-a-t¨ºte que este lunes enfrentar¨¢ a los dos candidatos favoritos, Alexis Tsipras y el conservador Vanguelis Meimarakis¡ª logran caldear el ambiente, que va del desinter¨¦s al hast¨ªo. Es decir, del gris claro al gris oscuro, y eso, en un pa¨ªs tan luminoso como Grecia ¡ªy tan visceral y apasionado por la pol¨ªtica y la dial¨¦ctica¡ª es s¨ªntoma de una afecci¨®n muy grave: el escepticismo, si no el cinismo.
Soci¨®logos, observadores y expertos en demoscopia coinciden en subrayar la apat¨ªa reinante, pero nada mejor que el sondeo del centro de estudios Bridging Europe del pasado 4 de septiembre para ponerlo negro sobre blanco: el 73% de los encuestados se declaran insatisfechos con las propuestas de los partidos; el 78% eval¨²a de forma muy negativa la calidad del debate pol¨ªtico; el 38% est¨¢ convencido de que habr¨¢ una segunda vuelta y el 53% quiere que el pr¨®ximo Gobierno est¨¦ formado por ¡°no profesionales¡± de la pol¨ªtica. Un deseo agarrado al vuelo la conservadora Nueva Democracia (ND), cuyo l¨ªder ha propuesto este domingo un Gabinete de fueras proeuropeas, con presencia de Syriza y tecn¨®cratas.
¡°La gente no tiene ya ganas de votar, es la tercera vez en lo que va de a?o¡±, explica el periodista Ap¨®stolos Roubanis. ¡°En enero al menos hubo dos opciones, la paciencia que ped¨ªa Andonis Samar¨¢s [antiguo l¨ªder conservador] y la esperanza de Syriza, como palabras clave. Ahora no hay propuestas. ?Cu¨¢l ser¨ªa, si la hubiera? ?Qui¨¦n va a ser el mejor gestor del rescate? Menos los comunistas y los neonazis de Aurora Dorada, todos los partidos defienden el memor¨¢ndum. No hay m¨¢s, de ah¨ª la indiferencia. La mayor¨ªa de la gente lo ¨²nico que quiere es estabilidad pol¨ªtica para lograr la recuperaci¨®n econ¨®mica, por eso defiende una coalici¨®n amplia de gobierno¡±, apunta Roubanis. Es la opci¨®n favorita de la mayor parte de los votantes, el 35% de los cuales se inclina incluso por una ¡°gran coalici¨®n¡± a la alemana entre Syriza y los conservadores.
Al cansancio acumulado en un a?o electoral tan intenso ¡ªa las generales de enero han seguido el refer¨¦ndum de julio y, ahora, la cita del pr¨®ximo d¨ªa 20¡ª se suma, en el caso de los votantes de Syriza, un claro desgaste emocional. ¡°Siento decepci¨®n, tristeza, desilusi¨®n, y lo peor es la falta de explicaci¨®n de todo lo que ha sucedido desde el refer¨¦ndum¡±, apunta Mar¨ªa Dimitriadis, promotora inmobiliaria y votante de Syriza en enero. A la vibrante corriente an¨ªmica que insufl¨® la opci¨®n del no en la consulta del 5 de julio ¡ªlogr¨® casi el 62% de los votos¡ª, se contrapone el brusco aterrizaje en la realidad del tercer rescate (86.000 millones a tres a?os). ¡°Puedo entender las presiones a que se vio sometido Tsipras [entonces primer ministro], y tambi¨¦n el v¨¦rtigo que daba una posible salida del euro, pero lo peor de todo, como votante, es haber perdido la ilusi¨®n. Ahora puede que acabe votando a Syriza como opci¨®n menos mala, pero sin convencimiento¡±.
Prueba de ese hechizo roto es que son mayoritariamente quienes optaron por Syriza en enero los que ahora engrosan el alto porcentaje de indecisos, que seg¨²n las distintas encuestas oscila entre el 10% y el 17%; mientras, los conservadores ya han llegado a su umbral de apoyo. ¡°Muchos de ellos est¨¢n a¨²n muy sorprendidos por el cambio de Tsipras, que ha emprendido visiblemente el giro al centro¡±, explica el analista Dimitris Rapidis, director de Bridging Europe. ¡°Por eso est¨¢n desorientados, pero es previsible que la cifra de indecisos se reduzca a medida que se aproxima el d¨ªa 20 y que, en ¨²ltima instancia, acaben votando a Syriza, y esta termine ganando por mayor diferencia de la que muestran ahora las encuestas. Pero s¨®lo esta vez, porque es casi seguro que en las pr¨®ximas convocatorias electorales Syriza no volver¨¢ a ganar¡±.
Con respecto a esta campa?a con sordina, Rapidis incide en la misma explicaci¨®n: ¡°Ning¨²n partido tiene un plan claro, el ¨²nico con algo parecido es Lafazanis. Nadie habla del d¨ªa despu¨¦s¡±. Panayotis Lafazanis lidera Unidad Popular, la escisi¨®n de Syriza que aboga abiertamente por una salida del euro y un retorno al dracma, y a la que todos los sondeos pronostican representaci¨®n en el Parlamento.
El factor de la abstenci¨®n ser¨¢ pues tan determinante como la irrupci¨®n de nuevos partidos en la C¨¢mara, hasta un total de nueve ¡ªfrente a los seis que lograron representaci¨®n en enero¡ª, seg¨²n una encuesta divulgada el viernes. Salvo una, que cifra en cinco puntos la ventaja, la mayor¨ªa de los sondeos establecen una diferencia de entre 0,5 y 07 d¨¦cimas entre Syriza y ND. Todas las opciones parecen por tanto abiertas; tan palmarias como el des¨¢nimo y, en algunos, el escepticismo. Como explica con desaliento el analista y escritor Stavros Lyger¨®s, ¡°los dirigentes de los partidos pol¨ªticos no sienten ninguna necesidad de esbozar pol¨ªticas inteligentes e innovadoras para el ma?ana, para los ciudadanos¡±.
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