La insurgencia egipcia se expande m¨¢s all¨¢ del Sina¨ª
La represi¨®n contra los partidos islamistas facilita la expansi¨®n de los yihadistas
El golpe de Estado del 3 de julio del 2013 contra el expresidente islamista Mohamed Morsi se ha convertido en una bendici¨®n para los grupos yihadistas egipcios, hasta entonces, marginales y circunscritos a la pen¨ªnsula del Sina¨ª, su base de operaciones. En los meses posteriores a la asonada, se multiplicaron los atentados contra las fuerzas de seguridad en el Sina¨ª, provocando decenas de v¨ªctimas entre polic¨ªas y soldados. Esta zona des¨¦rtica y remota, de dif¨ªcil control por parte del Estado, acaparaba m¨¢s del 60% de los atentados, seg¨²n un estudio del think tank TIMEP.
Sin embargo, la represi¨®n gubernamental contra todos los partidos islamistas, incluidos los Hermanos Musulmanes, que gobernaron el pa¨ªs durante un a?o, ha facilitado el reclutamiento de j¨®venes islamistas alienados. Esto ha permitido una expansi¨®n del radio de actuaci¨®n de los grupos insurgentes. A diferencia de la situaci¨®n a finales del 2013, ahora tan solo cerca de un 30% de los ataques tiene lugar en el Sina¨ª. El ¨¢rea metropolitana de El Cairo, una megal¨®polis de m¨¢s de 20 millones de habitantes, tambi¨¦n concentra aproximadamente un tercio de las operaciones terroristas.
El desierto occidental, una amplia regi¨®n que abarca diversas provincias y miles de kil¨®metros cuadrados entre el mar Mediterr¨¢neo, al norte, y la frontera con Sud¨¢n al sur, se ha convertido en un territorio de un gran inter¨¦s estrat¨¦gico en la batalla que libran Ej¨¦rcito e insurgentes. Habitado por tribus beduinas, el contrabando con Libia ha sido una actividad de lucro tradicional habida cuenta de la ausencia de impuestos indirectos durante el r¨¦gimen de Gadafi. Tras la guerra civil libia, el armamento se ha a?adido a la lista de productos introducidos en el pa¨ªs de forma ilegal. Frenarlo es ahora uno de los objetivos centrales de las autoridades egipcias.
Sin embargo, a¨²n preocupa m¨¢s al Gobierno egipcio la entrada de militantes yihadistas por la porosa frontera con Libia, un Estado fallido en el que el autodenominado Estado Isl¨¢mico ha situado diversas bases. Entre ellas, se encuentra la ciudad de Derna, al este del pa¨ªs. Por esta raz¨®n, Egipto ha proporcionado armas y adiestramiento a las tropas del general libio Jalifa Haftar, que el a?o pasado lanz¨® la llamada Operaci¨®n Dignidad, una cruzada contra las milicias islamistas libias.
A pesar de que el desierto occidental egipcio no es una de las zonas donde se han registrado los ¨ªndices de violencia m¨¢s elevados, s¨ª se ha experimentado un notable aumento en los ¨²ltimos meses. Wilayat Sina (Provincia del Sina¨ª), la filial del autodenominado Estado Isl¨¢mico en Egipto, reivindic¨® el asesinato de un ciudadano estadounidense que trabajaba para una empresa petrolera secuestrado en verano del 2014 al suroeste de El Cairo. Casi un a?o despu¨¦s, otro empleado de nacionalidad extranjera de una empresa petrolera, Tomislav Salopek, fue decapitado tras ser secuestrado en la misma regi¨®n.
Los enfrentamientos entre Ej¨¦rcito y militantes en la zona se han intensificado, como demuestra el hecho de que el mes pasado cinco soldados fallecieran al estrellarse un helic¨®ptero mientras persegu¨ªan a un grupo de militantes, seg¨²n informaron las Fuerzas Armadas. En total, se calcula que en los dos ¨²ltimos a?os han muerto m¨¢s de 600 miembros de las Fuerzas de Seguridad en la lucha contra los insurgencia.
Precisamente, en las ¨²ltimas horas, Wilayat Sina hab¨ªa publicado en las redes sociales diversas im¨¢genes de sus hombres en acci¨®n de combate en el desierto para probar su anuncio de una ofensiva contra diversos puestos de control en el desierto occidental, lo que podr¨ªa ayudar a explicar el tr¨¢gico incidente del domingo que provoc¨® la muerte de varios turistas mexicanos al ser confundido su convoi con uno de yihadistas.
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