La ONU pide que se interrogue a los militares del caso Ayotzinapa
Un informe de la ONU critica por ¡°tard¨ªas y deficientes¡± las pesquisas del Gobierno
Las dudas por la tragedia de Iguala han llegado a la ONU. El Comit¨¦ de Desapariciones Forzadas, en su ¨²ltimo informe sobre M¨¦xico, propina un varapalo a las investigaciones ¡°tard¨ªas y deficientes¡± emprendidas por la desaparici¨®n de los 43 normalistas en septiembre de 2014, y en una inesperada vuelta de tuerca pide un ¡°replanteamiento general¡± de las pesquisas en consonancia con el an¨¢lisis de un grupo internacional de expertos que ha cuestionado las tesis oficiales. Como remate, solicita que se permita a dichos especialistas interrogar a los soldados presentes esa noche en Iguala, un punto rechazado por el Ejecutivo y que es visto como una agresi¨®n por el intocable estamento militar mexicano.?
M¨¦xico es una tierra poblada de espectros. M¨¢s de 25.000 desaparecidos desde 2006 han convertido al pa¨ªs en una enorme tumba sin nombre. Y los intentos de cerrarla han fracasado. ¡°La impunidad generalizada perdura como un patr¨®n cr¨®nico y favorece la perpetraci¨®n de desapariciones forzadas¡±, sostiene Naciones Unidas.
M¨¢s de 23.000 desaparecidos desde 2006?han convertido al pa¨ªs en una enorme tumba sin nombre
A lo largo de 300 p¨¢ginas, el comit¨¦ revisa los trabajos iniciados y prometidos por el Estado mexicano para hacer frente a esta lacra. El resultado es desolador. Aunque advierten algunos avances, los expertos de la ONU sostienen que prevalece la misma ¡°situaci¨®n deteriorada¡± que hace cuatro a?os, cuando giraron visita al pa¨ªs. No hay, a su juicio, un diagn¨®stico ni una admisi¨®n del problema al m¨¢s alto nivel. ¡°Esta falta de reconocimiento cabal se evidenci¨® de manera cruda con la desaparici¨®n de forzada de 43 estudiantes normalistas de Iguala en septiembre de 2014 y las investigaciones tard¨ªas y deficientes que le siguieron¡±, destaca la ONU, antes de entrar de lleno en la ¨²ltima pol¨¦mica en torno a este caso y que tiene como protagonista al Grupo de Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), adscrito a la Comisi¨®n Internacional de Derechos Humanos.
Estos especialistas, tras una revisi¨®n de seis meses, no solo han solicitado la apertura de nuevas l¨ªneas de investigaci¨®n, haciendo tambalear el cierre del caso, sino que han puesto en marcha una bomba de relojer¨ªa al asumir el trabajo de un perito internacional, el peruano Jos¨¦ Torero, que niega que en el basurero de Cocula se hubiese incinerado a los normalistas. Esta hip¨®tesis tiene efectos s¨ªsmicos. La hoguera de Cocula es el punto conclusivo de las confesiones de los sicarios detenidos. Pero si no hubo tal fuego, sus declaraciones tampoco ser¨ªan ciertas, por lo que, como en un ¨¢rbol contaminado, colapsar¨ªa el n¨²cleo de la versi¨®n oficial.
Frente a esta andanada, la polic¨ªa se ha mantenido firme. Sus investigadores sostienen que sus tesis vienen avaladas por 487 informes periciales, 386 declaraciones, 114 detenidos, 95 l¨ªneas telef¨®nicas intervenidas y un sinfin de registros. Es m¨¢s, consideran que el dictamen del perito internacional parte de un supuesto, la necesidad de 800 kilos de madera para quemar un solo cuerpo, rechazado por colegas de m¨¢s prestigio y f¨¢cilmente refutable.
Ante la pol¨¦mica, el grupo de trabajo de la ONU se ha alineado con sus colegas del GIEI y pide un ¡°replanteamiento general¡± de la investigaci¨®n de Iguala. En este contexto, tambi¨¦n respalda que se permita interrogar al personal militar presente aquella noche en la ciudad, un punto de extrema sensibilidad y cuya sola menci¨®n levanta ampollas en un generalato poco acostumbrado a rendir cuentas al poder civil.
El presidente Enrique Pe?a Nieto, consciente de la enorme volatilidad emocional del caso, ha dado orden de evitar la confrontaci¨®n p¨²blica y ha mostrado su apertura a nuevas investigaciones. La semana pr¨®xima se cumplir¨¢ un a?o de la matanza y las heridas abiertas por aquella tragedia a¨²n no se han cerrado. Los padres rechazan la tesis oficial y las encuestas muestran que una mayor¨ªa de la poblaci¨®n sigue siendo esc¨¦ptica. En un entorno de fuerte desconfianza institucional, la posibilidad de que cualquier chispa desencadene una marea de protesta es muy alta. Iguala, a estas alturas, ya ha superado los estrechos l¨ªmites de un caso judicial y se ha erigido en s¨ªmbolo, en un recordatorio de la noche oscura que persigue a Mexico.
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