¡°Europa traiciona sus principios y sus leyes¡±
Jos¨¦ Antonio Bastos, presidente de M¨¦dicos sin Fronteras (Jaca, 1961), recorre el mundo para mitigar el horror. El dolor de los refugiados muestra el fracaso del sue?o europeo
?Por qu¨¦ tanta crueldad? Siempre ha estado; nunca hubo una etapa dorada en la humanidad. Ahora hay muchos m¨¢s seres humanos en el mundo, se producen cambios demogr¨¢ficos, se atenta contra el clima. Despu¨¦s de la II Guerra Mundial se cre¨® la fantas¨ªa de los derechos humanos. Hubo organismos y acuerdos que han fallado estrepitosamente. Y lo ¨²ltimo, lo que ahora desemboca en Europa.
Que no ha tenido aqu¨ª una respuesta muy generosa. S¨ª en la ciudadan¨ªa. La primera respuesta de los Gobiernos ha sido como para exclamar: ?Pero en qu¨¦ mundo vivimos! ?Qu¨¦ ha pasado con todo el progreso que hubo en cien a?os? ?D¨®nde se qued¨® para que se espere a que se ahoguen m¨¢s personas y acabar con el efecto llamada? Es brutal.
Europa es el dedo en la llaga. Traiciona sus principios y sus leyes. Gener¨® la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos y la Convenci¨®n sobre el Estatuto de los Refugiados tras aquella guerra, y los han traicionado brutalmente en estos ¨²ltimos meses. Ahora empieza a despertarse un poco, pero ha sido una traici¨®n brutal. No es s¨®lo el aumento de la crueldad, sino el desnivel tan enorme que queda entre lo que hab¨ªamos cre¨ªdo que somos y c¨®mo nos estamos comportando, tan mezquinos.
?Por qu¨¦ sucede esto? Ni idea, no soy ni antrop¨®logo ni fil¨®sofo. Desde la perspectiva de M¨¦dicos sin Fronteras, la d¨¦cada de los 2000 empezaba a pintar mejor. La guerra contra el terror fue brutal, y azot¨® Afganist¨¢n, Irak¡ Y ah¨ª se sentaron los precedentes de la perversi¨®n y la manipulaci¨®n que vivimos luego.
Por lo que se ve, el hombre puede ser m¨¢s cruel que la naturaleza. Sin duda, ?pero desde Ca¨ªn y Abel! Mira el holocausto. Desde Ruanda, los Balcanes o Sud¨¢n, donde hay un ensa?amiento particular con los civiles, me he dado cuenta de que la naturaleza humana es realmente bipolar, la bella y la bestia, el monstruo y el solidario. Los grupos se sit¨²an a los dos extremos y una mayor¨ªa inmensa se deja influir. Por eso me preocupa que l¨ªderes de opini¨®n pasen mensajes populistas de animadversi¨®n o de odio.
Ha pasado ahora. En esta crisis de refugiados los ha habido, s¨ª. Empezaron con el Gobierno brit¨¢nico: falacias que tienden a deshumanizar y a sembrar miedo ante los que vienen. Y en Espa?a: que vengan 17.000 refugiados no se va a notar en ning¨²n sitio. Si hay alguna intenci¨®n de un grupo armado internacional de atentar contra Espa?a tiene mil opciones de venir: en avi¨®n, y en business, pueden ser retornados del Estado Isl¨¢mico¡ Cameron dijo que la identidad europea de Gran Breta?a estaba en peligro porque hab¨ªa 3.000 africanos queriendo entrar. Las mentiras simplificadas siembran el odio.
?Espa?a colabor¨® a dar esa impresi¨®n? Hubo mensajes inaceptables, que han corregido r¨¢pido. Me refiero al mensaje alarmista sobre los yihadistas. O el mensaje de que no pod¨ªan hacerse cargo de 4.000. Fue una mentirijilla blanca, pero no tan peligrosa como aquella que instigaba al miedo y al odio.
?Qu¨¦ es lo peor que ha visto en ese ¨¢mbito de la crueldad humana? No con mis ojos, pero estaba cerca: el asesinato premeditado, cruel, infligiendo el mayor tormento posible de civiles¡ El psic¨®pata que existe en nuestra naturaleza provoca estas situaciones. Cuando el psic¨®pata consigue convencer a la mayor¨ªa, la mayor¨ªa enloquece como ocurri¨® en Ruanda o en la guerra de los Balcanes.
?Estamos acolchados ante la crueldad? No se puede generalizar. La exposici¨®n repetida de im¨¢genes es cierto que puede crear insensibilidad en la gente, pero tambi¨¦n produce una movilizaci¨®n enorme.
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