El Papa: ¡°Los muros no sirven contra los inmigrantes¡±
Francisco reconoce que la Iglesia va con retraso en la elaboraci¨®n de la teolog¨ªa de la mujer

Apenas unos minutos despu¨¦s de despegar de Filadelfia con destino a Roma, el papa Francisco se acerca a la parte trasera del Boeing 777 de America Airlines para, como ya es costumbre desde su primer viaje a R¨ªo de Janeiro, someterse a las preguntas de los m¨¢s de 70 periodistas que lo han acompa?ado durante los ¨²ltimos nueve d¨ªas por seis ciudades de Cuba y Estados Unidos.
Se le nota cansado ¡ªen las ojeras y en la lentitud con la que hilvana sus respuestas¡ª, pero acepta y agradece todas las cuestiones, incluso las m¨¢s peliagudas. Si en el trayecto entre Santiago de Cuba y Washington se le pregunt¨® y repregunt¨® por su aparente condescendencia con el r¨¦gimen de los hermanos Castro, ahora el inter¨¦s gira sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, su reciente reforma de las nulidades matrimoniales, la crisis migratoria en Europa y la entusiasta acogida ¡ªsuperior a todos los pron¨®sticos¡ª de Estados Unidos. Hay quien le llega a preguntar si se siente una estrella. Su contestaci¨®n incluye una frase enigm¨¢tica: ¡°Tengo miedo de m¨ª mismo¡±.
Nulidades matrimoniales
Su reciente reforma, mediante un motu proprio o decreto papal, del sistema de nulidades matrimoniales sigue levantando suspicacias. ¡°Hay quien teme¡±, le plantea un periodista franc¨¦s, ¡°que su reforma, pensada para hacer m¨¢s ¨¢gil el proceso de nulidad matrimonial, est¨¦ abriendo la puerta a una especie de divorcio cat¨®lico¡±. Jorge Mario Bergoglio se muestra tajante: ¡°Los que piensan en el divorcio cat¨®lico se equivocan, porque lo que he hecho es cerrar la puerta al divorcio que pod¨ªa entrar por la v¨ªa administrativa. Este documento, este motu proprio, facilita los procesos en el tiempo, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento, y esto la Iglesia no lo puede cambiar. Es doctrina, es un sacramento indisoluble¡±.
Crisis migratoria
Un periodista alem¨¢n le pregunta por la crisis migratoria y por la decisi¨®n de varios pa¨ªses de blindar sus fronteras con alambres de espino. El Papa es tajante. Dice que la palabra crisis esconde detr¨¢s un proceso largo, provocado en buena parte por ¡°la explotaci¨®n de un continente contra ?frica¡± y por las guerras interesadas, como ya denunci¨® en la ONU. Pide a los Estados que, en vez de gastar dinero en defenderse, inviertan en ayuda al desarrollo. Sobre los alambres de espino, advierte: ¡°Todos los muros caen, hoy, ma?ana, o dentro de cien a?os, pero todos caen. No es una soluci¨®n. El muro no es una soluci¨®n. El problema permanece. Y permanece con m¨¢s odio¡±.
Abusos a menores
Durante sus ¨²ltimas jornadas en Estados Unidos, Francisco tuvo duras palabras de condena contra la pederastia en el seno de la Iglesia. Incluso elev¨® el list¨®n verbal al hablar de ¡°menores que han sido violados¡± y anunciar que, entre los verdugos, tambi¨¦n hab¨ªa obispos. Una periodista de origen mexicano le pregunta si entiende a las v¨ªctimas ¡ªo a las familias de las v¨ªctimas¡ª que jam¨¢s perdonan a los abusadores. El Papa responde: ¡°S¨ª, los comprendo, rezo por ellos y no los juzgo. Una vez en una de estas reuniones me encontr¨¦ con varias personas y una mujer me dijo que cuando su madre se enter¨® que hab¨ªan abusado de ella 'blasfem¨® contra Dios, perdi¨® la fe y muri¨® atea'. Yo comprendo a esa mujer. La comprendo. Y Dios, que es m¨¢s bueno que yo, la comprende. Y estoy seguro de que a esa mujer cuando muri¨® Dios la ha recibido porque lo que fue manoseado, lo que fue destrozado era su propia carne, la carne de su hija. Yo la comprendo. No juzgo a alguien que no puede perdonar. Rezo y le pido a Dios porque Dios es un campe¨®n en buscar caminos de soluci¨®n. Le pido que lo arregle¡±.
Bergoglio se mostr¨® satisfecho con el principio de acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno de Colombia y las FARC, pero a?adi¨®: ¡°Ahora lo importante es llegar a marzo para firmar el acuerdo definitivo. Veo voluntad por ambas partes¡±. A ra¨ªz de los halagos encendidos que dedic¨® a las monjas de Estados Unidos ¡ª¡°son fant¨¢sticas, y el pueblo estadounidenses las quiere mucho, no s¨¦ si a los curas tambi¨¦n¡¡±¡ª, una periodista espa?ola le pregunt¨® si en el futuro cabr¨ªa la posibilidad de que las mujeres accedieran al sacerdocio. El Papa respondi¨® una vez m¨¢s que no, que ese asunto lo dej¨® zanjado Juan Pablo II, pero a lo que s¨ª est¨¢ dispuesto es a llevar adelante una ¡°teolog¨ªa de la mujer¡± para darle m¨¢s protagonismo en la Iglesia. ¡°Pero hay una cosa que debo reconocerte¡±, a?adi¨®, ¡°nosotros vamos un poco con retraso en una elaboraci¨®n de la teolog¨ªa de la mujer; debemos avanzar en esa teolog¨ªa. Eso s¨ª es verdad¡±.
Un par de periodistas intentaron indagar en los sentimientos m¨¢s personales del Papa despu¨¦s de ser aclamado por multitudes en las calles de Washington, Nueva York o Filadelfia. ¡°?Se siente una estrella?¡±, le pregunt¨® una enviada francesa, que a¨²n fue m¨¢s all¨¢: ¡°?Es bueno para la Iglesia que el Papa sea una estrella?¡±. Bergoglio respondi¨® con otra pregunta: ¡°?T¨² sabes cu¨¢l era el t¨ªtulo que usaban los papas y que se debe usar? Siervo de los siervos de Dios. Es un poco diferente de una estrella. Las estrellas son lindas para verlas. A m¨ª me gusta mirar cuando el cielo est¨¢ sereno, en verano... Pero el Papa debe ser el siervo de los siervos de Dios. Es verdad que en los medios de comunicaci¨®n se usa eso [la definici¨®n del Papa como una estrella], pero, ?cu¨¢ntas estrellas hemos visto que despu¨¦s se apagan y caen. Es una cosa pasajera. En cambio, ser el siervo de los siervos de Dios es bueno; eso no pasa¡±. A una pregunta parecida sobre si se sent¨ªa poderoso, respondi¨® que no, que segu¨ªa teniendo muchas dudas, incluso de su propia capacidad para hacer el bien: ¡°Tengo miedo de m¨ª mismo¡±.
De lo que no tiene miedo es de seguir abriendo frentes. En noviembre viajar¨¢ a ?frica, y en el horizonte se vislumbra un deseo: ¡°Yo amo al pueblo chino, lo quiero mucho. Yo deseo que la Santa Sede establezca buenas relaciones. Tenemos contactos, hablamos, vamos adelante. Para m¨ª tener un pa¨ªs amigo como China, que tiene tanta cultura y tantas posibilidades de hacer bien, ser¨ªa una alegr¨ªa¡±.
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