Kunduz, la ¨²ltima y la primera batalla de los talibanes
La ciudad afgana fue la ¨²ltima en ser tomada por la Alianza en Norte en 2001 y ha sido la primera en ser reconquistada
En el invierno de 2001, en apenas unos d¨ªas, fueron cayendo una tras otra todas las ciudades del norte y el centro de Afganist¨¢n que se encontraban en manos de los talibanes, empezando por Kabul. Las milicias del mul¨¢ Omar sab¨ªan que era muy dif¨ªcil defender plazas en las que eran minor¨ªa y en muchos casos se retiraron casi sin combatir. Sin embargo, Kunduz fue la ¨²ltima en caer, a finales de noviembre, en medio de una feroz batalla que se prolong¨® durante casi dos semanas. El lunes se convirti¨® en la primera ciudad que los talibanes han conquistado desde 2001. No es una casualidad: Kunduz no es s¨®lo una ciudad estrat¨¦gica en la ruta comercial que une Kabul con las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas de Asia Central, sino que se trata de una isla past¨²n ¡ªla etnia mayoritaria entre los talibanes¡ª en una regi¨®n donde los tayikos y los uzbekos son mayoritarios.
Las tropas de la Alianza del Norte contaron aquel invierno con todo el apoyo a¨¦reo posible por parte de Estados Unidos, no s¨®lo de los bombarderos B52 que machacaban sus posiciones, sino tambi¨¦n de los C130, aviones artillados, cuyas h¨¦lices se escuchaban durante toda la noche desde las posiciones cercanas al frente. "Todo el norte de Afganist¨¢n ha sido limpiado de talibanes y s¨®lo queda una bolsa de resistencia en Kunduz, donde se encuentran totalmente rodeados", aseguraba en la vecina Taloc¨¢n el general Mohamed Daud el 16 de noviembre. Se hablaba de milicias de Al Qaeda ¡ªno hay que olvidar que EE UU intervino en Afganist¨¢n porque los talibanes albergaban al l¨ªder de esta organizaci¨®n terrorista¡ª, de grupos de chechenos indestructibles, incluso corr¨ªa un rumor infundado y absurdo de que el propio Osama Bin Laden estaba escondido ah¨ª, lo que explicar¨ªa el esfuerzo a¨¦reo estadounidense.
Pero la explicaci¨®n de la resistencia en Kunduz era mucho m¨¢s simple: contaban con el apoyo mayoritario de la poblaci¨®n, que tem¨ªa que la Alianza del Norte entrase sin tomar prisioneros. El general Daud trataba de lanzar mensajes tranquilizadores que resultaban bastante inquietantes. "Nosotros diferenciamos entre los talibanes afganos y los terroristas internacionales que se encuentran con ellos. De estos ¨²ltimos no aceptaremos su rendici¨®n", explicaba a un grupo de periodistas occidentales. Los temores estaban muy fundados: grupos de derechos humanos denunciaron saqueos y ejecuciones sumarias desde la ca¨ªda de la ciudad, as¨ª como una matanza de prisioneros por las tropas del general uzbeko Rashid Dostum.
En 2002, la organizaci¨®n de derechos humanos Human Rights Watch public¨® un informe titulado Pagando por los cr¨ªmenes talibanes sobre los abusos contra los pastunes en el norte de Afganist¨¢n. Trece a?os despu¨¦s, tras una larga estancia de las tropas alemanas bajo bandera internacional en Kunduz, otro informe publicado en marzo de este a?o por la misma organizaci¨®n humanitaria dejaba claro que las cosas hab¨ªan cambiado muy poco. "Kunduz alberga a numerosos grupos armados bajo el mando de comandantes militares irregulares. En 2010, una nota diplom¨¢tica estadounidense se?alaba que los abusos que estaban cometiendo eran un factor potencialmente desestabilizador en la provincia de Kunduz, 'ya que, dado que se trata de milicias en su mayor¨ªa tayikas, existe un riesgo real de que el conflicto tome una dimensi¨®n ¨¦tnica, en el que las fuerzas irregulares sean percibidas como antipastunes no como antitalibanes".
La ca¨ªda de Kunduz refleja la inmensa complejidad ¨¦tnica y pol¨ªtica de Afganist¨¢n, azuzada durante m¨¢s de tres d¨¦cadas de guerras civiles (todo empez¨® en 1979, con la invasi¨®n sovi¨¦tica, hace 35 a?os). Refleja tambi¨¦n la fuerza de los talibanes en los lugares donde cuenta con el apoyo de la poblaci¨®n y que la presencia de las tropas internacionales no ha logrado controlar a las milicias que campan a sus anchas, como relata HRW. La ca¨ªda de Kunduz en 2001 signific¨® el final de una guerra que, en realidad, estaba muy lejos de acabar, como demuestra lo ocurrido 14 a?os despu¨¦s.
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