Estados Unidos ejecutar¨¢ a seis personas en nueve d¨ªas
Los casos ejemplifican los graves problemas que rodean la pena de muerte, lo absurdo del sistema y la inmoralidad del acto
En nueve d¨ªas, cinco Estados planean ejecutar a seis condenados a la pena capital en lo que supone un estallido de actividad en los corredores de la muerte de Estados Unidos que no hab¨ªa sucedido en m¨¢s de dos a?os.
La casi totalidad de los casos ejemplifica los graves problemas que rodean la pena de muerte, lo absurdo del sistema y la inmoralidad del acto. En la madrugada de este mi¨¦rcoles, el Estado de Georgia ejecutaba a Kelly Renee Gissendaner, lo que le otorg¨® el triste honor de ser la primera mujer en morir a manos de ese Estado en 70 a?os. Gissendaner fue condenada a muerte por conspirar con su amante para matar a su marido. El amante, que fue quien cometi¨® el crimen, se encuentra hoy cumpliendo una sentencia de cadena perpetua.
Debido a que Gregory Owen, el amante de Gissendaner, se declar¨® culpable primero y testific¨® contra ella, se garantiz¨® que la fiscal¨ªa no pedir¨ªa la pena de muerte para ¨¦l. Gissendaner fue a juicio y fue condenada a la m¨¢xima pena. Ayer martes, esta mujer de 47 a?os agotaba su ¨²ltimo recurso. De nada vali¨® la misiva enviada en el ¨²ltimo momento por el arzobispo Carlo Maria Vigano de parte del papa Francisco rogando clemencia.
Gissendaner mor¨ªa ejecutada menos de una semana despu¨¦s de que el Papa pidiese en el Congreso de Estados Unidos el fin de la pena de muerte.
La misma suerte correr¨¢ Richard Glossip si sus ¨²ltimos recursos no son aceptados. El preso de Oklahoma cuyo caso lleg¨® al Supremo el pasado curso jur¨ªdico y puso en entredicho el uso de la inyecci¨®n letal deber¨ªa morir por ese mismo m¨¦todo hoy. El pasado junio, la m¨¢xima corte de EE UU respaldaba el uso de la inyecci¨®n letal despu¨¦s de que Glossip y otros dos condenados en el mismo corredor de la muerte denunciaran su uso ante la posibilidad de que fuera inconstitucional, ya que otros tres reos hab¨ªan mostrado signos de dolor tras inyectarles midazolam, el f¨¢rmaco que debe sedar a los condenados, y tardaron m¨¢s tiempo del deseado en morir.
En el caso de Glossip, 52 a?os, hay adem¨¢s serias dudas de su culpabilidad en el crimen cometido en 1997. Barry Van Treese fue encontrado muerto a golpes en una habitaci¨®n del motel del que era due?o y donde trabajaba y viv¨ªa Glossip. Aunque Justin Sneed, otro trabajador del motel, se confes¨® culpable del crimen tambi¨¦n dijo que lo hab¨ªa llevado a cabo porque Glossip le incit¨® a ello. Una vez m¨¢s, al igual que en el caso de Georgia, Sneed se libr¨® de la pena de muerte por su testimonio y por acusar antes de ser acusado.
Nada liga a Glossip al crimen y hay demasiadas pruebas que muestran que la investigaci¨®n estuvo viciada desde el principio. Y a¨²n as¨ª, un hombre que muy probablemente es inocente tiene fecha para ser ejecutado esta noche a las ocho de la tarde hora de la costa Este de EEUU.
Un hombre que muy probablemente es inocente tiene fecha para ser ejecutado esta noche a las ocho de la tarde hora de la costa Este de EE UU
Alfredo Prieto, salvadore?o de 49 a?os, suma dos sentencias a muerte en dos Estados diferentes. Prieto fue condenado una primera vez en California por la violaci¨®n y asesinato de una joven de 15 a?os. Una vez en la c¨¢rcel, las autoridades californianas introdujeron el ADN de Prieto en la base de datos y vincularon a este con un doble crimen cometido en Virginia en 1988. Prieto fue extraditado a este ¨²ltimo Estado, ante el temor de que si permanec¨ªa en California nunca ser¨ªa ejecutado, ya que ese Estado en muy raras ocasiones acaba con la vida de un preso -hace diez a?os que no lo hace-, a pesar de ser el que m¨¢s poblaci¨®n tiene en el corredor de la muerte.
Los abogados de Prieto insistieron durante sus diversos juicios que el coeficiente intelectual de su cliente es demasiado bajo para ser ejecutado. Prieto agota todos los recursos para no ser ejecutado este jueves 1 de octubre a las nueve de la noche (hora local). De momento, el Gobernador, Terry McAuliffe, quien pod¨ªa parar la ejecuci¨®n, ha declarado que no lo har¨¢.
Virginia no ejecuta a ning¨²n condenado desde hace tres a?os y para aplicar la pena capital a Prieto ha tenido que recurrir a Texas para que le prestara uno de los tres componentes necesarios para la inyecci¨®n letal, ya que no dispone del sedante necesario para ello.
Otras tres ejecuciones est¨¢n previstas para la semana que viene. El martes d¨ªa 6 debe de morir a manos del Estado Kimber Edwards, en Misuri, y Juan Garc¨ªa, en Texas. El caso de Edwards es similar al de la se?ora Gissendaner o el de Glossip. Las personas que f¨ªsicamente cometieron el crimen cumplen hoy condenas de cadena perpetua mientras que ellos fueron condenados a muerte.
Cerca de 3.000 personas esperan su turno en el corredor de la muerte, con una media de poco m¨¢s de 40 reos ejecutados cada a?o
Desde 2013, Misuri se ha convertido en un Estado muy activo a la hora de poner en pr¨¢ctica la pena de muerte, solo superado por Texas. Si la ejecuci¨®n de Edwards se lleva a cabo, ser¨¢ la s¨¦ptima persona ejecutada este a?o.
Garc¨ªa tambi¨¦n debe de morir el d¨ªa 6 de octubre. Sus actuales abogados argumentan ante diversas instancias que este hombre de 35 a?os tuvo una p¨¦sima representaci¨®n durante el juicio y que es un enfermo mental, por lo que no deber¨ªa de ser ejecutado.
El ¨²ltimo caso previsto es el de Benjamin Cole, en Oklahoma, que sigue adelante despu¨¦s de la respuesta en junio del Supremo. Cole, 50 a?os, mat¨® a su hija de nueve meses parti¨¦ndole la espina dorsal. Sus abogados argumentan que sufre esquizofrenia y que tiene una lesi¨®n cerebral. El fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, considera que no hay raz¨®n para que no sea ejecutado tras revisar la petici¨®n de los abogados de Cole.
Los Estados que planean -y en algunos casos ya han llevado a cabo- ejecuciones estos d¨ªas son de los m¨¢s activos en ese ¨¢mbito desde que la pena de muerte se reinstaur¨® por el Tribunal Supremo en 1976. Cerca de 3.000 personas esperan su turno en el corredor de la muerte, con una media de poco m¨¢s de 40 reos ejecutados cada a?o. De los 50 Estados que componen la Uni¨®n, 19 han abolido la pena de muerte (el dato incluye a Nebraska aunque debe ser sometido a una ¨²ltima votaci¨®n el a?o que viene) y muchos otros tienen la m¨¢xima pena en sus ordenamientos jur¨ªdicos aunque o la usan. Por ejemplo, New Hampshire tiene un solo condenado en el corredor de la muerte y no ha ejecutado a nadie desde la Segunda Guerra Mundial. Una propuesta de ley para abolir la pena capital en ese Estado, sin embargo, fracas¨® el a?o pasado por un solo voto.
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