La crisis migratoria divide a Alemania en el 25 aniversario de la reunificaci¨®n
¡°Nuestro coraz¨®n es grande, pero las posibilidades son finitas¡±, dice el presidente Gauck
La iglesia de San Nicol¨¢s, en el centro de Leipzig, fue testigo de las manifestaciones que comenzaron a la vuelta del verano de 1989. La protesta creci¨® hasta derrumbar en solo dos meses el Muro de Berl¨ªn; y desemboc¨® el 3 de octubre de 1990 en la disoluci¨®n de la RDA. Alemania celebr¨® el s¨¢bado el 25 aniversario de la reunificaci¨®n sumida en un debate apasionado sobre c¨®mo responder a la mayor oleada migratoria desde la II Guerra Mundial. Las encuestas muestran un pa¨ªs dividido en dos: los que sienten miedo ante las llegadas y los que no. ¡°Nuestro coraz¨®n es grande, pero nuestras posibilidades son finitas¡±, alert¨® el presidente, Joachim Gauck.
Festejo tras un cuarto de siglo unidos
- Joachim Gauck, presidente federal aleman, present¨® la integraci¨®n de los refugiados como un reto mayor que el de la reunificaci¨®n. "A diferencia de entonces, debe crecer junto algo que hasta ahora no hab¨ªa estaba unido", dijo.
- El jefe del Estado pidi¨® tambi¨¦n una soluci¨®n europea a la crisis de los refugiados. "No podremos mantener la apetura actual si no nos decidimos todos a impulsar una mayor seguridad en las fronteras exteriores europeas", a?adi¨® Gauck.
Leipzig es un buen ejemplo de c¨®mo ha cambiado el pa¨ªs en este ¨²ltimo cuarto de siglo; y tambi¨¦n de los retos que tiene por delante. La vitalidad recobrada en los ¨²ltimos a?os, patente en los alrededores de la iglesia de San Nicol¨¢s, no impide que su renta siga siendo inferior a la de sus hermanos del oeste.
Pero no es esta brecha lo que estos d¨ªas preocupa al medio mill¨®n de habitantes de Leipzig. El tema estrella son los 20 nuevos centros de refugiados que el Ayuntamiento planea habilitar a toda prisa. Las autoridades han tenido que ir modificando sus estimaciones de llegada, hasta multiplicar por cinco lo que preve¨ªan hace solo unos meses. Es exactamente lo mismo que le ha ocurrido al Gobierno central, cuya ¨²ltima previsi¨®n para 2015, 800.000 solicitantes de asilo, parece ya haberse quedado vieja. ¡°Le apuesto una caja de buen vino espa?ol que la cifra final ser¨¢ bastante mayor, rondando el mill¨®n¡±, asegura en su despacho Thomas Fabian, vicealcalde de Leipzig responsable de Asuntos Sociales.
El aniversario de la reunificaci¨®n ¡ªque, seg¨²n dec¨ªa esta semana el historiador Heinrich A. Winkler, logr¨® resolver de forma definitiva ¡°la cuesti¨®n alemana¡± que durante tanto tiempo hab¨ªa ensangrentado Europa¡ª llega en un momento definitorio para Alemania. No hay duda de que los cientos de miles de refugiados van a cambiar profundamente el pa¨ªs. Tan solo en septiembre pueden haber llegado m¨¢s que a lo largo de 2014. A la oleada de solicitantes de asilo se le unen adem¨¢s las crisis de Volkswagen y la de Grecia ¡ªahora adormecida, pero que promete despertar¡ª, ambas con gran potencial destructivo. ¡°A corto plazo va a suponer una carga muy importante para los presupuestos p¨²blicos, en torno a 10.000 millones de euros. Pero si la integraci¨®n de los inmigrantes en el mercado laboral sale bien, ser¨¢ beneficioso para la econom¨ªa¡±, se?ala Clemens Fuest, presidente del Centro para la Investigaci¨®n Econ¨®mica Europea.
?Campeona de los valores?
El debate sobre la inmigraci¨®n divide a Alemania en dos grupos: los que ven cada vez con m¨¢s recelos la llegada continuada de solicitantes de asilo y los que apelan a la responsabilidad moral del pa¨ªs m¨¢s fuerte de la UE para acoger. ¡°Alemania no puede prometer m¨¢s de lo que es capaz de cumplir. No podemos pretender convertirnos en los campeones mundiales de los valores¡±, asegura el historiador Winkler. ¡°En un momento de necesidad, Alemania ofreci¨® una respuesta humanitaria. Pero la situaci¨®n es muy fr¨¢gil, y est¨¢ empeorando con las declaraciones populistas de algunos pol¨ªticos conservadores en los ¨²ltimos d¨ªas¡±, le responde Karl Kopp, de la asociaci¨®n a favor de los refugiados Pro Asyl.
¡°Si voy a tener que disculparme por ofrecer una cara amable en una situaci¨®n de emergencia, este ya no es mi pa¨ªs¡±, dijo a sus cr¨ªticos la cada vez m¨¢s cuestionada Angela Merkel. Pese a la ca¨ªda de popularidad en las encuestas y las cada vez m¨¢s habituales cr¨ªticas que le llegan desde su partido, la canciller juega con una baza a favor: ni entre los socialdem¨®cratas ni entre los democristianos ha surgido una figura que canalice el descontento y que pudiera aspirar a arrebatarle el poder si decide presentarse a las elecciones de 2017. El presidente Gauck, que la semana pasada entr¨® en el debate afirmando que la capacidad de acogida tiene l¨ªmites, insisti¨® el s¨¢bado en la misma idea.
Mientras el Gobierno federal aprueba a todas prisas un paquete legal para endurecer las normas de asilo, Ayuntamientos como el de Leipzig buscan alojamientos de urgencia antes de que llegue el invierno. ¡°No preve¨ªamos este problema. Hemos tenido que reducir nuestros criterios, como por ejemplo que en una habitaci¨®n duerman m¨¢s de dos personas. A¨²n no hemos decidido confiscar terrenos, pero no descartamos nada¡±, concluye el vicealcalde de Leipzig.
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