Periodistas de Venezuela denuncian ante la SIP las presiones de Maduro

La delegaci¨®n venezolana que asiste a la 71 asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que culmina el martes en la ciudad estadounidense de Charleston, Carolina del Sur, ha vuelto a denunciar la cr¨ªtica situaci¨®n que enfrenta la prensa no oficialista en el pa¨ªs y ha arremetido en duros t¨¦rminos contra el gobierno del presidente Nicol¨¢s Maduro. Esta vez han desaparecido los t¨¦rminos que ubicaban a Venezuela en una franja difusa entre una democracia precaria y el autoritarismo rampl¨®n.

El Gobierno venezolano ¡°ha instaurado ya abiertamente la dictadura¡± y ¨¦sta ¡°se desplaza hacia la tiran¨ªa que ejercen a d¨²o Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello¡±, afirm¨® el jurista venezolano Asdr¨²bal Aguiar, exministro de Relaciones Interiores del gobierno de Rafael Caldera (1994-1999).

Cada a?o la SIP celebra una reuni¨®n semestral entre los due?os y editores de los diarios de Am¨¦rica Latina. Durante muchas asambleas el caso venezolano ha merecido especial atenci¨®n, pero esta vez hay una preocupaci¨®n mayor. Un informe elaborado por la Comisi¨®n de Libertad de Prensa e Informaci¨®n de la organizaci¨®n tild¨® al pa¨ªs caribe?o de "narcoestado real y no imaginario", y destac¨® que, en el ¨²ltimo semestre, se han registrado ¡°300 violaciones al derecho a la libertad de expresi¨®n, ataques a periodistas, criminalizaci¨®n de la actividad period¨ªstica y limitaciones de acceso a la informaci¨®n¡±.

El caso m¨¢s emblem¨¢tico de 2015 es la querella penal iniciada por el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, contra el diario El Nacional por supuesta difamaci¨®n. El Nacional, el agregador de noticias La Patilla, y el semanario Tal Cual, que dirige el ganador del premio Ortega y Gasset de 2015 Teodoro Petkoff, retomaron un reportaje del diario espa?ol?ABC en el cual se aseguraba, a partir de las presuntas confesiones de un oficial desertor de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que el n¨²mero dos del r¨¦gimen ten¨ªa v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico.

En abril un tribunal decidi¨® prohibirle la salida del pa¨ªs a 22 directivos de los medios demandados. En agosto Cabello anunci¨® que introducir¨ªa tambi¨¦n una demanda civil, r¨¢pidamente admitida por la justicia local, que funciona como un ap¨¦ndice del gobierno. En el escrito el presidente del Parlamento exige a estos tres medios una indemnizaci¨®n de unos 78 millones de d¨®lares por ¡°da?os morales¡±.

Despu¨¦s de formular toda clase de cr¨ªticas al r¨¦gimen venezolano Aguiar pidi¨® a la plenaria que adoptara una resoluci¨®n ¡°que declare la ruptura final de la libertad de expresi¨®n y prensa¡± en el pa¨ªs sudamericano y que declare a Maduro y a Cabello ¡°como los principales victimarios de la prensa libre y el ocultamiento de la informaci¨®n¡±. En la sala se encontraban Marcel Granier, el presidente de la desaparecida televisora Radio Caracas Televisi¨®n, cuyas transmisiones fueron cesadas en mayo de 2007 por ¨®rdenes del entonces gobernante Hugo Ch¨¢vez, y Miguel Henrique Otero, presidente-editor del diario El Nacional.

Otero mostr¨® a la plenaria un video de casi cuatro minutos que luce como un inventario de todos los agravios oficiales que ha recibido por la l¨ªnea editorial que mantiene su medio los asistentes. Han sido casi tres lustros de una intensa confrontaci¨®n con el chavismo, pero desde inicios de a?o el gobierno parece estar dispuesto a torcerle el brazo a la poca prensa no oficialista que queda en el pa¨ªs. El propio Otero, de hecho, coment¨® que en Venezuela le esperaba una orden de aprehensi¨®n en su contra.

A¨²n no est¨¢ claro si se trata de una medida de arresto o de una orden de conducci¨®n por la demanda interpuesta por Cabello, seg¨²n una fuente allegada al diario venezolano. Lo que Otero ¡ªexiliado desde hace siete meses¡ª s¨ª expuso como un hecho ante la prensa acreditada en el evento fue lo que defini¨® como un m¨¦todo de acoso contra los medios independientes: ¡°se formulan varias acusaciones sin pruebas contra medios y periodistas que luego sirven como excusa al Poder Judicial para solicitar ¨®rdenes de captura¡±. Al final, el periodista o medio acusado ¡°espera un juicio que nunca llega¡±.