Dilma Rousseff se hunde en la crisis pol¨ªtica de Brasil

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, recibi¨® este mi¨¦rcoles una p¨¦sima noticia para su gesti¨®n: el Tribunal de Cuentas de la Uni¨®n (TCU) decidi¨® de forma un¨¢nime rechazar las cuentas del Gobierno de 2014. Esta sospecha, de que el Gobierno hizo maniobras fiscales irregulares, es una de las apuestas m¨¢s fuertes de los opositores para respaldar jur¨ªdicamente una posible destituci¨®n de Rousseff, sumida en una prolongada recesi¨®n econ¨®mica y una grave crisis pol¨ªtica cuyos efectos son dif¨ªciles de predecir.

Es la primera vez que el Tribunal de Cuentas declara que un Gobierno no cumpli¨® sus obligaciones fiscales desde 1937, cuando rechaz¨® los n¨²meros del presidente Get¨²lio Vargas (que fue apartado del cargo por un decreto presidencial).

Este martes, adem¨¢s, el Tribunal Superior Electoral (TSE) abri¨® una investigaci¨®n sobre presuntas irregularidades de financiaci¨®n de la campa?a presidencial de Rousseff, el pasado octubre. Los opositores est¨¢n apostando por esas dos v¨ªas para iniciar un proceso de impeachment. En el caso de delitos de responsabilidad fiscal, el proceso de destituci¨®n se desarrollar¨ªa en el Congreso. En el segundo, financiaci¨®n ilegal en la campa?a electoral de 2014, la Justicia Electoral podr¨ªa anular su mandato.

El Tribunal de Cuentas es una instituci¨®n de bajo voltaje pol¨ªtico, pero la votaci¨®n de la noche del mi¨¦rcoles estaba cargada de significado y los brasile?os la siguieron con atenci¨®n, en retransmisiones en directo por televisi¨®n e Internet. La decisi¨®n no abre paso necesariamente para que Rousseff deje el poder. En las condiciones actuales, y descontadas las oscilaciones de esta crisis, el rechazo de cuentas puede no prosperar en el Senado, controlado todav¨ªa por la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT). Pero proporciona m¨¢s argumentos a la oposici¨®n en sus solicitudes de destituci¨®n en la C¨¢mara baja, central en el proceso, y puede ayudar a resucitar las movilizaciones que exigen su salida.

Los expertos consideran el golpe del Tribunal de Cuentas a la gesti¨®n de Rousseff m¨¢s pol¨ªtico que pr¨¢ctico, por ahora. Hay quienes entienden que no cabr¨ªa la destituci¨®n de la presidenta por delitos cometidos en el mandato anterior (fue reelegida en 2014 y empez¨® un nuevo mandato en enero). Sin embargo, se estudia si las maniobras no se produjeron hasta febrero de este a?o, en la actual legislatura. Otros dicen incluso que, como fue reelegida, sus decisiones del pasado s¨ª afectan al actual Gobierno. Todo oscilar¨¢ en funci¨®n de los inestables apoyos de la presidenta, que cuenta con menos del 10% de aprobaci¨®n y tiene aliados poco confiables en el Congreso, a pesar de que la semana pasada reform¨® su gabinete para acomodar aliados y romper su aislamiento.

La decisi¨®n del tribunal ser¨¢ ahora analizada por la Comisi¨®n Mixta de Presupuesto en el Congreso, presidida por la senadora Rose de Freitas (Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o, PMDB). Freitas est¨¢ vinculada al grupo del presidente del Senado, Renan Calheiros, que en estos momentos es un aliado del Gobierno. En la comisi¨®n, lo probable es que la discusi¨®n se prolongue a prop¨®sito. Y que, cuando se voten las cuentas, estas sean aprobadas, aunque con reservas, seg¨²n evalu¨® en ese mi¨¦rcoles la consultor¨ªa de riesgo pol¨ªtico Eurasia.