Argentina invierte en tecnolog¨ªa para liderar la agricultura mundial
La oposici¨®n elogia la apuesta kirchnerista por la ciencia; un caso de ¨¦xito en Wall Street
Una valla y unos pocos metros separan la sede de la empresa biotecnol¨®gica Bioceres de las chabolas del sur de Rosario, esas mismas que proliferaron en la crisis argentina de 2001 y que siguen all¨ª. Bioceres es la primera compa?¨ªa de su especialidad en Latinoam¨¦rica que cotizar¨¢ en Wall Street. Crea semillas resistentes a la sequ¨ªa y la salinidad, ha patentado 50 inventos y es parte de la Argentina que invierte el 0,65% del PIB en investigaci¨®n y desarrollo (I+D), un nivel solo superado por Brasil dentro de Latinoam¨¦rica. Claro que esa misma agricultura transg¨¦nica y mecanizada que ha multiplicado por 2,5 la producci¨®n agr¨ªcola argentina en 20 a?os va reduciendo la poblaci¨®n rural, con la consiguiente migraci¨®n a los suburbios pobres de ciudades como Rosario.
El kirchnerismo aument¨® la inversi¨®n en I+D desde 2003, cuando era solo del 0,4% del PIB, y hasta la oposici¨®n la elogia en la campa?a para las elecciones presidenciales del pr¨®ximo d¨ªa 25. Un asesor econ¨®mico del candidato presidencial opositor Mauricio Macri, Rogelio Frigerio, rescata dos aspectos de la econom¨ªa kirchnerista: la generalizaci¨®n de beneficios sociales y "la revalorizaci¨®n de la ciencia, sin grandes resultados todav¨ªa".
La biotecnol¨®gica Bioceres demuestra que la inversi¨®n rinde frutos. Naci¨® en la crisis de 2001 y su capital se divide entre 260 accionistas, la mayor¨ªa grandes agricultores, como Gustavo Grobocopatel, el llamado ¡®rey de la soja¡¯, y un expresidente de la filial local del gigante norteamericano de producci¨®n de semillas transg¨¦nicas Monsanto. ¡°Fue Argentina uno de los primeros pa¨ªses en incorporar semillas gen¨¦ticamente modificadas (1995) y la tecnolog¨ªa de la siembra directa (labranza sin arado)¡±, explica el director cient¨ªfico de Bioceres, Mart¨ªn V¨¢zquez, uno de los pocos porte?os que se mudaron para integrar la plantilla de 120 empleados de esta empresa rosarina. ¡°Los accionistas vieron que hab¨ªa mucha investigaci¨®n en la academia, pero despu¨¦s no se desarrollaban los productos¡±, recuerda V¨¢zquez. En Argentina, la mayor¨ªa de la inversi¨®n en I+D corre por cuenta del Estado.
Los due?os de Bioceres, la mayor¨ªa de fuera de Buenos Aires, optaron por dejar de centralizar todo en la capital argentina y escogieron como sede a Rosario, que ofrec¨ªa especialistas en agronom¨ªa, biotecnolog¨ªa, biolog¨ªa y finanzas, pero adem¨¢s se encontraba en el coraz¨®n agr¨ªcola de Argentina. Se instalaron en terrenos que el Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas les entreg¨® en forma grauita por 20 a?os. En un edificio impecable, entre microscopios, tubos de ensayo, invernaderos y cuartos en los que las plantas son sometidas a diversa temperatura, luz y presi¨®n, empleados de delantal blanco con una media de 32 a?os ponen en marcha una inversi¨®n de m¨¢s de 40 millones de euros anuales en parte subvencionada por el Ministerio de Ciencia de Argentina y con financiamiento de la Uni¨®n Europea y Espa?a.
Durante cuatro a?os Bioceres prueba sus semillas en campos piloto. Despu¨¦s requiere la aprobaci¨®n de diversos organismos p¨²blicos dentro Argentina y en los pa¨ªses a los que pretende exportar la semilla o los granos que ser¨¢n producidos a partir de ella. Planea comenzar a vender en 2017 su primer semilla, la de soja HB4. Esta tecnolog¨ªa tambi¨¦n se usar¨¢ en el trigo, el ma¨ªz y la alfalfa.
¡°La HB4 rinde hasta 15% m¨¢s en zonas ¨¢ridas que una normal¡±, destaca el director V¨¢zquez. ¡°Y en zonas f¨¦rtiles le sirve al productor como un seguro antisequ¨ªa¡±, a?ade el ejecutivo de esta empresa argentina, la tercera que cotizar¨¢ en el Nasdaq, despu¨¦s de la de comercio electr¨®nico Mercado Libre y la de software Globant. ¡°Quemamos ¡®plata¡¯ (gastamos dinero) a ritmo moderado y eso les gusta a los inversores¡±, se jacta V¨¢zquez.
Bioceres no solo crea semillas sino tambi¨¦n biotecnolog¨ªa industrial y ofrece servicios de alta tecnolog¨ªa. Por ejemplo, a partir de cultivos de una oleaginosa, el c¨¢rtamo, en el norte y el sur de Argentina est¨¢ produciendo una semilla que contiene la enzima quimosina, que se usa en la fabricaci¨®n de quesos. As¨ª se expande la potencia agr¨ªcola de este pa¨ªs responsable del 13% del comercio mundial de granos, aun a costa de desplazar la agricultura tradicional, con sus bosques nativos y sus campesinos de producci¨®n familiar.
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