La ¡®Intifada¡¯ de la generaci¨®n de Oslo
Los j¨®venes palestinos nacidos tras los acuerdos de paz se echan a la calle ante la falta de un Estado propio y un vida sin futuro. Un pu?ado de desesperados toman los cuchillos
Cuando Mahmud Abbas dijo que iba a lanzar una bomba en su intervenci¨®n del pasado septiembre ante la Asamblea General de Naciones Unidas no parec¨ªa consciente de las consecuencias de su amenaza. El presidente palestino se limit¨® a declarar que quedaban sin aplicaci¨®n, a la vista de la ruptura de las conversaciones con Israel desde abril de 2004, los acuerdos de Oslo de 1993 que propiciaron la creaci¨®n de la Autoridad Palestina. Los j¨®venes nacidos en los a?os posteriores, la bautizada ya como generaci¨®n de Oslo, recogieron el guante que qued¨® en el aire en la ONU y se han echado a las calles de Jerusal¨¦n Este y Cisjordania, en la que empieza a ser considerada como la mayor ola de protestas contra la ocupaci¨®n israel¨ª desde el fin de la segunda Intifada, en 2005.
La ¡°generaci¨®n perdida de Oslo¡±, como la defin¨ªa en un reciente art¨ªculo la columnista del diario Haaretz Amira Hass, expresa su frustraci¨®n en las barricadas desde que la sociedad palestina comenz¨® a inquietarse ante una eventual alteraci¨®n del statu quo en la Explanada de las Mezquitas de Jerusal¨¦n, donde se alza el templo de Al Aqsa, considerado el tercer lugar sagrado del islam. El incremento desde hace un mes del n¨²mero de visitantes jud¨ªos contribuy¨® a recrudecer la tensi¨®n. Como recuerda Amira Hass, estos j¨®venes ¡°no tienen el Estado que les hab¨ªan prometido y no cuentan con perspectivas de encontrar un buen empleo¡±, con una tasa de paro juvenil que ronda el 40% en el conjunto de Palestina.
¡°Lobos solitarios¡±
Frente a los miles que marchan a diario hacia los puestos de control del Ej¨¦rcito israel¨ª, un pu?ado de entre los m¨¢s desesperados se tornan en ¡°lobos solitarios¡± y esgrimen cuchillos para atacar a polic¨ªas y ciudadanos israel¨ªes. Desde el pasado d¨ªa 1 se han registrado 17 casos de apu?alamientos de jud¨ªos por j¨®venes ¨¢rabes. Se convierten de hecho en agresores suicidas ya que las fuerzas de seguridad suelen disparar a matar contra quien empu?a un arma blanca contra israel¨ªes.
Los j¨®venes de la generaci¨®n de Oslo no parecen temer a las tropas y tampoco han acatado la consigna del Gobierno de Ramala palestino de regresar a las movilizaciones pac¨ªficas. Los analistas palestinos interpretan que se trata de un movimiento surgido de forma no organizada y sin un liderazgo definido. Frente a anteriores revueltas juveniles, en la actual ola de protestas llama la atenci¨®n la presencia de grupos de universitarias de los campus de Al Quds y Birzeit, que acuden con piedras y cubiertas con la kufiya (pa?uelo tradicional palestino) a las manifestaciones.
Los j¨®venes palestinos parecen coordinar su frustraci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales, a las que se conectan desde sus tel¨¦fonos inteligentes. Israel ha exigido a los responsables de Twitter, Facebook y sobre todo de YouTube que supriman la difusi¨®n de v¨ªdeos propalestinos de incitaci¨®n a la violencia. El Ministerio de Asuntos Exteriores asegur¨® ayer que varias grabaciones de Ham¨¢s con im¨¢genes de ataques contra israel¨ªes y de ¡°apolog¨ªa del terrorismo¡± hab¨ªan sido retiradas por la direcci¨®n de YouTube.
En una carta escrita desde la c¨¢rcel israel¨ª en la que cumple cinco condenas a perpetuidad, el dirigente palestino de Fatah Marwan Barghouti, que lider¨® la segunda Intifada, saluda a la ¡°nueva generaci¨®n que se ha levantado para defender su derecho y su deber de resistir la ocupaci¨®n (¡) desarmada y enfrent¨¢ndose a una de las mayores potencias militares mundiales¡±, seg¨²n un texto difundido entre otros medios por Efe.
Cuatro ataques contra israel¨ªes
La sensaci¨®n de inseguridad se dispar¨® ayer tras los cuatro ataques con cuchillos en Jerusal¨¦n en los que resultaron heridos tres israel¨ªes, dos de ellos de gravedad, y fueron abatidos a tiros tres de los agresores palestinos y una cuarta qued¨® malherida. La Ciudad Santa ha recuperado los guardas privados y los arcos detectores de metales han regresado a los centros oficiales y comerciales, como en las dos Intifadas (1987-1991 y 2000-2005).
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