Argentina elige el relevo del kirchnernismo entre tres centristas
El oficialista Scioli defiende la continuidad "con cambios" y el liberal Macri mantendr¨¢ las ayudas sociales
Casi nada es lo que parece en Argentina. Mientras en pa¨ªses de su entorno, como Chile o Brasil, izquierda y derecha est¨¢n bien definidas, las elecciones presidenciales del domingo en Argentina se mueven en un magma ideol¨®gico que confunde a los candidatos. La discusi¨®n se mueve entre la ¡°continuidad con cambios¡± del oficialista Daniel Scioli y el cambio claro de Mauricio Macri, que, sin embargo, promete mantener las nacionalizaciones y ayudas sociales del kirchnerismo. La divisi¨®n de la oposici¨®n coloca a Scioli como favorito: le basta un 40% para ganar.
La dificultad de explicar con criterios europeos la pol¨ªtica argentina se resume en una respuesta de Scioli. Le preguntaron si su llegada a la presidencia supondr¨ªa un giro al centro despu¨¦s de 12 a?os de kirchnerismo con discurso de corte izquierdista. ¡°?Qu¨¦ es el centro? ?Qu¨¦ es la izquierda? ?Qu¨¦ es la derecha? Yo voy a hacer lo correcto¡±, respondi¨® molesto.
La realidad argentina es inexportable: el peronismo, que puede ser de izquierda, de centro o de derecha, logra con sus distintas formas un 60% del electorado. Ahora se divide entre el 40% de Scioli y el 20% de Sergio Massa, el tercero en discordia, y solo esa fractura abre una oportunidad para ganarle a Scioli. Pero la incapacidad de la oposici¨®n para unirse ¡ªse divide en cinco candidatos que se reparten el 60% del voto¡ª deja a Scioli muy cerca de ganar en primera vuelta: solo necesita superar el 40% y sacar m¨¢s de 10 puntos a Macri, que est¨¢ segundo con algo menos de un 30%.
Votantes de izquierda, candidatos de centro. Estas elecciones ponen sobre la mesa otra paradoja. Candidatos con or¨ªgenes o propuestas de centro o derecha para unos votantes girados a la izquierda. Los grandes empresarios no paran de decirlo en las reuniones privadas: ¡°El pa¨ªs est¨¢ lleno de zurdos [izquierdistas]¡±, se quejan. Todos los an¨¢lisis coinciden en que el electorado est¨¢ girado a la izquierda, sobre todo despu¨¦s de que la pol¨ªtica neoliberal de los noventa le llevara al desastre de 2001. Discutir la intervenci¨®n del Estado en la econom¨ªa lleva en Argentina a la derrota electoral. Nadie lo hace. Y sin embargo, un pa¨ªs donde el eje pol¨ªtico pasa por la defensa del papel del Estado y la necesidad de ayudar a las clases m¨¢s bajas, con leyes laborales que protegen a los trabajadores y sindicatos m¨¢s fuertes que en el resto del mundo, est¨¢ a punto de elegir entre tres candidatos cerca del centro .
Scioli
Menemista, duhaldista, kirchnerista, ?sciolista?
Scioli, en teor¨ªa heredero del kirchnerismo y respaldado por la izquierda latinoamericana, cuyos m¨¢ximos exponentes, salvo el venezonalo Maduro, han participado en la campa?a sciolista, viene de la derecha del peronismo. Scioli era un hijo de un rico empresario de electrodom¨¦sticos que se dedicaba a competir con su lancha fueraborda cuando Menem lo fich¨® para la pol¨ªtica. Era el Menem m¨¢s ultraliberal, el de 1996. Pero con la misma capacidad de mutaci¨®n tan frecuente en el peronismo se apunt¨® despu¨¦s al duhaldismo y m¨¢s tarde al kirchnerismo. Scioli, que ya prepara el sciolismo, siempre ha apoyado las pol¨ªticas kirchneristas, pero todos los analistas argentinos asumen que ¨¦l har¨¢ un giro muy importante hacia pol¨ªticas econ¨®micas m¨¢s ortodoxas, esto es, un giro al centro.
Scioli juega a todas las bandas: se hace fotos con el embajador de EE UU, anatema para el kirchnerismo, pero en su casa tiene una estatua del Che Guevara al lado de otra de Churchill. Todos los presidentes argentinos han prometido que no har¨ªan ajustes y despu¨¦s los hicieron. ¡°?Por qu¨¦ creer que usted va a ser diferente?¡±, le pregunt¨® EL PA?S hace dos semanas. ¡°Basta mirar mi gesti¨®n en la provincia de Buenos Aires. En ocho a?os no hice ning¨²n ajuste¡±, contest¨® Scioli. Es cierto, hizo una importante subida de impuestos y evit¨® los recortes. Pero tambi¨¦n es cierto que la realidad econ¨®mica argentina era otra.
Macri
El liberal que se centr¨® y hasta inaugura estatuas de Per¨®n
El principal candidato de la oposici¨®n se ha reinventado a lo largo de la campa?a. Hace unos a?os, como se encargan de repetir en la televisi¨®n p¨²blica una y otra vez recuperando v¨ªdeos antiguos para perjudicarle, Macri representaba al centro-derecha argentino con posiciones claramente liberales. Su formaci¨®n se opuso a las nacionalizaciones m¨¢s importantes del kirchnerismo, en especial la de YPF, expropiada a la espa?ola Repsol, y la de Aerol¨ªneas Argentinas, que tambi¨¦n estuvo en manos espa?olas con Marsans. En cuestiones sociales, Macri se opuso a la ley de matrimonio homosexual.
Sin embargo, despu¨¦s de un pacto con el Partido Radical, de tradici¨®n socialdem¨®crata, y a la vista de que necesitaba ampliar su espacio, Macri ha ido centr¨¢ndose. Ahora asegura que si gana no vender¨¢ ni YPF ni Aerol¨ªneas y en sus anuncios en la radio insiste: ¡°No voy a quitar ning¨²n plan social¡±. Parece evidente que Macri, hijo de uno de los empresarios m¨¢s ricos del pa¨ªs, tiene un techo electoral entre las clases populares y trata de romperlo. Para ello, no ha dudado en inaugurar la ¨²nica estatua de Per¨®n que hay en Buenos Aires, a la b¨²squeda del voto peronista que le podr¨ªa dar ese 31-32% que necesita para entrar en segunda vuelta y jug¨¢rselo a todo o nada con Scioli.
Massa
El peronista disidente que promete mano dura
La pol¨ªtica argentina es tan compleja que los m¨¢s eficaces opositores son los miembros de la estructura principal de los primeros gobiernos kirchneristas. Massa fue durante 10 a?os un personaje clave del kirchnerismo, primero como jefe de la seguridad social y despu¨¦s como jefe de Gabinete. El referente m¨¢s respetado de su grupo, Roberto Lavagna, fue el primer ministro de econom¨ªa de Kirchner. Mart¨ªn Redrado, otro importante, era director del Banco Central.
La ausencia de pacto Macri-Massa es la clave de las elecciones. Massa quer¨ªa, Macri lo rechaz¨® por consejo de su gur¨² Dur¨¢n Barba. Massa resiste con su 20%
gracias a un discurso duro, que incluye mandar al Ej¨¦rcito a entrar en las villas para luchar contra el narco, un anatema para la izquierda, in¨¦dito en Argentina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.