La creciente violencia del narco activa las alarmas en Costa Rica
Las cifras amenazan con alcanzar en 2015 una tasa de homicidios superior a los 11 asesinatos por cada 100.000 habitantes

La ola de violencia entre grupos de narcotraficantes en varios puntos de Costa Rica ha roto este a?o los registros hist¨®ricos y ha obligado a las autoridades a reconocer la nueva realidad del pa¨ªs centroamericano. Con un promedio de un asesinato por venganza cada 48 horas ¡ªque incluyen casos de ensa?amiento extremo a plena luz del d¨ªa¡ª y la amenaza de filtraci¨®n del crimen organizado en instancias de poder, el Gobierno se ha autoimpuesto la urgencia por combatir las complejas redes delictivas y por aumentar su control del territorio.
Las cifras amenazan con alcanzar en 2015 una tasa de homicidios superior a los 11 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Los v¨ªdeos en las redes sociales muestran el horror como, por ejemplo, un ataque letal con ametralladoras AK-47 a las 8.30 de la ma?ana en un barrio tranquilo del cant¨®n central de San Jos¨¦, contra un sospechoso de sicariato que iba en un taxi. Casi 100 balazos sorpresivos con un tipo de arma frecuente en las bandas que han convertido los ajustes de cuentas en el principal m¨®vil de asesinatos de Costa Rica y en el m¨¢s dif¨ªcil de investigar por el temor de los testigos.
Con solo un 20% de eficacia en la investigaci¨®n de los asesinatos por aparente venganza (ataque directo, sin robo y con una v¨ªctima sospechosa) entre grupos traficantes de drogas, el Organismo de Investigaci¨®n Judicial (OIJ) ha propuesto crear una secci¨®n especializada para los homicidios del crimen organizado. Utilizan ahora una camioneta que puede resistir los balazos de la AK-47 y entrar a operativos en ciertos barrios donde nadie puede dar garant¨ªas, y donde los taxis, mensajeros de correo e inspectores de seguros se lo piensan antes de entrar, seg¨²n la polic¨ªa, los bomberos y la Cruz Roja.
El panorama en Costa Rica ha empeorado respecto a hace cinco a?os, cuando la tasa de homicidios alertaba a los ticos por la violencia de asaltantes y ladrones. Las autoridades aplacaron esa ola de delincuencia entre 2011 y 2014 y redujeron la tasa de homicidios a menos de 10 por cada 100.000 habitantes, atraparon tambi¨¦n a importantes l¨ªderes de bandas narcos y el crimen organizado acab¨® desorganiz¨¢ndose.
La situaci¨®n dio lugar entonces en el centro del pa¨ªs a las peleas por territorios y los asesinatos a bocajarro de jefes de bandas menores, aspirantes a jefes y hasta de abogados dedicados a defender en los tribunales a los acusados por narcotr¨¢fico. El ¨²ltimo de ellos, el 1 de octubre, tuvo lugar a menos de un kil¨®metro de la Casa Presidencial de Costa Rica, en el distrito josefino de Zapote, cuando unos desconocidos asesinaron de ocho balazos en el pecho al abogado Roy Ching.
Ajustes en el poder judicial
¡°No vamos a volver a la Costa Rica libre de violencia de organizaciones criminales. Costa Rica es ya un pa¨ªs violento¡±, diagnostic¨® el Fiscal General, Jorge Chavarr¨ªa. El presidente, Luis Guillermo Sol¨ªs, ha convocado a los presidentes de los supremos poderes. Aceptan que hay que hacer ajustes en el Poder Judicial en el ¨¢rea de investigadores y jueces, pero tambi¨¦n cambiar leyes contra el lavado de dinero procedente del narcotr¨¢fico, como una propuesta para el decomiso de bienes cuyo origen no pueda ser explicado por los propietarios.
Ahora las bandas que trasiegan no son de extranjeros; son grupos nacionales que se surten de la coca¨ªna que viaja desde Sudam¨¦rica rumbo al norte. Tampoco es raro escuchar la preocupaci¨®n de que el narcotr¨¢fico o su dinero penetre instituciones. El Partido Liberaci¨®n Nacional (PLN), la mayor estructura pol¨ªtica de Costa Rica, decidi¨® este mes sustituir a su candidato a la alcald¨ªa de Lim¨®n en las elecciones municipales de febrero porque consider¨® que su ocupaci¨®n es una mala se?al pol¨ªtica: es abogado defensor en casos de drogas y crimen organizado.
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