¡®Generaci¨®n tormenta¡¯: los j¨®venes radicales kurdos que no negocian
Han crecido en un ambiente de violencia en las ciudades y priorizan las armas sobre la pol¨ªtica
Votar con un fusil cargado apenas a unos metros de la urna parec¨ªa cosa del pasado, de cuando Turqu¨ªa estaba controlada por los militares. Sin embargo, esta escena se repiti¨® en todo el sudeste kurdo del pa¨ªs durante las elecciones del domingo: agentes de las fuerzas especiales en pasamonta?as se paseaban por los colegios electorales bajo las miradas de suspicacia de los locales. En el distrito de Sur (Diyarbakir) muchos ya est¨¢n acostumbrados, pues por sus calles patrullan continuamente los blindados de la polic¨ªa, coronados por ametralladoras m¨®viles.
Hace poco m¨¢s de dos semanas, este distrito estaba completamente sitiado por la polic¨ªa debido a los enfrentamientos entre las fuerzas especiales y militantes del Movimiento de la Juventud Patriota Revolucionaria (YDG-H). Pero, ?qui¨¦nes son estos j¨®venes? ¡°Son los chicos del barrio, que construyen barricadas para impedir que la polic¨ªa entre a su vecindario pues temen que ataque a la poblaci¨®n local¡±, explica Ziya Pir, diputado del partido prokurdo HDP. Pero estas barricadas provocan a su vez la reacci¨®n del Gobierno, que env¨ªa continuamente a las fuerzas especiales a combatirlos pues no est¨¢ dispuesto a tolerar que barrios enteros desaf¨ªen la autoridad del Estado.
La aparici¨®n del YDG-H, vinculado al grupo armado PKK, es una de las principales novedades de esta nueva fase del conflicto kurdo, tras la rotura de la tregua el pasado julio. El analista militar Metin G¨¹rcan lo considera un cambio clave respecto a la insurgencia de pasadas d¨¦cadas, cuando el PKK luchaba con t¨¢cticas propias de la guerrilla: bajar de las monta?as y golpear a los militares en el espacio rural. ¡°Ahora los combates se han trasladado a las ciudades y los protagonizan j¨®venes locales que viven entre la poblaci¨®n civil¡±, subraya.
Los pol¨ªticos locales definen a estos j¨®venes, de entre 15 y 30 a?os, como ¡°la generaci¨®n tormenta¡±, pues han crecido en medio del conflicto, en un ambiente de violencia, con pocas oportunidades laborales y educativas. ¡°Nos hemos criado en medio de la ira. Hemos sufrido golpes y torturas de la polic¨ªa¡±, explica un joven de 29 a?os de Diyarbakir que se hace llamar Jiyan: ¡°Ni a m¨ª ni a otros compa?eros nos parece mal que se mate a polic¨ªas, porque ellos son los terroristas que asesinan ni?os cada d¨ªa¡±.
Los violentos chicos del barrio
Ya no son los j¨®venes que, anta?o, se enfrentaban a pedradas, petardos o c¨®cteles molotov a los agentes, sino grupos armados con pistolas, fusiles e incluso lanzacohetes. ¡°Esto es Oriente Pr¨®ximo, es f¨¢cil encontrar armas¡±, afirma Jiyan. Un boquete de dos metros de di¨¢metro en medio de la calle atestigua el nivel de los enfrentamientos: es el hueco dejado por un artefacto explosivo que hizo volar por los aires a un blindado de la polic¨ªa, matando a un agente e hiriendo a otros seis. Los chicos del barrio muestran trozos del blindado como trofeos: ¡°?Este es el poder del Kurdist¨¢n!¡±, exclama un joven de 25 a?os. A su lado, un chaval de 11 apunta: ¡°Hicieron la bomba con (explosivo) C4¡±. Hasta los m¨¢s peque?os dominan ya la terminolog¨ªa militar -rifle de francotirador, RPG, kalashnikov¡- pues forma parte de su cotidianeidad.
Son ni?os que crecen viendo c¨®mo sus amigos mueren a causa del conflicto. Murat, de trece a?os, vive en la misma calle en la que los disparos de la polic¨ªa mataron a Helin, una ni?a de doce, el pasado 12 de octubre. ¡°Le dieron en la cabeza y se tambale¨® hasta aqu¨ª antes de morir, hab¨ªa trozos de cerebro por todos lados¡±, narra Murat se?alando la mancha de sangre donde fue abatida. Violencia que alimenta el odio, odio que genera m¨¢s violencia. Nuevas generaciones de la tormenta.
Durante la campa?a electoral, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) prometi¨® resucitar el proceso de paz kurdo s¨®lo si obten¨ªa la mayor¨ªa absoluta, cosa que logr¨® el domingo. Ya este lunes, el portavoz de la formaci¨®n islamista, ?mer ?elik, dio se?ales en este sentido: ¡°Podr¨ªamos retomar el proceso, siempre que se abandonen las armas y se garantice la seguridad p¨²blica¡±. Pero deber¨¢ darse prisa, pues las nuevas generaciones de kurdos no est¨¢n tan predispuestas como sus mayores a sentarse a la mesa de negociaciones.
¡°Cuando me arrestaron, mi hijo de 16 a?os perdi¨® la fe en la pol¨ªtica democr¨¢tica y dijo ¡®Esto solo se arregla con las armas¡¯. Yo intent¨¦ convencerle de lo contrario, pero finalmente se ech¨® al monte¡±, relata Abdullah Demirbas (49 a?os), exalcalde de Sur, que se enfrenta a juicio bajo el cargo de colaborar con el PKK. En los ¨²ltimos meses decenas de alcaldes y concejales de partidos kurdos han sido arrestados por hacer declaraciones unilaterales de ¡°autonom¨ªa¡± o acusados de pertenencia a banda armada. ¡°En momentos de conflicto, normalmente, se pide que los pol¨ªticos demos un paso al frente para calmar la tensi¨®n. En Turqu¨ªa se hace lo contrario, se detiene a los representantes pol¨ªticos y de esta forma se queman los puentes ¨Csubraya Demirbas-. El Gobierno no se da cuenta de que nosotros somos la ¨²ltima generaci¨®n dispuesta a negociar. Los que vienen detr¨¢s son mucho m¨¢s radicales¡±.
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