¡°El mayor respaldo que tengo es el de la sociedad civil¡±
El juez guatemalteco habla sobre sus decisiones en el proceso al expresidente Otto P¨¦rez Molina en el caso de corrupci¨®n La L¨ªnea
Miguel ?ngel G¨¢lvez (Ciudad de Guatemala, 1958) responde nervioso; mir¨¢ por all¨¢, observa a quien se acerca, ojea la grabadora sobre la mesa, mira al techo para recordar detalles. El titular del Juzgado B de Mayor Riesgo en Guatemala contesta sin aspavientos y sin pensar demasiado, como si en su despacho en Ciudad de Guatemala no tuviera a cargo los graves procesos judiciales que tienen en c¨¢rcel preventiva al ahora expresidente Otto P¨¦rez Molina y su vicepresidenta Roxana Baldetti, cabezas de la red de supuestos sobornos en las aduanas del caso de corrupci¨®n p¨²blica-privada conocido como La L¨ªnea, el detonante de la ola de indignaci¨®n ciudadana que todav¨ªa burbujea entre los guatemaltecos.
A dos metros del guardaespaldas que le asignaron las autoridades de Costa Rica para participar en el Seminario Centroamericano sobre c¨®mo abordar el crimen organizado, G¨¢lvez dedica explica lo que ocurre en Guatemala, o al menos c¨®mo se ve desde su oficina en el piso 14 del edificio del Poder Judicial guatemalteco. Admite que no se siente seguro, pero dice que duerme bien y su discurso es optimista acerca de una mejor Guatemala, sobre todo si la sociedad civil sigue vigilante y si se sostiene el apoyo internacional mediante la Comisi¨®n Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). G¨¢lvez, recordado tambi¨¦n por enviar a juicio al dictador Efra¨ªn R¨ªos Montt, a ratos dice hablar como ciudadano, como si a¨²n fuera el estudiante de Derecho que trabajaba como mensajero para pagar la matr¨ªcula y convertirse en el primer abogado de su familia. Hoy es el juez de moda en Guatemala.
Pregunta. ?Cu¨¢nto influy¨® en sus decisiones sobre P¨¦rez Molina la presi¨®n social?
Respuesta. Uno trata de no prejuzgarse por las presiones o la sociedad civil, aunque est¨¢ claro que estos no son procesos comunes. Las decisiones se toman seg¨²n vengan las investigaciones, pero recordemos que ¨¦l [P¨¦rez Molina] se sent¨® en el juzgado como presidente. Tengo entendido que se hab¨ªa reunido con Daniel Baldiz¨®n [candidato presidencial del partido L¨ªder] y recibi¨® garant¨ªas de que no pasaba nada, porque entre los dos partidos dominaban el Congreso. El presidente estaba muy seguro de que su acusaci¨®n iba a ser declarada sin lugar; no se preocup¨®, pero el desenlace y las presiones dejaron a los diputados sin alternativa. Sin el contexto social no se hubiera logrado mucho.
P. ?Se siente respaldado por la sociedad de Guatemala?
R. Por supuesto, el mayor respaldo que tengo es el de la sociedad civil. Me agrada el respaldo personal, aunque a veces se pierde la privacidad y me piden fotos o me pagan el desayuno y es un poco inc¨®modo.
P. ?Eso afecta a su seguridad?
R. Por supuesto. Se me ha reforzado la seguridad, cambiamos veh¨ªculos y toda mi vida privada se termin¨®.
P. ?Y el apoyo internacional?
R. Sin ese apoyo, las investigaciones hubieran fracasado. Eso ha pasado en otros momentos.
P. ?Cu¨¢l es el futuro de esas investigaciones?
R. El problema es que el proceso est¨¢ comenzando. Falta bastante. Hay bastante procesos contra funcionarios p¨²blicos.
P. ?Podr¨¢ seguir usted en su cargo?
R. Yo considero que s¨ª voy a seguir. Lo ¨²nico es que dentro del mismo seno de la Corte hay diferencias y cosas que uno no sabe.
P. ?No se siente apoyado por la Corte?
R. Muy poco. Ellos fueron elegidos por las c¨²pulas de Gobierno y las personas involucradas... se da un cierto resentimiento.
P. ?Est¨¢ usted seguro en Guatemala?
R. ?Seguro del todo? No, por supuesto que no. Voy de casa al trabajo y del trabajo a la casa, sin otros caminos, y me voy a encerrar. Espero que pase un tiempo y volver a la normalidad. Quisiera volver a vivir tranquilo.
P. ?A usted le cay¨® el caso en las manos o lo busc¨®?
R. El problema que tenemos en la Corte es que hab¨ªa algunos jueces que tambi¨¦n est¨¢n siendo procesados ahora. Cada vez se van limitando las posibilidades. Y me enviaron el proceso a m¨ª. La misma juez que comenz¨® el proceso es ahora parte de ese mismo proceso. Le soy sincero, yo no pens¨¦ que el proceso fuera a llegar a esos niveles.
P. ?Nunca?
R. Yo dict¨¦ la orden de aprehensi¨®n de Roxana Baldetti [el 21 de agosto] y estaba tan ocupado que no med¨ª las consecuencias. Ella estaba en un sanatorio privado y el administrador me llam¨® para decirme que me hiciera yo responsable. Si la hubi¨¦ramos mandado a un hospital p¨²blico¡ sabes que la van a matar. Ha habido intentos de quererla sacar del carro y uno no la puede exponer, independientemente de qu¨¦ haya pasado.
P. ?C¨®mo puede trabajar en un Poder Judicial tan cuestionado?
R. El problema es que al hablar de crimen organizado... hay muchas ofertas de dinero. Las mismas condiciones de postulaci¨®n [para ser magistrado, en 2014] as¨ª se manejaron.
P. En Guatemala un grupo llamaba a no votar y usted s¨ª lo hizo. ?Por qu¨¦?
R. No nos podemos dar el lujo de un rompimiento constitucional, porque eso lo que hace es agravar m¨¢s la situaci¨®n y traer consecuencias enormes, especialmente frente al mismo crimen organizado. Mejor seguir dentro de la constitucionalidad y ahorita s¨ª es momento para presionar, por ejemplo, para que se reforme la ley electoral que rige a los partidos y depurar al m¨¢ximo las instituciones.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s urgente en la ley electoral?
R. El problema nuestro es de financiamiento de los partidos. Ah¨ª es donde est¨¢ involucrado el crimen organizado. O sea, los que llegan, llegan ya condicionados.
P. ?Lo dice por el se?or Jimmy Morales [presidente electo]?
R. Es que ¨¦l no lo ha aclarado. Ese es uno de los problemas mayores en Guatemala. La campa?a de ¨¦l no fue como la de Baldiz¨®n, que fue muy ostentosa, pero de d¨®nde sacaron todo ese dinero y qu¨¦ compromisos adquirieron, no se sabe. Las cosas no son casuales. Algo pas¨® ah¨ª.
P. ?No teme que al final, como ocurri¨® con R¨ªos Montt, haya decisiones judiciales superiores que propicien la impunidad?
R. Claro, esos son los riesgos. Espero que no sea as¨ª, pero son personas que tienen mucho poder. Un factor indispensable es que la sociedad civil se involucre en la fiscalizaci¨®n. Esta es una oportunidad que tenemos que aprovechar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.