La hora de la verdad en Europa
Los Gobiernos deben hacer proselitismo en las comunidades musulmanas para difundir la superioridad de la democracia
El presidente franc¨¦s Fran?ois Hollande ha declarado que los atentados terroristas del 13 de noviembre en Par¨ªs son un ¡°acto de guerra¡± del Estado Isl¨¢mico, y tiene raz¨®n, aunque haya tardado en reconocer que los yihadistas est¨¢n en guerra con Occidente desde hace a?os. El Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s) anuncia que va a cometer m¨¢s atentados en Europa, de modo que es toda Europa ¡ªy no s¨®lo Francia¡ª la que debe alzarse en pie de guerra y unirse con el fin de hacer lo que sea necesario para destruir al ISIS y su llamado califato en Siria e Irak. No ¡°contener¡± ni ¡°degradar¡±; ¡°destruir¡±.
Sin embargo, aunque el ISIS quedara completamente destruido, el extremismo isl¨¢mico no desaparecer¨ªa. M¨¢s bien, la destrucci¨®n del ISIS aumentar¨ªa el fervor religioso de quienes, desde Europa, sue?an con el califato.
Los l¨ªderes europeos deben tomar varias decisiones pol¨ªticas importantes, y quiz¨¢ Francia pueda ser la primera. Es necesario un cambio de mentalidad para evitar m¨¢s atentados de dimensiones a¨²n mayores y el conflicto civil posterior. Los extremistas isl¨¢micos no lograr¨¢n jam¨¢s convertir Europa en un continente musulm¨¢n. Pero lo que es posible que consigan es provocar una guerra civil, de tal forma que algunas zonas de Europa acaben recordando a los Balcanes en los primeros a?os noventa.
He aqu¨ª tres medidas que podr¨ªan tomar los dirigentes europeos para erradicar el c¨¢ncer del extremismo isl¨¢mico de su seno.
En primer lugar, aprender de Israel, que desde que naci¨® lidia con el terror islamista y con amenazas mucho m¨¢s frecuentes a la seguridad de sus ciudadanos. Es cierto que hoy los extremistas isl¨¢micos en Israel prefieren utilizar como armas cuchillos y coches bomba, pero si lo hacen es porque les resulta ya imposible organizar atentados como los de Par¨ªs. En lugar de demonizar a Israel, convendr¨ªa traer a Europa a sus expertos, veteranos y entrenados, para elaborar una estrategia antiterrorista coherente.
Segundo, prepar¨¦monos para una larga batalla de ideas. Los l¨ªderes europeos tendr¨¢n que ocuparse de las infraestructuras del adoctrinamiento: las mezquitas, las escuelas musulmanas, las p¨¢ginas web, las editoriales y el material de proselitismo (panfletos, libros, tratados, sermones) que sirven de correas de transmisi¨®n de la violencia. Los extremistas isl¨¢micos emplean la dawa (persuasi¨®n) con las poblaciones musulmanas, para convencerlas de que sus fines son leg¨ªtimos antes de abordar la cuesti¨®n de los medios.
Los Gobiernos europeos deben hacer su propio proselitismo en las comunidades musulmanas para difundir la superioridad de las ideas liberales. Es decir, deben desafiar directamente la teolog¨ªa isl¨¢mica que utilizan los depredadores cuando tratan de llegar a la mente y al coraz¨®n de los musulmanes para convertirlos en enemigos de los pa¨ªses en los que residen.
En tercer lugar, los europeos deben dise?ar una nueva pol¨ªtica de inmigraci¨®n que s¨®lo admita a quienes se comprometan a asumir los valores europeos y rechazar la pol¨ªtica islamista que los vuelve vulnerables a los cantos de sirena del califato.
La pol¨ªtica de inmigraci¨®n actual tiene fallos muy claros: es demasiado f¨¢cil adquirir la ciudadan¨ªa sin necesidad de ser leal a las constituciones nacionales; es demasiado f¨¢cil entrar en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con o sin motivos cre¨ªbles para pedir asilo; y, gracias a la pol¨ªtica de fronteras abiertas de Schengen, es demasiado f¨¢cil para los extranjeros, una vez que est¨¢n dentro de la UE, viajar libremente entre un pa¨ªs y otro. Esta situaci¨®n es insostenible, como ha demostrado la avalancha de inmigrantes de este a?o.
?Quiere esto decir que es necesario construir una Fortaleza Europa, con un nuevo Tel¨®n de Acero en el este y un cord¨®n sanitario naval en el Mediterr¨¢neo y el Adri¨¢tico? S¨ª. Porque no tiene sentido ninguna otra estrategia ante una amenaza como la que constituye el extremismo isl¨¢mico. Y, si los dirigentes europeos persisten, como la canciller alemana Angela Merkel, en cantar las virtudes de la apertura de fronteras, pronto se ver¨¢n expulsados de sus cargos por unos populistas m¨¢s en sinton¨ªa con los sentimientos de la poblaci¨®n.
Lo malo es que esos populistas, adem¨¢s del control de la inmigraci¨®n, suelen llegar acompa?ados de otras ideas, por ejemplo un nacionalismo ferviente e intolerante como los que desgarraron a Europa en el pasado.
Para conseguir todo esto, Europa necesita modificar tratados, leyes y pol¨ªticas; en otras palabras, tomar medidas que, antes de las atrocidades de Par¨ªs, no pod¨ªan ni mencionarse. Tal vez este sea el momento trascendental que permita a Europa reexaminar el camino escogido.
Ayaan Hirsi Ali, investigadora en la Harvard Kennedy School y el American Enterprise Institute, es autora de Reformemos el islam (Galaxia Gutenberg, 2015). ? Ayaan Hirsi Ali.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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