Entre el terrorismo islamista y el imperialismo ruso

Por las ma?anas la Uni¨®n Europea se enfrenta al terrorismo islamista y por las tardes trata de contener el imperialismo ruso

As¨ª, en Siria, Europa est¨¢ en una alianza militar con la Rusia de Vlad¨ªmir Putin, mientras que en Ucrania, trata de contener los apetitos imperiales de... Vlad¨ªmir Putin.

En Siria la fuerza a¨¦rea rusa bombardea los bastiones del Estado Isl¨¢mico en estrecha coordinaci¨®n con las fuerzas militares de los pa¨ªses miembros de la coalici¨®n anti-ISIS. En represalia a la beligerante conducta del Kremlin en Europa del Este, la Uni¨®n Europea impuso severas sanciones econ¨®micas a Rusia. As¨ª, con su decisi¨®n de tomar Crimea, desestabilizar Ucrania para devolverla a su esfera de influencia y con sus amenazas a los pa¨ªses b¨¢lticos, Putin logr¨® lo que d¨¦cadas de reuniones cumbres y manifiestos no hab¨ªan logrado: una Europa unida y capaz de tomar decisiones dif¨ªciles en pol¨ªtica exterior y mantenerlas con sorprendente disciplina.

Por su parte, el Estado Isl¨¢mico tambi¨¦n logr¨® cambios no menos sorprendentes: Una Europa dispuesta a aliarse con Rusia para enfrentar militarmente a la amenaza yihadista en Siria. Pero no es todo: el Estado Isl¨¢mico tambi¨¦n logr¨® que los archienemigos Ir¨¢n y Estados Unidos coordinaran sus acciones militares en Siria e Irak en su contra. Y que Ir¨¢n y Rusia abandonaran sus recelos y rivalidades para colaborar en la defensa del r¨¦gimen de Bachar el Asad.

Todo esto era inimaginable poco tiempo atr¨¢s. Y no es solo sorprendente y enredado sino, tambi¨¦n, muy inestable. Es poco probable que estos arreglos de conveniencia entre naciones cuyos intereses fundamentales son tan diferentes mantengan estas alianzas y acuerdos a largo plazo. Tambi¨¦n es improbable ¡ªaunque no imposible¡ª que Europa mantenga las sanciones a Rusia. Formalmente, su eliminaci¨®n depende de que haya un alto el fuego permanente entre Ucrania y los movimientos separatistas armados y patrocinados por el Kremlin. El actual r¨¦gimen de sanciones a Rusia expira a finales de enero y, a pesar de que los l¨ªderes europeos han declarado su intenci¨®n de prorrogarlo, los ataques en Par¨ªs y la sensaci¨®n generalizada de que la prioridad es fortalecer las defensas de Europa contra el terrorismo islamista est¨¢n socavando el apoyo a la l¨ªnea dura contra el Kremlin. Es obvio que, entre los europeos, el temor al terrorismo islamista es mucho m¨¢s intenso que el temor al imperialismo ruso.

Adem¨¢s, Putin parece haber abandonado sus posturas m¨¢s beligerantes y expansionistas. Rusia ya ha retirado una parte importante de sus tropas de la zona en conflicto y los l¨ªderes separatistas ucranios (que son controlados por el Kremlin) declaran con creciente frecuencia que la guerra se termin¨®. Hace poco, Rusia sorprendi¨® al Gobierno de Ucrania ofreci¨¦ndole ayuda para reestructurar su deuda externa y apoyo para la estabilizaci¨®n de su econom¨ªa. Y el Putin que asiste a los foros internacionales es menos pugnaz que el Putin que daba amenazantes discursos sobre la ¡°Nueva Rusia¡± que recuperar¨ªa territorios perdidos y protagonismo mundial. Ese, adem¨¢s, era el Putin que gozaba de la seguridad que le daba el vender el petr¨®leo a m¨¢s de 100 d¨®lares por barril (ahora el precio est¨¢ a 60 d¨®lares y Rusia necesita que suba a m¨¢s de 110 para equilibrar sus cuentas).

No es de sorprender, entonces, el inter¨¦s de Putin por hacer lo necesario para que las sanciones sean eliminadas. Le han costado a la econom¨ªa rusa m¨¢s del 1% de su Producto Interior Bruto.

Puede ser, por lo tanto, que la aventura militar de Putin en Siria le haya comprado un alivio econ¨®mico. Si bien es plausible que una de sus motivaciones al intervenir militarmente en Siria fue la de impedir la ca¨ªda de Assad, no hay duda de que otra fue la de convertirse en un jugador indispensable en ese terrible tablero junto con Europa, Estados Unidos y los dem¨¢s pa¨ªses de la regi¨®n que est¨¢n involucrados en el conflicto. Quiz¨¢s en las negociaciones no se haga tan brutalmente expl¨ªcito el que la alianza en contra el terrorismo islamista no puede ir de la mano de las sanciones con las que sus aliados castigan a Rusia por lo de Ucrania. Pero es obvio que ahora Putin tiene una carta que no va a dejar de usar.

Sin embargo, si Europa logra mantenerse unida, no levanta las sanciones prematuramente y as¨ª sigue presionando para que Putin abandone sus pretensiones de ¡°recuperar¡± Ucrania, quiz¨¢s se pueda lograr un buen resultado: limitar las aventuras imperiales de Putin en Europa por un tiempo y ganar un importante aliado en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico. No estar¨ªa mal.

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