Argentina vota este domingo la intensidad del cambio de ciclo
Gane Macri, gran favorito, o Scioli el giro tras 12 a?os de kirchnerismo es ya indiscutible
Casi todo es vol¨¢til en Argentina. Si hace unos meses se debat¨ªa qu¨¦ fuerza iba a mantener el kirchnerismo despu¨¦s de 12 a?os, ahora nadie discute que su tiempo pas¨®, que los argentinos han apostado por un cambio y que, gane quien gane las elecciones de hoy, el liberal Mauricio Macri (de la alianza Cambiemos) o el peronista Daniel Scioli (del Frente para la Victoria) el giro va a ser claro. El voto de 32 millones de argentinos decidir¨¢ la intensidad de ese cambio, no solo por el ganador ¨Ctodas las encuestas apuntan a Macri- sino por la distancia entre ambos.
Toda la discusi¨®n pol¨ªtica, cultural y social en Argentina gira en torno a una idea: lo que es y lo que pudo ser. El pa¨ªs est¨¢ invadido por una especie de nostalgia del futuro, de un destino de grandeza que nunca llega. La idea de que un pa¨ªs del 40 millones de habitantes que produce alimentos para 400 millones podr¨ªa estar mucho mejor alienta el enfado de los antikirchneristas. Pero los kirchneristas contestan que Argentina nunca estuvo mejor que ahora, con mayor presencia del Estado, con una mejor redistribuci¨®n, con m¨¢s empleo.
En Argentina se discute sin datos sobre el presente ¨Ctodas las estad¨ªsticas est¨¢n cuestionadas- sobre el futuro ¨Cpor motivos obvios- y sobre el pasado, que unos mitifican y otros desprecian. Algunos de los intelectuales y artistas m¨¢s prestigiosos del pa¨ªs, entrevistados por EL PA?S para estas elecciones, ofrecen claves del estado de ¨¢nimo de un pa¨ªs que no para de preguntarse sobre su lugar en el mundo para concluir algo en lo que casi todos est¨¢n de acuerdo: Argentina est¨¢ lleno de individualidades brillantes pero no acaba de organizarse para explotarlas en conjunto. M¨¢s o menos lo que sucede con su selecci¨®n de f¨²tbol.
¡°La Argentina que conocimos en los 60 se ha perdido¡±, asegura Beatriz Sarlo, una de las intelectuales m¨¢s respetadas del pa¨ªs, muy cr¨ªtica con el kirchnerismo desde la izquierda. ¡°Estaba caracterizada por el pleno empleo, por bajos ¨ªndices de pobreza. La Argentina de los 60 proporcionaba en la escuela primaria un nivel de alfabetizaci¨®n que permit¨ªa encarar el mundo del trabajo sin problemas y un relativo ascenso social. Los argentinos de m¨¢s de 40 a?os no conocieron un pa¨ªs con un 20% o un 30% de pobreza¡±, explica.
Otros, como Aldo Ferrer, que fue ministro de Econom¨ªa en 1970 y apoy¨® al kirchnerismo, son m¨¢s optimistas. ¡°El pa¨ªs sali¨® de la peor crisis de la historia econ¨®mica argentina, la de 2001, recuper¨® la gobernabilidad, la solvencia fiscal, se desendeud¨®, construy¨® un sistema bancario s¨®lido. Hay que tener en cuenta que el pa¨ªs tuvo entre 1930 y 1983 seis golpes de Estado. Esto es cosa del pasado. Estamos en el mejor momento de nuestra experiencia hist¨®rica¡±, asegura.
Juan Jos¨¦ Sebreli, uno de los intelectuales m¨¢s conocidos, habla de decadencia. ¡°Empieza ya despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial por causas econ¨®micas, pol¨ªticas y sociales y de todo tipo. Despu¨¦s de 50 a?os no es crisis, es decandencia. Un estado fallido que llega a la culminaci¨®n con el kirchnerismo¡±. Sebreli ha pedido el voto para Macri, como el escritor Marcos Aguinis, que explica la idea del individualismo: ¡°Argentina no solamente tiene grandes recursos naturales sino que sigue teniendo una gran cantidad de gente capaz, pero que se manifiesta de forma individual. Tenemos hasta un Papa. Pero como conjunto nos cuesta funcionar¡±. ¡°Macri no es un pol¨ªtico, no tiene carisma y quiz¨¢s esos defectos puedan ser un beneficio porque el pol¨ªtico es alguien que est¨¢ acostumbrado a mentir, buscar el poder para enriquecerse¡±, se anima Aguinis.
Incluso personas que apoyan a Macri, como Rodolfo Terragno, un veterano pol¨ªtico e intelectual del radicalismo, admiten que no su opci¨®n ideal pero s¨ª la ¨²nica que derrotar al kirchnerismo. ¡°Estamos frente a una elecci¨®n que, compar¨¢ndola con la comida en los aviones, es en gran medida pasta o pollo. Uno no puede decir que no, que quiere arroz con mariscos. Para mucha gente es ingrata, pero tiene que conformarse¡±.
Ricardo Forster, intelectual de referencia del oficialismo y miembro del Gobierno, asegura que ¡°el kirchnerismo no desaparecer¨¢¡± y a¨²n conf¨ªa en que gane Scioli, pero admite con sorpresa el ¨¦xito del rival: ¡°Macri ha logrado perforar el techo del centro derecha argentino. Cambiemos ha logrado tomar sectores de clase media baja, incluso sectores populares. Han logrado que esos sectores voten un modelo de sociedad que probablemente les produzca much¨ªsimo da?o¡±.
El escritor Mempo Giardinelli, cercano al kircherismo, niega esa decadencia: ¡°Esa nostalgia del pasado solo la sienten los sectores m¨¢s privilegiados. Pero la verdad es que la Argentina de casi todo el siglo XX fue un pa¨ªs muy injusto e inequitativo. Hoy, en materia de equidad social y aun con todo lo que falta hacer, no tengo dudas de que estamos en uno de los mejores momentos de nuestra historia¡±. Otro intelectual kirchnerista, Alejandro Dolina, coincide en desmitificar el pasado: ¡°Estamos en un buen momento, pero en realidad nunca hemos tenido el mejor momento. Tal vez la historia argentina no registre sino l¨¢grimas en todas sus p¨¢ginas. Ni siquiera el peor de los opositores piensa que vamos hacia abajo aunque lo diga. No es as¨ª. Enfrentarse con el pasado real, el pasado de viruela, de personas que se mor¨ªan de tuberculosis a los 40 a?os, que no aprend¨ªan a leer o que andaban sin zapatos, quiz¨¢s no es tan rom¨¢ntico¡±.
Ante la probable victoria de Macri, la reacci¨®n es muy distinta. Intelectuales como Enrique Valiente Noailles se ilusionan y creen que el pa¨ªs ha decidido cambiar: ¡°Argentina se ha hartado de s¨ª misma, de vivir en un ambiente que produce su propio mon¨®xido de carbono. Hay una sensaci¨®n de estancamiento profundo del destino de Argentina. Se cans¨® de esa brecha que no se cierra nunca es entre lo que es Argentina y lo que puede ser¡±.
El mundo de la cultura ha estado muy cercano al kirchnerismo. Unos de los actores m¨¢s conocidos y respetados, Leonardo Sbaraglia, est¨¢ muy inquietos ante la llegada de Macri, y hace autocr¨ªtica: ¡°No se ha construido un recambio a la altura de lo que eran N¨¦stor y Cristina. No digo que del lado del kirchnerismo sean todas rosas, pero uno puede seguir luchando. Macri es un lobo disfrazado de cordero¡±. Sbaraglia ya piensa en la estructura de resistencia al macrismo: ¡°Todo el entretejido social, solidario, de lucha ideol¨®gica se ha reconstruido desde 2001. No creo que el pueblo argentino se deje as¨ª como as¨ª, as¨ª como se dej¨® con el menemismo en los 90¡±.
El historiador Felipe Pigna tambi¨¦n habla de esa resistencia: ¡°F¨ªjese el candidato de la derecha el cuidado que tiene de decir que no va a tocar los planes. Eso es un triunfo del pueblo, lo han logrado los argentinos. Como dec¨ªa Maquiavelo, la ¨²nica forma de que los pol¨ªticos hagan lo que tienen que hacer es teni¨¦ndole miedo al pueblo. No hay secreto, yo que me canso de leer la historia mundial, es siempre lo mismo. Que los candidatos en todo el arco pol¨ªtico tengan temor al pueblo me parece muy interesante¡±.
El kirchnerismo ha entrado en la fase autocr¨ªtica ante la cercan¨ªa de la derrota. ¡°Si hay alguna falla est¨¢ en la inteligencia de Cristina Kirchner, que es tan inteligente que considera que no necesita ni asesoramiento ni formar cuadros y no supo formar un sucesor¡±, asegura Jos¨¦ Pablo Feinmann, fil¨®sofo de referencia del Gobierno. ?l cree que Scioli y Macri son ¡°dos caras del capitalismo, una de las cuales [Scioli] se presenta como una cara del capitalismo humanitario, distribucionista y latinoamericanista¡±, y por eso lo apoya. Los cient¨ªficos tambi¨¦n han estado muy cerca del kirchnerismo, que ha invertido mucho en ciencia. Uno de los m¨¢s reconocidos, el bi¨®logo molecular Alberto Kornblilhtt, dice que ¡°no fue la revoluci¨®n socialista o el fin de la pobreza" pero s¨ª cree que fueron muy buenos gobiernos que ¡°estuvieron a la izquierda de la media de los argentinos¡±.
Otros son mucho m¨¢s cr¨ªticos. El intelectual Jos¨¦ Nun, que fue ministro de Cultura de la primera fase del kirchnerismo, ahora es muy duro: ¡°La pobreza es similar a la que precedi¨® la crisis de 2001, las reservas del Banco Central son similares a las de esa crisis. Las medidas que se vienen tomando le dejan una carga tal a quien asuma la presidencia que de un modo o del otro va a haber ajuste y devaluaci¨®n, con caracter¨ªsticas distintas¡±.
Dante Caputo, exministro de Asuntos Exteriores con Alfons¨ªn, resume los ¨²ltimos a?os de su pa¨ªs: ¡°La historia de Argentina se escribe con un gobierno que genera ilusiones y despu¨¦s frustraciones y que llevan a gobiernos que est¨¢n en las ant¨ªpodas del que defraud¨® la ilusi¨®n. Ese va y viene, ese movimiento pendular, esa obsesi¨®n a lo Foucault que tiene la Argentina es desesperante¡±.
El premio Nobel de la Paz en 1980 y miembro fundador de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n Adolfo P¨¦rez Esquivel tambi¨¦n es cr¨ªtico, aunque ha anunciado que votar¨¢ a Scioli porque lo prefiere a Macri: ¡°Nosotros no luchamos para esto. Luchamos por una sociedad libre, m¨¢s justa, una democracia participativa. No para gobiernos autoritarios donde aumente la pobreza, la marginalidad y la falta de respeto al derecho de las personas y de los pueblos. Hemos arriesgado nuestras vidas, nuestras familias, hemos pasado por las c¨¢rceles y las torturas y no fue para llegar a una situaci¨®n de mediocridad como la que tenemos¡±, asegura.
El neur¨®logo Facundo Manes incluso habla de un ¡°cerebro argentino¡±, una forma de pensar que impide progresar al pa¨ªs: ¡°Los argentinos somos personas resilientes, s¨²per preparadas para enfrentar las crisis, creativos, pero nos falta m¨¢s trabajo en equipo. Tenemos que cambiar el sesgo mental que tenemos, el roban pero hacen, el ¡°solamente puede gobernar el peronismo¡±, el ¡°lo ¨²nico importante es lo urgente¡±. Creo que la educaci¨®n es parte de una sociedad que tiene que reinventarse¡±, explica.
El cantante Andr¨¦s Calamaro habla de esa sensaci¨®n de lo que pudo ser: ¡°Argentina fue una econom¨ªa prometedora en el mundo, se daban las condiciones interiores y universales para exportar producci¨®n agropecuaria, pero estamos hablando de a?os anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Existe una sensaci¨®n de destino desperdiciado, casi una maldici¨®n argentina. Quiz¨¢s no aprendemos de nuestros errores porque son funcionales al beneficio de unos pocos¡±.
Pese a todo, tanto los de un lado como los del otro creen que Argentina est¨¢ mejor que en 2001, su ¨²ltima gran crisis, y de alguna manera conf¨ªan en que saldr¨¢ adelante, un sentimiento muy extendido entre los argentinos. El humorista Liniers, autor de Macanudo, una de las tiras c¨®micas m¨¢s seguidas del pa¨ªs, resume este optimismo esc¨¦ptico caracter¨ªstico de sus compatriotas: ¡°Argentina es tan generosa en descontroles¡ en los ¨²ltimos cincuenta a?os tuvo crisis econ¨®micas, golpes dictatoriales, violencia desde todo punto de vista y el humor es de lo que nos agarramos. S¨ª, soy h¨ªper optimista. Porque me parece que aprendimos la lecci¨®n importante que era la de la democracia. La gente que vive ac¨¢ es simp¨¢tica, desopilante, rara, a veces generosa, a veces engre¨ªda, pero interesante¡±. Estos argentinos que tanto debaten sobre s¨ª mismos deciden hoy el futuro de su pa¨ªs.
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