Vidas recuperadas 39 a?os despu¨¦s
Una de las argentinas fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo encuentra a su nieto
Delia Giovanola no olvidar¨¢ el momento en que le dijeron que su nieto estaba al otro lado del tel¨¦fono. ¡°?Vos sab¨¦s lo que es volar como una lib¨¦lula a los 89 a?os?¡±, se r¨ªe ahora mientras recuerda c¨®mo corri¨® hasta el aparato. Llevaba 39 a?os busc¨¢ndolo. Ella y su otra nieta, Virginia, la hermana de Mart¨ªn, removieron todo para encontrarlo. ?l sospechaba hace a?os que pod¨ªa ser hijo de desaparecidos, pero no se animaba a acudir al banco de datos gen¨¦tico de Abuelas de Plaza de Mayo, la organizaci¨®n argentina que desde 1976, en plena dictadura, busca a los hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio y secuestrados por los militares, que asesinaron a sus madres.
Mart¨ªn sab¨ªa, pero esperaba. No quer¨ªa ver el desgarro de sus padres de crianza. Ellos le registraron como adoptado y no tuvieron participaci¨®n directa en la dictadura. Pero con cada nieto recuperado hay un juicio y una pena, por m¨ªnima que sea. ?l esper¨® a que murieran. Primero lo hizo el padre, en marzo, y tres meses despu¨¦s, la madre. Fue la se?al, se anim¨® y el banco confirm¨® que es nieto de Giovanola, una de las 12 fundadoras de Abuelas. Es el nieto recuperado n¨²mero 118. A¨²n quedan 350.
Pero las historias que rodean el mundo de la tragedia de los desaparecidos argentinos siempre conllevan dolor. Con la alegr¨ªa de Delia y Mart¨ªn, que ahora hablan casi cada d¨ªa por skype, vino un lamento. Virginia, la otra nieta, se suicid¨® en 2011, nunca pudo conocer a su hermano. ¡°Buscando un nieto, perd¨ª una nieta, Virginia se quit¨® la vida, tuvo una depresi¨®n muy grande, fue una consecuencia m¨¢s de la dictadura¡±, se lamenta Delia. Antes de morir dej¨® los datos gen¨¦ticos que demostraron que Mart¨ªn es su hermano al 99,9%.
?l sospechaba hace a?os que pod¨ªa ser hijo de desaparecidos
La lucha de estas dos mujeres recorri¨® el mundo y est¨¢ recogida en un documental, Hermanos de sangre. Virginia ten¨ªa tres a?os cuando los militares se llevaron a su padre y a su madre embarazada de Mart¨ªn. Su abuela la llevaba desde el primer d¨ªa a las concentraciones en la Plaza de Mayo. ¡°No ten¨ªa con qui¨¦n dejarla, est¨¢bamos muy solas, su padre era hijo ¨²nico. Ella jugaba con las palomas. Hasta que se empez¨® a poner bravo, los militares nos amenazaban con las armas, y dej¨¦ de llevarla¡±, recuerda.
A partir de los 18 a?os, Virginia convirti¨® la b¨²squeda de su hermano en la lucha de su vida. No encontrarlo la devor¨®. Le escribi¨® ocho cartas a su hermano perdido que muestran su desgarro. Mart¨ªn est¨¢ buscando ahora la historia de la familia, ha visto el documental, ha le¨ªdo las cartas y se siente un poco culpable, cuenta Delia. Piensa que si se hubiera acercado antes a Abuelas tal vez podr¨ªa haberla salvado.
Pero Delia no quiere pensar en eso, prefiere concentrarse en la euforia de las buenas noticias. Tiene un nieto y dos bisnietas de los que disfrutar, aunque sea a distancia. Mart¨ªn vive fuera de Argentina desde hace 15 a?os. ¡°?Mi pap¨¢ no se llama Mart¨ªn!¡±, se queja por skype una de las bisnietas. Delia Giovanola le explica que lo busc¨® como Mart¨ªn 39 a?os. A ¨¦l no le molesta que lo llame as¨ª. Pero todo va a costar tiempo, Delia lo sabe.
Est¨¢ bien de salud y solo quiere abrazarlo, ¡°gastarlo¡±. Estas Navidades espera encontrarse con ¨¦l. Habla como si hubiera recuperado una segunda juventud. ¡°Yo no lo quiero acosar con preguntas, solo s¨¦ que fue muy feliz con sus padres de crianza, que ha tenido una vida plena. ?l s¨ª me acosa a m¨ª, quiere saberlo todo. Estoy revolviendo en las cajas porque quiere fotos de colores del padre, de la madre y de la hermana. ?l est¨¢ abierto a una entrega total. Las nenas me dicen chau abuela. Estoy viviendo un sue?o¡±, se emociona. El c¨ªrculo se ha cerrado despu¨¦s de 39 a?os.
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