Las cholitas luchadoras
Trabajadoras y madres bolivianas suben al ring para reivindicar su posici¨®n en la sociedad
El cachasc¨¢n, del ingl¨¦s catch-as-catch-can (agarra lo que puedas) es en Bolivia, Per¨² y otros pa¨ªses americanos el nombre de un deporte que combina disciplinas de combate y artes esc¨¦nicas. Es el equivalente a la lucha libre y su pr¨¢ctica ha dado un giro en Bolivia desde hace 12 a?os. Las cholitas son mujeres mestizas que trabajan y son madres a tiempo completo. Los fines de semana se convierten en guerreras y suben al ring por su pasi¨®n por este espect¨¢culo, para enfrentarse a los estereotipos y reivindicar su posici¨®n como mujer en la sociedad.
Con los a?os su popularidad las ha llevado a figurar en distintas campa?as publicitarias. Tal es el caso del m¨¢s reciente spot comercial de la empresa Campofr¨ªo, que hizo famosas en Espa?a a Jenny Mamani y Leonor C¨®rdova, conocidas como Martha la Alte?a y ?ngela la simp¨¢tica.?El spot contrapone en clave de humor la lucha de las cholitas con los enfrentamientos por coger la ¨²ltima loncha.
La campa?a fue rodada en Bolivia y no estuvo libre de pol¨¦mica en Espa?a. Recibi¨® reacciones mixtas a trav¨¦s de las redes sociales. Algunas personas quedaron ¡°encantadas¡± y otros la consideraron ¡°denigrante¡±. Jaime Lobera, director de marketing y ventas de Campofr¨ªo, aclara que en ning¨²n momento se busc¨® imprimir ese tono a la publicidad. ¡°Nos pareci¨® una manera creativa y muy bonita de reivindicar el papel de la mujer y hacer un peque?o homenaje a su lucha, apelando a una met¨¢fora humor¨ªstica¡±, precis¨®.
Las cholitas consideran que a trav¨¦s de la lucha libre han aportado ¡°un granito de arena¡± a la reivindicaci¨®n femenina
La organizaci¨®n del festival de cine El Ojo de Iberoam¨¦rica tambi¨¦n apost¨® por la historia de estas mujeres como imagen promocional de su evento. La protagonista es ChinChin, la cholita luchadora. Curiosamente, Mamani repite el rol de protagonista. El director de este evento, Santiago Keller, aprecia el valor de las cachascanistas. Cree que llevan en su ADN una historia de resistencia de siglos, que hoy empieza a ser percibida y que puede aportar a la cultura global. La sinopsis de la campa?a cuenta la historia de ChinChin. Es un relato de superaci¨®n, que muestra c¨®mo destac¨¢ndose en un lugar y con una mirada original se puede sobresalir en el mundo.
M¨¢s de un autor clama ser el inventor de esta variante del cachasc¨¢n. Mamani afirma que los inicios de las cholitas luchadoras se dieron paralelamente a la denominada Guerra del Gas, el nombre dado a los conflictos desde septiembre a octubre de 2003 en La Paz, relacionados con la exportaci¨®n de gas natural de Bolivia a EE UU y M¨¦xico por Chile. Ante la tensi¨®n social por los problemas de ese pa¨ªs, el Gitano ¡ªun luchador y promotor local¡ª, busc¨® un ¡°detonante¡± para recuperar la atenci¨®n de los alte?os, y de ese modo se empez¨® a entrenar a mujeres con pollera (falda tradicional), recuerda Martha la Alte?a.
Mamani tiene la lucha libre en la sangre. Su padre, su hermano y su hermana tambi¨¦n se subieron a un ring. Sin embargo, revela que uno de los mayores impulsos que la llev¨® a convertirse en una luchadora fueron los abusos f¨ªsicos de su exesposo. Admite que esos momentos la volvieron m¨¢s fuerte y por eso est¨¢ donde est¨¢.
Martha la Alte?a tiene dos hijas y un beb¨¦ de dos a?os. Durante la semana trabaja en su taller de confecci¨®n de ropa de cholitas. Dice que sus hijas le han pedido que deje la lucha libre, porque cada fin de semana la ven llegar dolorida. ¡°Me han partido la ceja, se me ha dislocado el codo, lo tengo todo mutilado. Me encanta la lucha, por eso, cuando lleg¨® a casa, les digo que estoy bien¡±, agrega.
C¨®rdova creci¨® rodeada por sus hermanos y ellos no la dejaban participar en sus juegos por ser mujer, situaci¨®n que ella no toleraba. A sus 14 a?os su familia pens¨® que iba a tomar unas clases de defensa personal, pero en realidad comenz¨® a entrenar lucha libre.
Dej¨® la lucha cuatro a?os y a los 23 regres¨® para luchar como cholita. Tiene un hijo de nueve a?os y est¨¢ separada de su esposo. ¡°Para mi hijo soy una luchadora todos los d¨ªas. No solo porque me subo al ring, sino porque yo saco adelante a mi familia¡±, afirma.
Tanto Mamani como C¨®rdova consideran que a trav¨¦s de la lucha libre han aportado ¡°un granito de arena¡± a la reivindicaci¨®n femenina. A las otras cholitas no les gustaba la idea de ver a una mujer con pollera en el ring, recuerdan. Adem¨¢s, les dec¨ªan que eran una ¡°verg¨¹enza¡± porque hac¨ªan ver ¡°mal¡± al resto.
Estos reproches cambiaron con los a?os. Ambas concuerdan que las otras mujeres de pollera ahora las respetan y apoyan. ¡°Es dif¨ªcil mantener a tus seres queridos, dedicarse a la lucha y tener un trabajo o negocio. Ahora vemos a cholitas en altos cargos, con eso afirmamos que la mujer con pollera puede y debe estar en cualquier actividad que ella se proponga¡±, finaliza Mamani.
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