La recesi¨®n de Brasil se agrava y ahonda la crisis de Dilma Rousseff
Nuevos datos apuntan a un ritmo de contracci¨®n interanual del PIB del 4,5%
Brasil se hunde cada d¨ªa m¨¢s en una recesi¨®n que parece no tener un fin. En un a?o, el pa¨ªs, que hace una d¨¦cada asombraba al mundo con cifras estratosf¨¦ricas, se ha desplomado un 4,5%, sin ninguna esperanza de que mejore. Es la reca¨ªda m¨¢s violenta de los ¨²ltimos 20 a?os. Algunos analistas apuntan que va camino de ser la peor recesi¨®n en 80 a?os. Nada se escapa al hundimiento: el consumo familiar ¡ªuno de los motores de los venturosos a?os del expresidente Lula¡ª retrocede un 4,5%. Nadie se f¨ªa, nadie compra y nadie vende. Sobre todo porque el desempleo ¡ªotro fantasma en alza¡ª llega ya al 8% y nada augura que no siga subiendo. La agricultura, que por lo general constitu¨ªa un mercado paralelo indestructible tambi¨¦n se resiente, sobre todo debido a la menor demanda de soja de China. Ni siquiera las exportaciones ¡ªen teor¨ªa beneficiadas por la devaluaci¨®n del real de los ¨²ltimos meses¡ª consiguen remontar. La construcci¨®n de infraestructuras se desploma con un 6,3% menos de actividad.
Esto ¨²ltimo se explica no s¨®lo por el sombr¨ªo ambiente econ¨®mico sino por un fen¨®meno inusual y puramente brasile?o que tiene a la sociedad estupefacta: los due?os de las mayores empresas de construcci¨®n del pa¨ªs se encuentran en la c¨¢rcel, acusados de sobornar a empleados de la petrolera Petrobras. El viernes, el presidente de la constructora Andrade Guti¨¦rrez, Ot¨¢vio Marques de Azevedo, lleg¨® a un acuerdo con la Fiscal¨ªa brasile?a: pagar¨¢ 1.000 millones de reales (250 millones de euros) de multa ¡ªla mayor multa de la historia de Brasil¡ª tras reconocer que ha pagado sobornos millonarios a cambio de lograr contratos para levantar tres estadios de f¨²tbol del Mundial de Brasil, l¨ªneas f¨¦rreas y refiner¨ªas, entre otras cosas. Tambi¨¦n se compromete a denunciar a otros implicados (en la prensa brasile?a se especula que se?alar¨¢ a dos senadores pr¨®ximamente). Todo a cambio de la libertad condicional atado a una pulsera electr¨®nica para estar localizable y a que su empresa pueda volver a optar a concursos p¨²blicos, dado que la par¨¢lisis la estaba llevando a pique. No es el primer gran empresario (equivalente a Florentino P¨¦rez en Espa?a) que da este paso. Hace unos meses lo hicieron los directivos de la empresa Camargo y Correa, despu¨¦s de pagar una multa de 800 millones de reales (200 millones de euros). En prisi¨®n, desde junio, a¨²n se encuentra, con todo, Marcelo Odebrecht, el propietario de la mayor empresa constructora del pa¨ªs. Muchos se preguntan cu¨¢nto tardar¨¢ en acogerse a la misma opci¨®n que sus competidores.
?La semana pasada, fue detenido tambi¨¦n uno de los hombres m¨¢s ricos del pa¨ªs, el banquero Andr¨¦ Esteves, tambi¨¦n involucrado en el Caso Petrobras, acusado de tratar de entorpecer la labor de la justicia. El domingo, la Fiscal¨ªa decidi¨®, a la vista de las pruebas, no otorgarle la libertad condicional. Tanto Esteves como Marques de Azevedo constitu¨ªan ejemplos de empresarios exitosos brasile?os, habituales de las portadas de revistas prestigiosas de econom¨ªa y negocios. De ah¨ª que el descr¨¦dito de la ¨¦lite brasile?a (pol¨ªticos, empresarios, altos cargos) sea total, y esto incida en el clima funesto que se cierne sobre el pa¨ªs. Nadie es capaz de vislumbrar d¨®nde puede acabar el pozo de corrupci¨®n de Petrobras, que incide en la econom¨ªa directamente.
De hecho, el c¨ªrculo vicioso de revelaciones de corrupci¨®n que conducen a una crisis pol¨ªtica que alimenta su vez una crisis econ¨®mica no se ha deshecho en lo que va de a?o. El debilitado Gobierno de Dilma Rousseff, mientras, trata ¡ªsin ¨¦xito hasta ahora¡ª de que un Congreso hostil apruebe las medidas necesarias de ajuste que, seg¨²n el ministro de Econom¨ªa, Joaquim Levy, servir¨¢n para dar credibilidad a las finanzas brasile?as de cara al exterior y relanzar la gripada econom¨ªa. Dada la mala situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas, Rousseff decidi¨®, el viernes, congelar de golpe el gasto del Estado bloqueando 10.000 millones de reales (2.500 millones de euros).
El domingo, una sintom¨¢tica encuesta publicada por el peri¨®dico Folha de S. Paulo revel¨® que por primera vez en su historia, el principal problema que atosiga a los brasile?os no es ni la sanidad, ni la educaci¨®n, ni la inseguridad ni la marcha calamitosa de la econom¨ªa. Es, simplemente, la corrupci¨®n. En la misma encuesta se daba constancia de la escasa aceptaci¨®n de Dilma Rousseff, que lleva meses arrastr¨¢ndose alrededor de un 10% de aprobaci¨®n.
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