La inseguridad colapsa Venezuela
La violencia marca el d¨ªa a d¨ªa de Venezuela, el segundo con m¨¢s homicidios del mundo
Las serpenteantes curvas que acompa?an el ascenso por el barrio de Bello Monte desembocan en un edificio blanco y desvencijado que poco tiene que ver con el resto de bloques de esta zona residencial de clase media de Caracas. Ante ¨¦l, un parque anodino. Los abrazos y consuelos se repiten. Varias personas permanecen sentadas, impert¨¦rritas, con la mirada perdida. Dentro del caos de la ciudad, un oasis de silencio, roto s¨®lo por los coches que no dejan de llegar a la morgue de la capital del segundo pa¨ªs m¨¢s violento del mundo.
Un hombre de unos 60 a?os que no da su nombre camina de lado a lado de la carretera del brazo de una ni?a este lunes junto a la morgue. "Espero a mi hijastro", atina a balbucear, cuando en realidad lo que quiere decir viene despu¨¦s: "Creo que van a traer su cuerpo, lo mataron esta ma?ana". Es el cad¨¢ver de Jean Davila, un mensajero de 36 a?os al que han descerrajado un tiro para robarle la moto. En el municipio de Chacao, de clase media y alta. A las 8 de la ma?ana, a plena luz del d¨ªa.
La inseguridad se ha convertido en la mayor lacra de Venezuela, el pa¨ªs con m¨¢s homicidios del mundo despu¨¦s de Honduras, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV). En 2014 murieron 24.980 personas, con una tasa de 82 muertes por cada 100.000 habitantes. El aumento ha sido considerable desde el inicio de este siglo. En 2002 Colombia lideraba la macabra tabla, con 70 muertes por 100.000 habitantes. Venezuela estaba muy por debajo, con 38.
La intranquilidad forma parte de la cotidianeidad venezolana. De noche es recomendable hasta evitar andar dos cuadras. No se trata de un problema de barrios buenos y malos. Yamile Ram¨ªrez, de 47 a?os, enumera apoyada en una pared de la morgue los ¨²ltimos siniestros que recuerda: peleas de bandas, robos de celulares, tambi¨¦n confusiones o, simplemente, alguien que pasaba por el lugar indebido en el momento equivocado y se le cruz¨® una bala.
La intranquilidad forma parte de la cotidianeidad venezolana. De noche es recomendable hasta evitar andar dos cuadras
"Se ha quebrado el pacto social y la institucionalidad", sostiene Roberto Brice?o, director del OVV. El incremento ha sido paulatino desde el Caracazo, en 1989 y ha ido empeorando sostenidamente a partir de 1999, con la llegada de Ch¨¢vez al poder. "Entonces hab¨ªa en el pa¨ªs 4.550 homicidios, ahora son cinco veces m¨¢s".
Para Alejandro Moreno, reputado psic¨®logo, te¨®logo y doctor en Ciencias Sociales, el problema de la inseguridad radica en la estructura del Estado. "Hay que salir de los malandros [criminales] que est¨¢n en el Gobierno, de esa estructura delincuencial que ya no es revolucionaria. El problema son las vigas, las columnas del sistema...", explica a sus 81 a?os.
La violencia ha marcado los titulares estas semanas. A la detenci¨®n de dos sobrinos del presidente, Nicol¨¢s Maduro, por presunto narcotr¨¢fico, se uni¨® el asesinato de un opositor en un mitin. Entre medias, los ataques a los cr¨ªticos con el Gobierno se intensificaron, incluyendo un tiroteo en un acto del candidato Miguel Pizarro, del partido Primero Justicia.
Nadie cree que las elecciones del domingo cambien esta espiral, pero se espera un punto de inflexi¨®n. Para Brice?o, uno de los riesgos es que ante el desamparo generalizado "no solo pase a privatizarse la protecci¨®n personal, lo cual ya ha ocurrido, sino tambi¨¦n la justicia, lo cual ocurre con el incremento de los linchamientos, el sicariato y las ejecuciones extrajudiciales de la polic¨ªa".
"Gran parte de los sectores populares est¨¢n sometidos al poder de los delincuentes. En un barrio de 6.000 habitantes puede que sean 10, pero tienen una capacidad de da?o inmensa", argumenta Moreno. Para ¨¦l, la violencia es un tumor del sistema. "La l¨®gica interna de los revolucionarios radicales coincide con la de los malandros. Cuando hay un fin absoluto, lo dem¨¢s se relativiza. Todo lo que lleve a ese fin, en este caso la revoluci¨®n, es moral, aunque sea un crimen. Yo no creo que el pa¨ªs est¨¦ siendo gobernado por un equipo pol¨ªtico corrupto y complaciente con la delincuencia. Est¨¢ siendo gobernado por una estructura radicalmente delincuente que ejerce la pol¨ªtica".
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