¡°Yo pis¨¦ Tenochtitl¨¢n¡±

M¨¢s de 80 millones de personas caminan anualmente por el Z¨®calo del Distrito Federal. Debajo de esa placa de 46.000 metros cuadrados est¨¢ enterrado el M¨¦xico antiguo. H¨¦ctor de Maule¨®n ha sido uno de los pocos que han logrado echar un vistazo a ese mundo secreto que la Conquista arrebat¨®. El escritor y periodista baj¨® al atrio de la catedral, se arrastr¨® por un pasadizo y hall¨® las losetas de la primera iglesia, terminada en 1532, pisada por Hern¨¢n Cort¨¦s, Pedro de Alvarado y Juan de Zum¨¢rraga. Un poco m¨¢s abajo encontr¨® calaveras y huesos en lo que fue el primer cementerio de la ciudad. Unos metros m¨¢s all¨¢ estaban las lajas de lo que fue la m¨¢s grande ciudad azteca. ¡°Yo pis¨¦ Tenochtitl¨¢n. Imagina la sensaci¨®n de haber caminado por esa ciudad que fue sepultada hace 500 a?os¡±.

De Maule¨®n ha publicado este a?o un libro de secretos que la Ciudad de M¨¦xico le ha revelado. En ¨¦l se encierran peque?as joyas: el primer barco que trajo ejemplares de El Quijote en 1605; las sesiones espiritistas de Plutarco El¨ªas Calles, el presidente que persigui¨® a la Iglesia; la primera panader¨ªa abierta en la Nueva Espa?a y el origen del suculento taco de carnitas; combates de boxeo de tres horas de duraci¨®n y las esculturas m¨¢s feas de la ciudad. ¡°Pens¨¦, ?qu¨¦ pasar¨ªa si todo lo que me ha fascinado lo meto en una caja?¡±, dice el autor. Ese cofre de tesoros es La ciudad que nos inventa (Cal y Arena), que re¨²ne 115 cr¨®nicas de seis siglos, de 1509 a 2014.

La ciudad es una esfinge que tiene secretos que puedes descifrar porque est¨¢n marcados. Habitarla es una aventura literaria fascinante

El trabajo que De Maule¨®n hace recorriendo las calles del Centro de la ciudad y sus frecuentes visitas a la hemeroteca actualizan una tradici¨®n que naci¨® en 1554. Ese a?o se escribi¨® la primera cr¨®nica urbana de la Ciudad de M¨¦xico, firmada por Francisco Cervantes de Salazar, profesor de la Real y Pontificia Universidad de M¨¦xico. El texto estuvo perdido 321 a?os y fue encontrado a finales del siglo XIX. Ese documento inici¨® una larga estirpe de cronistas de la capital que se extiende a lo largo de 400 a?os.

Ese legado de cuatro siglos es bien conocido por De Maule¨®n, que puede citar cr¨®nicas hechas a caballo, en bicicleta y hasta en tranv¨ªas tirados por mulas. ¡°Manuel Payno escribi¨® una en diligencia¡±, agrega. La ciudad que nos inventa hace homenaje a grandes plumas que caminaron por la regi¨®n m¨¢s transparente. Entre ellos, Guillermo Prieto, Vicente Riva Palacio, Luis Gonz¨¢lez, Salvador Novo y Carlos Monsiv¨¢is. De Maule¨®n revive la frase con la que este arranc¨® la informaci¨®n del sepelio de Novo. ¡°Sucede que algunas veces conocemos las calidades ocultas o secretas de una ciudad por el amor que otros le profesan¡±.

En 1554 se escribi¨® la primera cr¨®nica urbana de la Ciudad de M¨¦xico. Estuvo perdida por 321 a?os

La ciudad que nos inventa es tambi¨¦n un relato de c¨®mo la ciudad ha sido el lienzo donde se escribe y reescribe la historia de un pa¨ªs. Primero fueron los aztecas quienes borraron el pasado inventando la historia en sus c¨®dices. Los espa?oles arrasaron ese mundo y construyeron una ciudad sobre Tenochtitl¨¢n. La Independencia lleg¨® despu¨¦s a eliminar los rastros coloniales. Los liberales y conservadores se mataron durante un siglo tratando de borrar sus herencias. Y finalmente, la Revoluci¨®n quiso que M¨¦xico olvidara los 30 a?os de Gobierno de Porfirio D¨ªaz. ¡°Somos un pa¨ªs que se destruye a s¨ª mismo en el sue?o de construirse y quedamos insatisfechos siempre¡±, dice De Maule¨®n.

Faltan poco m¨¢s de cinco a?os para que la Ciudad de M¨¦xico cumpla cinco siglos de haber sido refundada. A De Maule¨®n le gusta pensar que el trazo del Centro ha sido el marco dentro del cual se configuraron las vidas de millones de personas. ¡°Fue el escenario donde la gente aprendi¨® a caminar, a leer, se enamor¨® y vio crecer a sus hijos¡±. Esa ha sido la huella que ha dejado el paso de generaciones. ¡°La ciudad es una esfinge que tiene secretos que puedes descifrar porque est¨¢n marcados. Habitarla es una aventura literaria fascinante¡±.