El pulso con India y China marca el final de la cumbre de Par¨ªs

Laurent Fabius, ministro de Exteriores de Francia, tiene previsto presentar en la ma?ana del s¨¢bado el texto del acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico. Y despu¨¦s de dos d¨¦cadas en las que los 195 pa¨ªses que negocian no se han puesto de acuerdo, existe la posibilidad de sacar adelante el primer pacto mundial para intentar que a final de siglo la temperatura media del planeta no aumente m¨¢s de dos grados respecto a los niveles preindustriales. Tras dos semanas de intensas negociaciones en Par¨ªs, el pulso entre las econom¨ªas desarrolladas y China e India sigue latente en el final de las conversaciones.

El acuerdo que se quiere cerrar es el desarrollo de la convenci¨®n de la ONU sobre cambio clim¨¢tico. Ese documento es de 1992 y establec¨ªa una clara diferenciaci¨®n entre pa¨ªses, que implica que los desarrollados deb¨ªan cargar con el grueso de los esfuerzos contra el calentamiento por ser responsables de iniciar el problema tras d¨¦cadas de emisiones. Pero, m¨¢s de 20 a?os despu¨¦s de la firma de la convenci¨®n de la ONU, el mundo ha cambiado y los pa¨ªses que figuraban como avanzados son solo ya responsables del 35% de las emisiones mundiales. China e India est¨¢n entre las cuatro econom¨ªas m¨¢s contaminantes.

La propuesta de acuerdo de Fabius, que como anfitri¨®n preside la cumbre y dirige las negociaciones, debe ¡°ser equilibrada y enfadar a todos¡±, apunt¨® este viernes uno de los responsables de la delegaci¨®n europea que est¨¢ encima del proceso.

Todos tendr¨¢n que ceder si se quiere firmar el pacto, que est¨¢ respaldado por la presencia el d¨ªa de la inauguraci¨®n ¡ªel 30 de noviembre¡ª de m¨¢s de 150 presidentes y jefes de Estado. Europa tendr¨¢ que ceder en su pretensi¨®n de que los objetivos de reducci¨®n de emisiones de cada pa¨ªs sean jur¨ªdicamente vinculantes, algo que impedir¨ªa que EE UU ratifique el acuerdo como ya ocurri¨® con el Protocolo de Kioto, de 1997. Europa y EE UU deber¨¢n renunciar a imponer las mismas obligaciones que ellos tienen a India o China. Estos dos ¨²ltimos pa¨ªses tendr¨¢n que admitir que se empiece a diluir el concepto de diferenciaci¨®n. Y los pa¨ªses petroleros deber¨¢n resignarse a que se fije un objetivo que implique la reducci¨®n de emisiones de gases de efecto invernadero, que en gran medida salen de la quema de combustibles f¨®siles para producir energ¨ªa.

Fabius sostuvo este viernes que presentar¨¢ el texto del acuerdo a las 9.00; luego se tendr¨¢ que aceptar en el plenario, donde est¨¢n representadas las 195 naciones que negocian. ¡°Estoy seguro de que ser¨¢ aprobado¡±, vaticin¨®. Es muy dif¨ªcil encontrar en la cumbre a alguien que piense que no habr¨¢ acuerdo. Aunque la duda es c¨®mo ser¨¢ de ambicioso y si ser¨¢ un instrumento realmente ¨²til para cumplir el objetivo de los dos grados, el umbral fijado por la ciencia como punto cr¨ªtico con devastadoras consecuencias.

Compromisos nacionales

Una de las claves del pacto es la revisi¨®n de los compromisos nacionales de cada pa¨ªs. 186 Gobiernos del mundo ¡ªque representan el 95% de las emisiones globales¡ª han presentado planes nacionales de reducci¨®n de gases de efecto invernadero. En el ¨²ltimo borrador del acuerdo se admite que no son suficientes. Con esos planes, la temperatura en 2100 aumentar¨ªa unos tres grados. Por eso es importante la revisi¨®n al alza, en principio, cada cinco a?os, de los programas nacionales. Se habr¨¢ fracasado si no hay ¡°un procedimiento para subir el nivel de ambici¨®n¡±, opina la delegaci¨®n europea.

Fabius ten¨ªa previsto haber entregado este viernes el texto. Pero tras constatar la noche del jueves al viernes que segu¨ªan existiendo importantes discrepancias en financiaci¨®n y diferenciaci¨®n, decidi¨® tomarse un d¨ªa m¨¢s, que emple¨® en mantener reuniones bilaterales para redactar ese texto en el que todos pierdan, pero que todos puedan firmar.