Latinoamerica registra 600 asesinatos de gais, transexuales y lesbianas al a?o
Las personas que cambian de identidad sexual son especialmente perseguidas en el istmo central
Solo en Latinoam¨¦rica, unas 600 personas son asesinadas cada a?o por ser lesbiana, gay, transexual o bisexual (LGTB), seg¨²n recoge el ¨²ltimo trabajo de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) en la web www.perseguidoslgtb.org. Pero esta cifra es solo una parte de los cr¨ªmenes que sufren en muchos pa¨ªses del mundo las personas cuya identidad de g¨¦nero u orientaci¨®n sexual no se ajusta a lo considerado normal. Lo que ocurre es que, del resto, no hay tantas cifras. Pero hay indicios: solo en el territorio que ocupa el grupo yihadista Estado Isl¨¢mico (ISIS por sus siglas en ingl¨¦s), han sido ejecutados unos 30 gais, seg¨²n los ¨²ltimos informes. La persecuci¨®n en ?frica y en el Este de Europa, sobre todo en Rusia y las rep¨²blicas que surgieron tras la desintegraci¨®n de la URSS son garant¨ªa de que la cifra total es muy superior.
De estos, las personas transexuales son especialmente vulnerables, como ha explicado Paloma Favieres, del ¨¢rea jur¨ªdica de CEAR, en la presentaci¨®n del informe. El estudio recoge que unas 1.700 de estas personas han sido asesinadas en solo 62 pa¨ªses (de los 120 del mundo) entre 2008 y 2014. Esto se basa en 76 pa¨ªses que penalizan legalmente el ser o comportarse como un homosexual o un transexual, y, tambi¨¦n, en muchos otros en los que la persecuci¨®n es social, aunque no sea legal.
Esta persecuci¨®n de la poblaci¨®n LGTB tiene un reflejo en su b¨²squeda de pa¨ªses m¨¢s seguros, que es como consideran a Espa?a. Son apreciaciones de CEAR, pero hay algunos datos que lo reflejan. Por ejemplo, Manuel R¨®denas, del programa LGTB de la Comunidad de Madrid, la que m¨¢s migrantes recibe, afirma que las consultas por asilo o refugio han pasado en pocos a?os de ser el 13% del total a ser el 23%. "Y en el departamento jur¨ªdico ya son el 50%".
El caso de las mujeres perseguidas por su identidad de g¨¦nero, latinoamericanas sobre todo, tambi¨¦n tiene una constataci¨®n en Espa?a. "En Madrid, el 90% de las transexuales son extranjeras", expone R¨®denas.
Una de las que ha llegado hace relativamente poco es Alexandra Andino, una hondure?a de 35 a?os que en 2012 aterriz¨® en el aeropuerto de Madrid huyendo de la persecuci¨®n. "En mi pa¨ªs ten¨ªa miedo constante a caminar por la calle. Siempre volv¨ªa a casa con una pedrada, un salivazo. Aunque a veces una palabra duele m¨¢s", a?ade. "Lo que tengo podrido por dentro nadie me lo va a quitar".
Andino cree que no fue asesinada porque era demasiado conocida como activista. Muchas de sus compa?eras no tuvieron esa suerte. "Reconoc¨ª m¨¢s de 100 cuerpos de compa?eras de mi organizaci¨®n", afirma. Pero ello no le libr¨® de ser secuestrada y torturada. "Me toc¨®. Todo el mundo sab¨ªa que me iba a tocar. En la televisi¨®n p¨²blica dijeron que iban a por m¨ª, que me iban a cortar la lengua", relata. Aunque aquella fue de las pocas torturas que no sufri¨®. "Vinieron a mi casa. Era f¨¢cil, yo viv¨ªa sola y era muy conocida. Durante varios d¨ªas me pegaron, me apu?alaron, me dispararon, me violaron. Me fracturaron los huesos. Ped¨ª a gritos mil veces que me mataran, pero ellos segu¨ªan tortur¨¢ndome. Dec¨ªan que ten¨ªa que sufrir m¨¢s que las dem¨¢s".
Despu¨¦s de aquello, viaj¨® a refugiarse a Espa?a. "Tuve que reunir unos 2.500 euros para el pasaje, y otros mil para poder entrar. Todos me ayudaron. Mi mam¨¢ dec¨ªa: ¡®Prefiero tenerte lejos a muerta". Pero el refugio espa?ol no era tan f¨¢cil de conseguir. Nada m¨¢s llegar, en el mismo aeropuerto fue detenida. Un abogado de oficio que la vio llorar le inform¨® de que pod¨ªa pedir asilo por ser v¨ªctima de un delito de odio.
El ser una activista reconocida tambi¨¦n la ayud¨® en este caso. R¨®denas afirma que ha comprobado que en Espa?a quienes han sido activistas en sus pa¨ªses tienen m¨¢s f¨¢cil conseguir el asilo. Pueden aportar recortes de prensa para probar su persecuci¨®n y el peligro que sufren si vuelven. "A los otros migrantes les cuesta m¨¢s", admite Favieres. La ley concede el estatuto de refugiado solo si hay un serio peligro, si las amenazas han sido reiteradas, explica. Esta dificultad probatoria hace que "las peticiones de asilo sean muchas y crezcan, y las concesiones muy pocas", dice R¨®denas.
Con su caso solucionado, Andino afirma que ahora "caminar por las calles de Madrid es un para¨ªso". "A la gente le da igual c¨®mo sea. En Honduras era el centro de atenci¨®n".
Pero la llegada a Espa?a a veces no elimina el problema. Muchas veces, el migrante es internado en centros de extranjer¨ªa, donde hay otros compatriotas que mantienen los mismos prejuicios que sus conciudadanos manten¨ªan en el pa¨ªs de origen. "A alguno ha habido que cambiarlo de centro", dice R¨®denas. Lo mismo pasa fuera, porque los extranjeros tienden a relacionarse primero con otras personas de su mismo origen, a?ade Favieres. Y no es su ¨²nico problema. Los datos del Ministerio de Interior sobre delitos de odio en 2015 indican que el 39,9% fue por orientaci¨®n o identidad sexual, y el 37% por razones racistas o xen¨®fobas. "Y a estas personas les afectan los dos. Sufren una doble discriminaci¨®n", concluye R¨®denas.
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