La cercada ciudad siria de Madaya se muere de hambre

¡°Vivimos como animales. Nos subimos a los ¨¢rboles para arrancar sus hojas o cortar hierbas para hervirlas. Entre la basura he llegado a ver piel y restos de huesos de gato¡±, relata por tel¨¦fono desde la cercada localidad de Madaya Abou Ahmed, pe¨®n y padre de seis ni?as. Al menos 10 vecinos han muerto por la falta de alimentos y otra docena habr¨ªa perdido la vida al intentar huir de la ciudad, seg¨²n el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

En Madaya, situada a 25 kil¨®metros al noroeste de Damasco y 11 de la frontera libanesa, nada ni nadie entra o sale. Sellada a cal y canto por una treintena de controles militares de tropas regulares y efectivos de Hezbol¨¢ (milicia-partido liban¨¦s aliado al r¨¦gimen de Bachar el Asad), en la ciudad viven 40,000 personas. Entre ellas hay 25.000 desplazados de otras localidades que llegaron buscando refugio. ¡°En todo el mercado apenas podr¨ªas recolectar un kilo de arroz, y ello a 245 euros¡±, dice Abou Ahmed. La falta de alimentos se suma a la ausencia de medicaci¨®n para los enfermos. ¡°Hay gente intoxicada por consumir medicaci¨®n caducada y otros por comer plantas t¨®xicas que a su vez tampoco pueden ser tratados¡±, explica por tel¨¦fono desde L¨ªbano el activista sirio Al¨ª Ibrahim.

Al igual que sucediera con el cerco impuesto por las tropas regulares sirias al campo de refugiados palestinos de Yarmuk en 2014, decenas de im¨¢genes de ancianos y ni?os en los huesos han inundado las redes sociales haciendo reaccionar a la opini¨®n p¨²blica. Este jueves, Naciones Unidas anunciaba que el r¨¦gimen sirio autorizar¨¢ la entrada de ayuda humanitaria a Madaya.

Sin embargo, lejos de ser una excepci¨®n, hay muchas Madayas en Siria en las que se muere literalmente de hambre. ¡°Cerca de 400.000 personas de 15 localidades cercadas no tienen acceso a la ayuda que necesitan para salvar sus vidas¡±, se hac¨ªa eco hoy Naciones Unidas en un comunicado. Los ancianos, enfermos y ni?os son los m¨¢s vulnerables. ¡°No se ve un solo ni?o jugando en la calle. Mis hijas est¨¢n postradas todo el d¨ªa por los suelos sin energ¨ªa para moverse¡±, espeta el angustiado padre desde Madaya.

En una guerra que se enquista en su quinto a?o y que se ha cobrado m¨¢s de 250.000 almas, el hambre se ha convertido en estrategia b¨¦lica, y ello en pleno siglo XXI. Rebeldes y r¨¦gimen sellan las poblaciones para obligar a los combatientes y soldados a rendirse. Atrapados entre ambos bandos, los civiles pagan la factura.

Una semana atr¨¢s, Madaya formaba parte de un intercambio de poblaciones asediadas. De Madaya y la cercana Zabadani, asediadas por Hezbol¨¢ y el Ej¨¦rcito sirio, 125 heridos rebeldes y civiles eran evacuados hacia Turqu¨ªa. Simult¨¢neamente otros 338 soldados civiles y milicianos prorr¨¦gimen lo hac¨ªan de los poblados chi¨ªes de Foua y Kafraya (al norte de Idlib), en las que 25.000 civiles permanecen cercados desde hace m¨¢s de un a?o por facciones rebeldes. Los locales aseguran que la ayuda distribuida por Naciones Unidas, ya sea en Yarmuk o en Zabadani, Mayada, Foua o Kafraya, es irrisoria. En el caso de Mayada, el pasado mes de octubre Naciones Unidas admit¨ªa p¨²blicamente haber distribuido por error galletas caducadas, provocando varios casos de intoxicaci¨®n.

La econ¨®mica t¨¢ctica de asfixiar a la poblaci¨®n para forzar a los armados a rendirse sin disparar una sola bala se ha mostrado una t¨¦cnica ineficaz en el conflicto sirio. En mayo de 2014, la primera tregua de este tipo lograba evacuar a unas 2.000 personas, entre ellas 600 combatientes, al norte de Homs. El pasado mes, otras 600 personas entre civiles y hombres armados abandonaban el ¨²ltimo barrio en manos rebeldes de la misma ciudad. Un acuerdo similar fracasaba ese mismo mes en Yarmuk. A la ineficaz artima?a se suma una pol¨ªtica de transferencia de poblaciones, entre territorio leal y rebelde, vaciando bolsas de civiles que no podr¨¢n regresar a sus hogares.

Otros, como los civiles de los tres ¨²ltimos pueblos en manos de tropas leales, viven desde hace 10 meses asediados por el Estado Isl¨¢mico en Deir ez Zor, tierra del autoproclamado califato. Y ello a la sombra de los medios de comunicaci¨®n.

Los escasos alimentos que entran lo hacen desde helic¨®pteros a la base militar. Los vecinos mueren literalmente de hambre. Sin que ninguna ayuda humanitaria haya logrado romper el cerco impuesto en tierra del ISIS, los vecinos beben agua sucia del ?ufrates y comen hierbajos. Los pocos alimentos que entran lo hacen de contrabando, nutriendo el lucrativo mercado en el que participan tanto soldados del r¨¦gimen como rebeldes armados.

Omar Abu Leila, fundador del grupo @deirezzor24, advierte de la grave crisis humanitaria. ¡°La situaci¨®n es muy cr¨ªtica. Y va a peor con m¨¢s aviones sum¨¢ndose a los bombardeos sobre Deir ez Zor¡±. Abu Leila asegura que el mes pasado murieron en esa localidad dos ni?os por falta de alimentaci¨®n.