Madaya, la ciudad siria de la ¡®guerra del hambre¡¯, recibe alimentos

¡°Hemos recibido 30 kilogramos de comida entre arroz, aceite, az¨²car e incluso tomates¡±, dice al tel¨¦fono desde Madaya, una ciudad siria asediada por el Ej¨¦rcito regular y sus aliados, un extasiado Abu Mohamed. Por primera vez en tres meses, desde que entrara el ¨²ltimo convoy de ayuda en la localidad, este pe¨®n de profesi¨®n sosten¨ªa entre sus manos un pu?ado de s¨¦mola de trigo. Anoche, sus seis hijas cambiaron la dieta de supervivencia hecha a base de hierbas, sal y agua por un ¡°plato de comida de verdad¡±.

En la tarde del lunes, unos 40 camiones de Naciones Unidas cargados con alimentos, suministros m¨¦dicos y mantas lograban romper el cerco impuesto por las tropas de Bachar el Asad desde hace seis meses sobre la localidad de Madaya, a 25 kil¨®metros al noroeste de Damasco, y el asedio que las fuerzas rebeldes mantienen desde hace m¨¢s de un a?o sobre Fouaa y Kafraya, al norte de la provincia de Idlib.

En Madaya, cuyas im¨¢genes de lactantes y ancianos desnutridos han conmocionado al mundo, 28 personas han muerto por inanici¨®n o falta de medicamentos. Seis de ellos no hab¨ªan cumplido el a?o de vida. ¡°Cinco han fallecido este domingo¡±, afirma en una entrevista telef¨®nica desde Jordania Sam Taylor, coordinador regional de comunicaci¨®n de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF).

Al hambre se suma a la falta de medicamentos, lo cual agrava los casos cr¨ªticos. M¨¦dicos locales llaman a una evacuaci¨®n de los heridos graves, como las v¨ªctimas de las minas que delimitan el cerco geogr¨¢fico de Madaya, plantadas por efectivos del Ej¨¦rcito sirio y de la milicia libanesa Hezbol¨¢. ¡°Tan solo disponemos de un centro de salud improvisado y no podemos hacer operaciones complicadas¡±, relata al tel¨¦fono desde el centro m¨¦dico de Madaya el doctor Mohamed Yousef. Es el caso del peque?o Ghaise Ammar, de 11 a?os, que perdi¨® el pie izquierdo al pisar una mina cuando trataba de recolectar hojas de ¨¢rboles para alimentar a su familia. ¡°Su vida corre peligro, necesita ser operado de urgencia¡±, explica el doctor. ¡°En los centros que MSF apoya en Madaya hemos identificado entre 200 y 250 casos cr¨ªticos. Los ni?os y los ancianos son los m¨¢s vulnerables¡±, apostilla Taylor. De los 40 camiones del convoy que entraron anoche, 11 transportaban material m¨¦dico y 20.000 mantas.

Sin embargo, esta ayuda humanitaria puntual se antoja insuficiente. ¡°Una sola distribuci¨®n es una medida temporal. Pedimos que se levante el cerco o, en su defecto, que se mantenga una distribuci¨®n continuada en las localidades cercadas¡±, apunta el representante de MSF. ¡°Podemos durar de una semana a diez d¨ªas con lo que hemos recibido hoy¡±, calcula el vecino Abu Mohamed. ¡°Despu¨¦s, Dios dir¨¢¡±, se despide.

El hambre se ha convertido en arma de guerra en un conflicto que, transcurrido casi un lustro, se ha cobrado m¨¢s de 260.000 vidas. El campo de refugiados palestino de Yarmuk, a tan solo dos kil¨®metros de la capital siria, se convert¨ªa en el primer escenario de la guerra del hambre. En 2014, un centenar de personas fallec¨ªan por inanici¨®n o problemas m¨¦dicos derivados de la desnutrici¨®n. Se trata de una estrategia b¨¦lica empleada en pleno siglo XXI que viola todos los acuerdos internacionales y cuyo objetivo es matar al enemigo de hambre sin malgastar una sola bala, aunque ello implique arrastrar a los civiles hasta la tumba.

La t¨¦cnica es aplicada tanto por tropas regulares, como en el caso de Madaya, con cerca de 42.000 habitantes entre oriundos y desplazados por la guerra, como por los milicianos rebeldes, quienes emplean la misma t¨¢ctica sobre las poblaciones de Fouaa y Kafraya, que cuentan con 20.000 vecinos.

Seg¨²n Naciones Unidas, su personal en el pa¨ªs no puede hacer llegar ayuda a 4,5 millones de sirios, entre los que se incluyen unas 400.000 personas que se encuentran cercadas por ambos bandos en 15 localidades. Entre ellas se encuentran tres barrios de Deir Ezzor, territorio del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s), donde ning¨²n convoy de ayuda humanitaria ha logrado entrar en m¨¢s de diez meses de asedio. Activistas locales denuncian la muerte de al menos dos menores por falta de alimentos.

¡°En Madaya no se muere por inanici¨®n¡±, declaraba ante la prensa el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, quien acusa a los rebeldes de comerciar con las provisiones de alimentos distribuidas por las agencias internacionales el pasado mes de octubre. El coordinador humanitario de Agencia de la ONU para Siria, Yacub el Hillo, se apresur¨® a desmentir estas declaraciones a las puertas de localidad: ¡°No son informaciones fabricadas. Desafortunadamente, las historias que hemos o¨ªdo son reales¡±.