Alemania facilita la expulsi¨®n de criminales extranjeros

Alemania, abrumada por la presi¨®n migratoria, est¨¢ decidida a reducir de forma significativa el flujo de refugiados. Las agresiones a mujeres en Nochevieja han forzado al Gobierno a tomar medidas a toda velocidad, como el acuerdo presentado ayer por los ministros del Interior y de Justicia para facilitar las expulsiones de aquellos extranjeros que hayan cometido agresiones f¨ªsicas o sexuales o se hayan enfrentado a la polic¨ªa. La decisi¨®n de agilizar las deportaciones viene de antes de que los sucesos de Colonia conmocionaran al pa¨ªs. Su vecino austriaco ya nota desde hace d¨ªas el endurecimiento de las normas.

La canciller Angela Merkel se juega su futuro pol¨ªtico en la consecuci¨®n de un objetivo al que se ha comprometido ante su partido: que las cifras de llegadas queden este a?o sustancialmente por debajo de los 1,1 millones de solicitantes de asilo de 2015. Y en el complicad¨ªsimo puzle en el que se ha convertido la pol¨ªtica migratoria alemana, Merkel no solo debe convencer a los socios europeos de que acepten un reparto m¨¢s equitativo de los refugiados, y a Turqu¨ªa para que contribuya a asegurar la frontera exterior europea. Berl¨ªn considera tambi¨¦n crucial agilizar la devoluci¨®n de aquellos que tengan pocas perspectivas de lograr la ansiada condici¨®n de refugiado en Alemania.

La idea es permitir la entrada de los sirios, que huyen de una guerra civil que acumula m¨¢s de 250.000 muertos. Y al mismo tiempo pon¨¦rselo m¨¢s dif¨ªciles a otras nacionalidades, como afganos, iran¨ªes o marroqu¨ªes. ¡°Las personas que est¨¢n llegando ahora a Alemania son refugiados cl¨¢sicos, que huyen de la violencia y de la persecuci¨®n. Nadie puede defender seriamente que Afganist¨¢n es un pa¨ªs seguro¡±, asegura por tel¨¦fono desde Fr¨¢ncfort Karl Kopp, de la ONG Pro Asyl.

En este contexto, los sucesos de Colonia han funcionado como sal en la herida. Las dimensiones del esc¨¢ndalo no paran de crecer: ayer se presentaron 100 nuevas denuncias por agresiones, con lo que la suma total ya supera las 650. Los ministros del Interior y de Justicia ¡ªrepresentantes cada uno de los dos grandes partidos que gobiernan en coalici¨®n, democristianos y socialdem¨®cratas¡ª presentaron el resultado de unas negociaciones maratonianas con las que quieren mostrar a la ciudadan¨ªa que los agresores van a pagar muy caro sus abusos.

Los dos ministros anunciaron sus planes para deportar a los extranjeros declarados culpables de abusos f¨ªsicos y sexuales, de resistirse a la polic¨ªa o de da?ar la propiedad p¨²blica o privada. Seg¨²n la normativa actual, la mayor¨ªa de estas acciones no implican la expulsi¨®n del pa¨ªs. Merkel mostr¨® su satisfacci¨®n por el acuerdo.

Domicilio fijo

¡°Tenemos que asegurarnos de que entre en vigor cuanto antes¡±, dijo la canciller. El endurecimiento de las normas para los criminales extranjeros no es la ¨²nica medida que baraja el Gobierno como respuesta a lo ocurrido en Colonia. Varios ministros o dirigentes de los partidos han propuesto destinar a cada refugiado a un domicilio fijo, adem¨¢s de aumentar la presencia policial y las c¨¢maras en lugares p¨²blicos.

La cuesti¨®n de las devoluciones calienta el debate p¨²blico en Alemania desde hace meses. La prensa publica a menudo noticias sobre la dificultad de expulsar efectivamente a los inmigrantes a los que se les ha denegado el asilo pol¨ªtico. ¡°El absurdo de los refugiados. ?Por qu¨¦ dura tanto el proceso de expulsi¨®n?¡±, se preguntaba en su portada con letras gigantescas el tabloide Bild, el m¨¢s le¨ªdo del pa¨ªs, hace unos meses.

Entre enero y noviembre del a?o pasado, 18.363 extranjeros fueron expulsados de Alemania. De las casi 500.000 solicitudes de asilo cursadas ese mismo a?o, m¨¢s de la mitad fueron rechazadas por las autoridades. Lo que muestra esta diferencia tan grande es que para la Administraci¨®n resulta muy dif¨ªcil expulsar a aquellos que en teor¨ªa no tienen derecho a permanecer en Alemania.